¿Puede Bernanke frenar sin descarrilar?

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Según la mayoría de los comentaristas, reducir el estímulo monetario y deshinchar el balance de la Fed sin grandes problemas económicos va a ser un importante desafío para los políticos del banco central de EEUU. El miércoles, 19 de junio, el presidente de la Fed, Ben Bernanke, dijo que dada la mejora de la economía, el banco central de EEUU puede moderar el ritmo de la inyección monetaria. Según Bernanke, a mediados de 2014, la Fed podría incluso dejara de comprar activos.

¿Es posible ralentizar el ritmo de la inyección monetaria sin grandes efectos colaterales?

Según la forma popular de pensar, debido a las grandes sacudidas previas a 2008 derivadas de disrupciones en los mercados crediticios la economía de EEUU se vio gravemente desviada de un camino de crecimiento económico autosustentado.

Como consecuencia, desde 2008, la Fed ha tenido que realizar inyecciones monetarias masivas para poner a la economía en el camino hacia el crecimiento económico.

Pero en esta forma de pensar el gasto de un individuo se convierte en la renta de otros, etc. En ausencia de sacudidas, este proceso tiende a convertirse en autosustentado. Aquí el papel del banco central es asegurar que el proceso no se interrumpe y evitar una mala dinámica. (como si, debido a la sacudida, los consumidores recortan su gasto, esto pudiera llevar a una implosión en la actividad económica).

Advirtamos que se espera que el banco central intervenga no solo en respuesta a sacudidas negativas sino también ante sacudidas positivas que tiendan a hacer más fuerte la economía por encima de la vía al crecimiento económico autosostenido.

Ahora, la manifestación de sacudidas negativas se considera un declive en la inercia de crecimiento de los precios y una caída en la actividad económica. Por el contrario, la manifestación de sacudidas positivas es un recalentamiento de la actividad económica y una inercia de crecimiento en aumento de los precios de los bienes y servicios.

En esta manera de pensar, si el banco central no es suficientemente cuidadoso n su respuesta a las sacudidas negativas, podría empujar a la economía a la llamada zona “sobrecalentada”.

Parece que aunque no sea una tarea fácil, los políticos experimentados y sabios deberían poder dirigir a la economía lejos de diversas perturbaciones y mantenerla dentro de un sano camino de crecimiento.

De ahí que los políticos deban monitorizar cuidadosamente los datos económicos clave para asegurarse de que la economía, una vez que se lleve a una vía de crecimiento económico autosustentado, se mantenga allí.

Los políticos probablemente miren unos pocos índices clave. Por ejemplo, el Índice de Expectativas de los Constructores saltó a 52 en junio desde 44 en mayo. La inercia de crecimiento de la vivienda empieza a dispararse en mayo respecto del mes anterior. La tasa anual de crecimiento de nuevas viviendas saltó al 28,6% desde el 13,5% en abril.

También la actividad económica en general parece estar ganado fuerza. El Índice de Negocios de la Fed de Philadephia tuvo un gran aumento en junio respecto de mayo, aumentando a 12,5 respecto de -5,2. El índice de actividad económica de la Reserva Federal de Nueva York tuvo un visible fortalecimiento aumentando a 7,84 en junio respecto de un -1,43 en mayo.

Es frente a este trasfondo como podemos entender la lógica de Ben Bernanke y sus colegas cuando dicen que dado el refuerzo en la actividad económica y el probable fortalecimiento del mercado laboral, los políticos del banco central de EEUU probablemente recorten el ritmo de las inyecciones monetarias en los meses posteriores.

Advirtamos de nuevo que lo que hace falta aquí para el cumplimiento con éxito de la política monetaria de la Fed es la evaluación correcta del discurrir futuro de la economía de EEUU.

Incluso si uno acepta este modo de pensar, la dinámica de los acontecimientos no es nunca posible de prever con gran precisión. Los políticos de la Fed probablemente estén a oscuras respecto de si la economía se está aproximando a la vía de crecimiento autosostenido o ya ha sobrepasado esta vía y a entrado en una creciente vía inflacionista.

Advirtamos que los errores políticos probablemente se añadan a las diversas sacudidas que estas medidas políticas se supone que contrarrestan. (Las medidas políticas clave de la Fed son la inyección monetaria y las manipulaciones del tipo de interés).

Sobre esto, cada vez que la Fed cambia el ritmo de las inyecciones, el efecto en los diversos mercados no es instantáneo. El dinero recién inyectado se mueve de un mercado a otro y hay una demora.

Para algunos mercados, la demora es corta, para otros puede ser muy largo. Siempre que el nuevo dinero entra en el mercado, significa que ahora más dinero usca una cantidad determinada de bienes en ese mercado. El gasto o volumen monetario en ese mercado concreto es ahora más grande.

