¿Se dirige Japón hacia otra Década Perdida?

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Recientemente, varios comentaristas han estado advirtiendo a los políticos de la Eurozona de que necesitan lanzar políticas de estímulo para evitar una década perdida al estilo japonés. Para apoyar su alegato, apuntan a los años que van de 1991 a 2000. El crecimiento medio del PIB real en Japón durante ese periodo fue del 1,2% frente al crecimiento medio del 4,7% desde 1980 a 1990. En términos de producción industrial, el crecimiento medio se situó en el 0,1% frente al 4,1%.

Según muchos expertos, como el presidente de la Fed, Ben Bernanke, un factor importante tras este agudo debilitamiento en el crecimiento económico de Japón está la pronunciada caída en la tasa de crecimiento anual del índice de precios del consumo (IPC). Durante el periodo de 1980 a 1990, la tasa media de crecimiento del IPC estuvo en el 2,6% frente al 0,8% durante el periodo de 1991 a 2000. Advirtamos que desde febrero de 1999 a diciembre de 2000, la tasa de crecimiento del IPC mostraba un crecimiento persistentemente negativo, es decir, una deflación de precios.

Bernanke y otros comentaristas como Paul Krugman han estado acusando al Banco de Japón por no atacar agresivamente la deflación de precios por medio de inyecciones monetarias masivas. Como consecuencia, sostienen, Japón cayó en un periodo prolongado de mínimo crecimiento económico. Observemos que teniendo en cuenta un fuerte aumento en el índice Nikkei desde 13.024 en enero de 1986 a 38.916 en diciembre de 1989 (un aumento porcentual de casi el 200%), el Banco de Japón había refrenado su inyección monetaria. La tasa de crecimiento anual del balance del Banco de Japón cayó del 15,2% en febrero de 1989 al 9,1% en octubre de ese año. El tipo de interés político se aumentó del 2,5% en abril de 1989 al 3,75% en noviembre de ese año. Esto disparó una caída en el Nikkei del 42%, hasta 22.455 en noviembre 1990 desde diciembre de 1989.

Bernanke acusa al Banco de Japón de no responder lo suficientemente rápido al desplome del Nikkei, que considera un factor importante en desatar la deflación y una recesión económica. Diversos comentaristas, incluido Bernanke, pasan por alto que la base de la recesión la creó la previa inyección monetaria masiva del Banco de Japón. La tasa anual de crecimiento del balance del Banco de Japón saltó del -0,5% en noviembre de 1986 al 15,2% en febrero de 1989. El tipo de interés político del Banco de Japón cayó del 4,5% en febrero de 1986 al 2,5% para febrero de 1987 y se mantuvo a ese nivel hasta abril de 1989.

Por el contrario, la postura más rígida del Banco de Japón que disparó el colapso del Nikkei había evitado la destrucción del proceso de generación de riqueza. ¿Es verdad que el Banco de Japón no hizo lo suficiente para impedir que la economía cayera en una grave recesión económica contribuyendo así a una década perdida?

El tipo de interés político del banco de Japón se había rebajado del 6% en junio de 1991 al 0,25% en diciembre de 2000. La tasa anual de crecimiento del balance del Banco de Japón saltó del 6% en junio de 1991 al 46,6% en marzo de 1998. ¿Cómo puede alguien llamar a eso una postura monetaria laxa no agresiva?

Contrariamente a Bernanke y otros comentaristas, la década perdida en Japón se produjo debido a la política monetaria laxa del Banco de Japón. La economía cayó en una recesión debido a una grave destrucción de la maquinaria de generación de riqueza. En lugar de permitir una rápida limpieza del sistema, el Banco de Japón aplicó una inyección masiva. Esto ha impedido la eliminación de las actividades no productivas de la burbuja y prolongado la agonía económica

Redoblar la inyección monetaria, como sugieren Bernanke y Krugman, habría infligido un daño aún más severo. De hecho, debido a la agresiva postura monetaria del banco central, Japón ha estado en recesión económica hasta 2010. Esto significa que Japón ha perdido no una, sino dos décadas de crecimiento económico. Frente a lo que dice Bernanke, la causa clave de eso, es en realidad la postura agresiva del Banco de Japón.

Creemos que la política reciente del Banco de Japón de inflar la economía, que fue alabada por Krugman como un acto de valor y sabiduría, va a dañar más la maquinaria de generación de riqueza y corre el riesgo de negar a Japón otra década más de crecimiento.


Publicado el 12 de junio de 2013. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.