Los que consideran que el gobierno es la fuente del orden social, dicen que si no existiera habría violencia, caos y un bajo estándar de vida. Nombran el caso de las guerras civiles en África, los enfrentamientos por la droga en Suramérica o se remontan a Gengis Khan en Mongolia. Dicen que estas cosas, que en realidad son ejemplos de gobiernos en conflicto, muestran lo que sería la vida sin gobiernos.
Otra objeción común al argumento de los sistemas en los que la ley funciona sin Estado es pedir “solamente un ejemplo de dónde una cosa así haya funcionado”.
La Islandia Medieval ilustra un ejemplo real e históricamente bien documentado de cómo un orden legal sin estado puede funcionar, y también ofrece percepción acerca de cómo podríamos hoy día crear una sociedad justa y eficiente.
Debido a la localización geográfica de Islandia no existía la amenaza de una invasión extranjera, así que la demanda de una fuerza militar nacional estaba ausente. Los colonos islandeses tenían puntos de vista ideológicos y filosóficos acerca del estado y las leyes que eran como los que tenían los Padres Fundadores de los Estados Unidos, incluyendo el rechazo a un fuerte gobierno centralizado.
La razón principal por la que los Vikingos se fueron desde Noruega a Islandia fue, en primer lugar, el evitar la relación feudal entre el rey y sus barones y siervos, así que los colonos islandeses desarrollaron un sistema descentralizado de gobierno.
Islandia no poseía una rama ejecutiva del gobierno. En vez de un rey, tenían caudillos locales. Un oficial permanente en su sistema era el logsogumadr o “el que dice la ley”. Sus funciones incluían la memorización de las leyes, el dar consejo en cuestiones legislativas y el recitar los actos legislativos cuando se encontraba actuando de oficio.
En lugar de una rama judicial del gobierno, existían tribunales privados que eran responsabilidad de los godar (*). Para resolver disputas, los miembros de este sistema de tribunal eran escogidos después de que fuera cometido el crimen. Tanto el demandado como el demandante tenían derecho a escoger la mitad de los que actuarían como árbitros.
Existía otro nivel de tribunal, denominado Varthing. Esta era un tribunal del Thing (o asamblea de hombres libres) (*), en el que los jueces eran escogidos por el godar delThing. David Friedman se dio cuenta de que estos tribunales se reunían muy raramente y que se sabe poco acerca de ellos. Cada demarcación territorial estaba representada por su propio Althing. Si una disputa no se resolvía por medio de los tribunales privados, subía en la escala hasta el siguiente tribunal más alto hasta que se resolvía.
No existía la propiedad pública durante la época vikinga en Islandia, toda la propiedad era privada.
Los colonos de Islandia dividieron el país en cuatro regiones. Cada región poseía nuevegodord y los distritos estaban divididos en tres things. Los distritos estaban divididos en grupos de tres, y cada thing poseía tres distritos.
La palabra ‘godord’ tiene dos definiciones. ‘Godord’ representaba un grupo de hombres. Estos estaban aliados o juraban fidelidad a un godi específico. Un godi era el líder o jefe que construía un sitio de culto pagano para sus seguidores. Los godord eran también una colección de derechos, el derecho a representar el cuerpo legislativo de Islandia.
Señala David Friedman que “… los escaños en el cuerpo judicial estaba en venta de una forma muy literal”. Los hombres que actuaban como legisladores no poseían el poder simplemente porque se titulaban godord. No tenían poder “a menos que pudieran convencer a algunos granjeros libres para que les siguieran” (2). Esto mantenía a la tiranía y la injusticia bajo control.
Jesse Byock señala en su libro que “el liderazgo evolucionó de tal forma que el poder de un caudillo y los recursos que podía éste alcanzar no se derivaban de un territorio explotable”. Eso sucedía porque los granjeros libres podían cambiar de lealtad entre distintos godi sin moverse a una localización geográfica distinta. “El lazo legal entre elgodi y el miembro de la asamblea se creaba por medio de un contrato voluntario y público” (3). La capacidad de cambiar de sistema legal sin moverse es clave en un sistema descentralizado. Crea separación hasta el nivel del propio individuo, haciendo que todas las estructuras del gobierno se formen de un modo verdaderamente voluntario.