Ahora, varios indicadores económicos muestran los cambios en volumen monetario en diversos mercados. Por ejemplo, los cambios en la oferta monetaria después de una demora de nueve meses se manifestarán como cambios en el llamado producto interior bruto (PIB). Advirtamos que el supuesto crecimiento económico en este indicador no tiene nada que ver con el verdadero crecimiento económico sino que responde a aumentos pasados en la tasa de crecimiento de la oferta monetaria.

Dado que las demoras son variables, diversos indicadores como los índices de precios podrían responder a cambios en la política monetaria que tuvieron lugar hace varios años.

De ahí que pueda aparecer una situación que teniendo en cuenta la variabilidad en las demoras pueda haber una diversidad de respuestas en varios indicadores en un momento concreto. (Por ejemplo, un fortalecimiento en la tasa anual de crecimiento del PIB mientras la actividad económica está declinando).

Sabemos que los políticos de la Fed tienden a ser (la mayoría de las veces) reactivos a cambios en indicadores económicos, lo que significa que los políticos están respondiendo la mayor parte del tiempo a políticas pasadas. (Es como un perro persiguiendo su propia cola). No hace falta decir que ese tipo de políticas tiende a amplificar en lugar de mitigar las sacudidas.

Somos de la opinión que todo el marco del pensamiento respecto de la existencia de algún tipo de vía de crecimiento por la que la Fed supuestamente pueda dirigir la economía es erróneo. No existe una economía como tal aparte de individuos dedicados a diversas actividades para mantener su vida y bienestar.

Cada vez que el banco central aumenta el ritmo de inyección monetaria para llevar a la economía a una vía de crecimiento autosostenido, en realidad prepara el escenario para diversas actividades no productivas de burbuja. El aumento en estas actividades, que se alaba como prosperidad económica, pone en marcha el desvío de la riqueza general de sus generadores hacia actividades de burbuja.  Debilita el proceso de generación de riqueza.

Siempre que la Fed frena su inyección monetaria debilita el desvío de riqueza real hacia actividades de burbuja y amenaza su existencia. Advirtamos que las actividades de burbuja no pueden sostenerse sin la inyección monetaria que desvía l riqueza real de los generadores de riqueza. Esto lleva a un declive económico.

Evidentemente no hay manera de que la Fed pueda en modo alguno frenar la inyección monetaria sin poner en marcha un declive económico. Contradiría la ley de causa y efecto. La gravedad del declive va de acuerdo con el porcentaje de actividades de burbuja respecto de las actividades totales. Cuanto mayor sea este porcentaje, mayor va a ser el declive.

El porcentaje a su vez está dictado por la magnitud y longitud de la postura monetaria laxa de la Fed. Una vez este porcentaje se va de la mano, las existencias de riqueza real se ven bajo presión. Consecuentemente, se reduce la voluntad de los bancos de dedicarse a la expansión del crédito, a pesar de la postura laxa del banco central. Esto lleva a una bajada en la tendencia de crecimiento de la oferta de crédito creado de la nada, lo que a su vez lleva a una bajada en la tendencia de crecimiento de la oferta monetaria. Después de una demora, esto actúa hacia una disminución en la actividad económica, es decir, pone en marcha un declive económico.

Entretanto, después de haber cerrado a -1,4% en septiembre de 2012, la tasa anual de crecimiento del balance de la Fed subió hasta casi un 20% en junio. Debido a la reticencia de los bancos a prestar (el efectivo extraordinario se quedó en 1,963 billones en junio), la tendencia bajista en la tendencia de crecimiento del AMS de EEUU permanece intacta. (Después de cerrar en el 14,8% en noviembre de 2011, la tasa anual de crecimiento estaba hasta ahora en junio al 7,7%). Creemos que esto ya ha puesto en marcha un declive económico.

Resumen y conclusión

Según la mayoría de los comentaristas, aunque no sea una tarea fácil, políticos experimentados y sabios deberían poder dirigir a la economía de EEUU lejos de los diversos malos efectos colaterales que llegan en respuesta a una postura más rígida de la Fed. Creemos que siempre que la Fed aumenta el ritmo de inyección monetaria para “reavivar” la economía en realidad crea una plataforma que apoya varias actividades no productivas de burbuja que desvían la riqueza real de los generadores de riqueza. Siempre que el banco central de EEUU frena la inyección monetaria, esto debilita el desvío de riqueza real y socava la existencia de actividades de burbuja: genera un declive económico. Creemos que no hay manera de que la Fed pueda hacer más rígida su postura sin poner en marcha un declive económico. Esto desafiaría la ley de causa y efecto.


Publicado el 1 de julio de 2013. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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