Casi me ahogo a leer el editorial de Lee Bollinger en el Wall Street Journal defendiendo el apoyo financiero público para los grandes medios de comunicación. Es el Lee Bollinger que es rector de la Universidad de Columbia y fue nombrado recientemente vicepresidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York. El artículo dice más cosas acerca del escritor y los grandes medios de comunicación de lo que pueda importar. Es increíble e irresponsable que alguien en su posición puede defender seriamente subvenciones a la prensa.
Lo que está diciendo Bollinger es que quiere que nosotros paguemos por noticias de periodistas que él piensa que deberíamos leer. Como profesor de derecho es un experto en asuntos de la primera enmienda. Si es un experto, entonces es el ejemplo del problema con la investigación y la intelectualidad en los Estados Unidos de hoy. Evidentemente no confía en nuestra capacidad de tomar decisiones acerca de las noticias que queremos leer: está dispuesto a suplantar nuestro juicio en esto. Si cree que obligarnos a pagar por servicios de noticias que no queremos es la clave para las libertades constitucionales y la libertad de prensa, estamos en problemas, porque está en situación de hacer algo con respecto a esto.
Enmarca el debate en estos términos:
Hemos llegado a un momento trascendental en la historia de la prensa estadounidense. La invención de nuevas tecnologías de la comunicación (especialmente Internet) está transformando la capacidad humana de hablar, casi tan monumentalmente como la invención de la imprenta en el siglo XV. Esto está facilitando la mayor y más rápida expansión del crecimiento económico global en la historia humana. La libre expresión y la prensa libre son esenciales para una economía dinámica.
Sin embargo, al mismo tiempo, la viabilidad financiera de la prensa de EEUU se ha sacudido hasta sus cimientos. La proliferación de fuentes de comunicación ha fracturado la base de anunciantes y lectores. Las redacciones han disminuido alarmantemente y los corresponsales se han visto diezmados. Estimo que actualmente no habrá más de una docena de corresponsales estadounidenses a tiempo completo en China, a pesar de la importancia crítica de esa nación para nuestro futuro.
Déjenme que traduzca lo que está diciendo: la competencia prospera por la existencia de nuevos medios y como el periodismo en prensa y televisión ha fracasado en innovar y mantenerse debemos subvencionarlos, porque su información es (era) mejor. Cita a la NPR, la PBS y la BBC como ideales de periodismo. Lo común es que todos estos servicios están apoyados por el gobierno. Además, sugiere que los necesitamos como instrumento de política exterior, para competir con CCTV y Xinhua News de China y Al Jazeera, de Qatar. Si la BBC es el modelo, les pido que la escuchen mientras perora acerca de lo que está ocurriendo hoy en la ONU o en Mali.
Bollinger cree que la libertad de prensa y la financiación pública son compatibles, no opuestos. Si hay algo evidente en la historia es la fragilidad de la libertad de prensa. Por supuesto, esto es algo que Jefferson y Madison entendían perfectamente cuando pensaron que habían garantizado eternamente la libertad de prensa. Como sabemos, las limitaciones de la Constitución se violaron desde el mismo inicio, con los federalistas tratando de centralizar el poder. Aunque Wickard v. Filburn no es el único ejemplo, es uno de los casos más ilustres. Eliminó las limitaciones del poder federal sobre casi toda la actividad comercial, pues el caso definía a casi todo como “comercio interestatal”. También establecía el principio de que el gobierno puede regular todo lo que pague. Las subvenciones abrirían la puerta a ataques a la libertad de expresión.
Cuando pensamos en el argumento de Bollinger, éste está convirtiendo al cuarto poder en un servicio público, un servicio considerado bueno para la sociedad que debe ser subvencionado, con vistas a que se contrate a más corresponsales, y obligado a ser “justo” en su información como la mayoría de los medios de difusión. Es un argumento falaz y un ataque directo a la libertad de prensa. Como dijo un gracioso en la página de comentarios al artículo del Journal: “Traducción de artículo: ‘Tenemos que dar dinero de los contribuyentes a la CBS para ayudar en la lucha contra Rush Limbaugh y Fox News’”.
Bollinger demuestra que el gobierno está listo para quedarse con los medios que no le gustan. Dice:
Tanto la Comisión Federal de Comunicaciones como la Comisión Federal de Comercio están realizando estudios de formas de asegurar que la pronunciada caída que afrontan periódicos y cadenas de comunicación no priven a los estadounidenses de la información esencial que necesitan como ciudadanos. Un idea que se está considerando es aumentar la financiación pública del periodismo.
Bollinger es como un artefacto abandonado del New Deal, cuando la centralización de control federal sobre todos los aspectos de la economía estaba de moda (como en la National Recovery Act). Parece realmente ignorar la libertad de prensa defendiendo subvenciones para los medios importantes, lo que es verdaderamente una pendiente resbaladiza hacia una regulación pública total. Desconfía de la competencia del mercado y desconfía de nosotros y de nuestra capacidad de elegir acerca de la información que queremos recibir. Es un hombre peligroso.
Creo que ofrezco un servicio valioso al dar a mis lectores una visión fresca e innovadora de la economía. ¿No me merezco una subvención, Profesor Bollinger?
¿Quién es tan inteligente como para saber lo que es bueno para todos nosotros?
Publicado el 19 de agosto de 2010. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. Traducido del inglés. El artículo original se encuentra aquí.