Esta relación inestable entre el godi y los miembros de la asamblea en Islandia ayudó a conservar, con bastante efectividad, al gobierno fuera de las vidas de los ciudadanos; la ley y el arbitraje se hacían justamente.
¿Cómo se les pedían responsabilidades a las personas cuando cometían un crimen? Se parecía mucho a la manera en que funcionan hoy los sistemas de tribunales civiles en los Estados Unidos. Los criminales eran obligados a pagar multas. Estas multas no revertían al estado, sino que eran indemnizaciones. Si el criminal no podía pagar la multa que le imponían, entonces iba a su godord o a su grupo de familia o amigos, o a algunos otros aliados, y ellos pagaban la multa por él; si nadie podía representarle, entonces pagaba la multa mediante la esclavitud. Los pobres no se encontraban en desventaja. El pobre podía vender su derecho a la justicia a alguien, como un jefe u otro personaje respetado, que la recaudaba o que hacía justicia a la víctima. A este respecto, el derecho a transferir la indemnización actuaba como un ecualizador para los pobres. En los casos en que la víctima no quería restitución, la parte culpable no tenía ninguna obligación impuesta.
Si un criminal no pagaba la multa o no se sometía a la esclavitud, o bien era puesto fuera de la ley o perdía el apoyo de sus pares, dependiendo de la severidad del crimen, desacreditándose de esta forma (4).
Incluso en tiempos de guerra se entendía que habría que pagar por cualquier hombre que fuese muerto (5). Esto acortaba las querellas, nunca hubo “guerras” reales, y la violencia podía clasificarse como disputa familiar o escaramuza. Las pendencias eran cortas y duraban un par de días como mucho (6). Las dos partes tenían el incentivo de comprometerse y llegar a acuerdos porque la violencia sostenida es muy costosa en este tipo de esquema institucional.
Islandia se vino abajo en el año 1262, doscientos noventa años más tarde de haber sido fundada. Roderick Long señala que a Estados Unidos le llevó solamente ochenta y cinco años el tener su primera guerra civil. Que Islandia lo mantuviera tanto, es impresionante.
Este colapso no llegó hasta después de casi tres siglos de vida relativamente pacífica. Roderick T. Long observa “Debemos ser cautos al etiquetar como fracaso un experimento político que floreció durante más tiempo que el que llevan los Estados Unidos existiendo”.
Cuando se mira de forma objetiva a historia de Islandia, podemos ver cuáles fueron las causas reales del colapso. La falta de competitividad y las cualidades de monopolio que surgieron cuando cinco familias coparon el mercado de la jefatura fueron una razón. Estas familias comprar la mayoría de las jefaturas. Controlaban los tribunales y el sistema legal hasta un punto significativo. Esto significaba que no había ya tantos jefes entre los que elegir. Esto llevó a menos competición, dando oportunidad a una explotación creciente de los granjeros libres, lo cual llevó a una revuelta contra estas cinco familias.
Roderick Long también advierte del hecho de que la introducción del diezmo en 1096 puede haber ayudado al colapso de Islandia. El diezmo era un impuesto que se pagaba para mantener a la Iglesia Católica y para pagar a los oficiales eclesiásticos. La única estipulación era que el dinero que se obtenía para el mantenimiento de la iglesia fuera a manos de un terrateniente privado, normalmente un jefe. Los jefes ´habían expropiado ganancias de los campesinos libres y los campesinos libres no tenían forma de mantener controlados a los jefes.
¿Qué implicaciones tienen las políticas de la Islandia de la Época Vikinga y cómo las aplicamos en el mundo moderno? Seguramente, después de tanto desarrollo como ha habido en los últimos setecientos años existirían dificultades con un sistema político con tanta simplicidad como el de Islandia, pero los grandes avances en la tecnología también tienen un gran potencial para coordinar de una manera más descentralizada el sistema de mercado.
