El impuesto de sociedades oculto de Bush

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Aunque la cobertura mediática de Enron ha desaparecido, sus efectos permanecen. La supuesta crisis llevó a una expansión del Leviatán en forma de la Ley Sarbanes-Oxley de 2002. Por desgracia, los costes de esta ley no están obteniendo ni remotamente tanta cobertura como la ‘crisis’ que alimentó su apoyo.

Los efectos de esta legislación son devastadores. El 85% de las principales multinacionales en EEUU han ajustado son prácticas de cumplimiento debido a la Sarbanes-Oxley. Esta ley ordena que los CEO certifiquen que la información en los estados financieros presente apropiadamente la condición financiera de la empresa y los resultados de las operaciones. También establecía un consejo de estándares, financiado por lo que equivale a un nuevo impuesto de sociedades. Los costes iniciales de bolsillo de cumplimiento de esta ley son en realidad pequeños. Sin embargo, el 71% de los ejecutivos esperan que estos costes aumenten en el futuro y sus beneficios son muy cuestionables.

Oficialmente, esta ley se suponía que mejoraría la precisión y transparencia de los informes y comunicados corporativos y reforzaría el comportamiento ético de las empresas. En realidad, las personas más directamente afectadas por ella, tienen poca confianza en la capacidad de esta legislación para producir estos resultados. Solo un tercio de los ejecutivos corporativos creen que esta propuesta recupere la confianza de los inversores. Solo el 9% de los encuestados estaban completamente satisfechos con ella.

Aunque las expectativas de los ejecutivos respecto de los costes de cumplimiento y la confianza de los inversores no sean necesariamente reales, el efecto perturbador que dichas regulaciones tienen en el comportamiento de las empresas sí lo es y es causa de mucha preocupación. Los CEO afrontan ahora sanciones por falsa certificación de 1.000.000$ y hasta 10 años de cárcel por “conocer” la violación y de 5.000.000$ y hasta 20 años de cárcel por violación “dolosa”. Las empresas deben ahora divulgar “rápida y puntualmente” información adicional acerca de la condición u operaciones de la compañía cuando la SEC la determine necesaria o útil para los inversores o el interés público.

Aunque ninguna persona razonable se opondría a un reporte exacto o adecuado de las cifras financieras por parte de las empresas, la naturaleza vaga de algunos elementos de esta ley dejan un considerable espacio para el abuso. ¿Qué significan realmente términos como rápido y puntual? ¿Cómo saben los fiscales que una violación en conocida o dolosa?

Algunos ejecutivos preparan ahora ‘informes de juicio’ para verificar que los beneficios atribuidos a distintas divisiones de su empresa son ‘exactos y adecuados’. Esto podría parecer una carga pequeña, pero lo que no se ve fácilmente son los cambios dañinos en la empresa estadounidense. Como ha dicho recientemente un ejecutivo:

El éxito del sistema capitalista estadounidense se ha construido sobre la innovación y la toma de riesgos. Las distracciones de la gobernanza corporativa han generado que algunos altos directivos se hayan vuelto reticentes a tomar riesgos hoy en día. Pero les pagan por hacer eso. Muchos emplean más tiempo en responder a los nuevos requisitos que a desarrollar las estrategias que llevaban a nuestras empresas hacia nuevas vías de crecimiento. (Maurice Greenberg, CEO American International Group)

Esta ley, advierte Greenberg, ha tenido un efecto estremecedor en la economía. Tal vez la culpa que los demócratas atribuyen a George Bush por las recientes condiciones económicas no sea completamente infundada. Aunque Bush no controle ni la política monetaria ni los acontecimientos anteriores a su asunción del cargo, ha aumentado el gasto derrochador, aumentado los aranceles y también desanimado la acción empresarial, al aprobar la Sarbanes-Oxley. Uno no debería esperar que dichas acciones produzcan prosperidad.

Apreciar la importancia de la toma de riesgos sí tiene una sólida base económica. Como escribió Ludwig von Mises,[1] los empresarios afrontan incertidumbre en la dirección de sus empresas. Esto es crucial para el funcionamiento del sistema capitalista, porque la acción humana en dinámica por naturaleza. Los economistas de distintas perspectivas están de acuerdo en esto. Frank Knight y Joseph Schumpeter veían la importancia de los empresarios afrontando la incertidumbre y llevando a cabo el proceso de destrucción creativa.[2] Raramente los economistas austriacos, de Chicago y de Harvard sostienen todos opiniones similares.

El Comisionado de la SEC tiene una visión distinta de esta norma. Aunque el comisionado reconoce que hay buenas razones para esperar una expansión infundada del gobierno durante las crisis percibidas,[3] afirma que esta ley considera apropiadamente los costes privados de cumplimiento. En un discurso reciente, Atkins mencionaba que “los reguladores de EEUU están obligados por ley a tener en cuenta comentarios enviados por los que se verían afectados por las normas propuestas”. Uno podría pensar que una regla así resulta práctica. Sin embargo el premio Nobel, George Stigler, desmostró que las empresas a menudo “capturan” a los reguladores y luego usan dicha regulación en contra de la competencia. No tiene que ser verdad. El Profesor Fred McChesney ha demostrado que las regulaciones pueden en su lugar llevar a una extracción de rentas, al usarlas los políticos para afectar a las transferencias. Aunque pueda haber efectos positivos en esta legislación al promover una mejor divulgación de información financiera, las pérdidas potenciales por comportamiento anticompetitivos y de elusión de riesgos son grandes. Esta ley llega a politizar mercados y redirigir esfuerzos privados para atender acciones públicas. ¿Cuándo un cambio así ha acabado alguna vez en mayor prosperidad y libertad?

Aunque se trata claramente de un caso en que los mercados son imperfectos, deberíamos recordar que los intereses privados dejaron a Enron al descubierto. También deberíamos recordar que el gobierno sufre graves imperfecciones que pueden fácilmente empequeñecer los fallos privados. La gente que teme los problemas informativos en los informes empresariales debería dirigir al menos parte de su atención a los problemas informativos del gobierno. Los accionistas tienen sólidas razones para obtener información sobre sus compañías, mientras que a menudo es lógico para los votantes ignorar los datos de los trabajos del gobierno.[4]

La politización de la empresa redirige nuestros esfuerzos hacia competencia improductiva sobre la distribución de la riqueza, en lugar de hacia la producción de riqueza. Por esta razón, las sociedades libres son dinámicas y prósperas y las sociedades politizadas están estancadas y son pobres. Aunque la Ley Sarbanes-Oxley puede haber tenido un buen sentido político, ya ha tenido un efecto negativo en el comercio. La respuesta a este problema es sencilla. Abolir la ley. A los republicanos les gusta afirmar ser el partido del menor gobierno. Deberían poner en práctica estas palabras, para variar.


[1] Mises, Ludwig von. (1997). La acción humana.

[2] Ver Knight, Frank (2002) Risk, Uncertainty and Profit y Schumpeter, J.A. (1984) Capitalismo, socialismo y democracia.

[3] El comisionado Atkins mencionaba al Profesor Robert Higgs y su libro Crisis and Leviathan en su discurso.

[4] Ver Downs, Anthony (1997) An Economic Theory of Democracy, Tullock, Gordon The Politics of Bureaucracy (1987) y Mises, Ludwig (1994) Burocracia.


Publicado el 29 de julio  de 2003. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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