La historia de la Islandia de la Era Vikinga tiene lecciones que enseñarnos. Una de ellas es la importancia de un poder ejecutivo descentralizado. El sistema legal descentralizado de Islandia se las arregló para atar corto a sus líderes durante la mayor parte de su historia. Los caciques solo tenían poder si podían convencer a la gente para que les siguieran, sin el uso de la coerción. Esto aminoraba el problema del agente principal. ¿Quien quiere seguir voluntariamente a un líder malvado o incompetente? Incluso cuando un líder malvado pudiera arrastrar a unos pocos campesinos a seguirle, a la larga perdería su credibilidad.
Otra lección importante es que los agentes de la aplicación privada de la ley pueden proteger a la gente en un mercado libre. Esto les permitía utilizar el cálculo económico. Las fuerzas de Policía públicas no tienen esta guía. Como dice Rothbard: “Su asignación de fondos está entonces sujeta a todo el juego de la política, el enredo y la ineficacia burocrática, sin que exista indicación de si el departamento de policía está sirviendo a los consumidores de una forma que responde a sus deseos o si lo está haciendo eficazmente” (7).
En el sector público no existen indicativos económicos del éxito, pero en el sector privado las empresas llevan la contabilidad de las ganancias y pérdidas.
La aplicación pública de la ley asume una protección absoluta (8). La protección de la Policía no es un bien infinito que puede ser consumido sin límite superior. La policía estatal siempre ha tenido un presupuesto limitado, derivado de los recursos limitados del contribuyente. Otra razón por la que las agencias de policía privada serían más efectivas es el hecho de que las empresas privadas buscan el máximo provecho.
¿Cómo puede una empresa maximizar el beneficio sin cumplir las demandas de los consumidores? Una agencia de policía estatal obtiene su dinero por medios represivos, de manera que no tiene que satisfacer los deseos de los ciudadanos de la misma manera. Cualquier empresa privada que no pone el beneficio como su prioridad principal será expulsada a la larga del mercado.
La Islandia de la Era Vikinga tiene mucho conocimiento que ofrecer en cuanto a la privatización de la ley, los tribunales y las agencias que aplican la ley. El Estado Libre Islandés duró más tiempo que los 106 años de existencia de Estados Unidos. Islandia no tuvo una guerra civil en los primeros 300 años de su existencia. A los Estados Unidos les llevó unos 80 años el tener su primera guerra civil y después de la guerra, se puede argumentar que el sistema de gobierno ya no fue el mismo que había sido antes.
La provisión pública de la ley, los tribunales y la protección policial cuentan con los mismos incentivos y cálculo de problemas que cualquier industria socializada. Si estos servicios pudieran proveerse en el marco de un mercado, sería posible proveerlos más eficazmente.
La Islandia Medieval ofrece la evidencia de que estas cosas pueden ser suministradas de forma privada, sin violar los derechos de nadie y que los resultados no eran un caos. No había luchas continuas. La “Selva Hobbesiana” no creaba un estado natural de guerra de todos contra todos, en el que la vida fuera desagradable, brutal y breve. En comparación con muchos gobiernos del siglo XX, la Islandia medieval sería un sitio más seguro en el que vivir.
En una sociedad sin estado, los hombres se eligen por sus capacidades. El estatus, el dinero, el poder y la codicia, todo lo que apoyan los que defienden un fuerte gobierno centralizado, no eran requisitos previos para ser un líder. Los peores no eran seleccionados para llegar a la cima. Los escogidos en una sociedad sin estado son escogidos precisamente porque son emprendedores y los emprendedores que mejor satisfacen las demandas de los consumidores serán aquellos cuyas empresas crezcan. En una sociedad sin estado, la única persona que es “Rey” es el consumidor.
[1] David Friedman: Private Creation and Enforcement of Law: A Historical Case. [2] Long, Roderick: Privatization, Viking Style: Model or Misfortune? [3] Byock, Jesse: Viking Age Iceland p. 119. [4] Friedman, David: Private Creation and Enforcement of Law: A Historical Case. [5] Friedman, David: Private Creation and Enforcement of Law: A Historical Case. [6] Byock, Jesse: Viking Age Iceland. [7] Murray N. Rothbard: For a New Liberty p. 220. [8] Murray N. Rothbard: For a New Liberty p. 220.
Publicado el 25 de diciembre de 2002. Traducido del inglés por Carmen Leal. El artículo original se encuentra aquí.