Declarad a Detroit una ciudad libre

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Los que defendemos el mercado libre como la vía segura a la paz y la prosperidad oímos a menudo que la economía de EEUU tiene que empeorar muchísimo antes de que se permita cualquier reforma real. ¿Por qué deberíamos esperar antes de llevar a cabo una acción seria para echar atrás al gobierno parasitario? Una respuesta común es que tenemos que esperar hasta que las cosas estén tan mal que nadie sea capaz de negar que el gobierno es el problema y no la solución. Entonces incluso los comunistas de toda la vida darían al mercado libre una oportunidad.

Bueno, ¿qué pasa si llegamos a eso y la gente quiere más gobierno y no menos? El resultado sería fascismo en EEUU. Ante la posibilidad, yo por lo menos prefiero no esperar esa eventualidad. Más bien tendría un caso de prueba estadounidense para demostrar que radicalmente menos gobierno lleva a la paz y la prosperidad.

Detroit como un caso de prueba de la libertad económica

La tragedia creciente de décadas de una ahora quebrada Detroit proporciona una oportunidad única para probar nuestros principios fundamentales. ¿Qué pasaría si Detroit se convirtiera en una ciudad libre en la que el gobierno proporcionara seguridad pública, tribunales honrados, protección e derechos de propiedad y poco más? ¿No podría la libre empresa sin cortapisas arraigar como ha hecho siempre en Estados Unidos?

Detroit está quebrada y sus problemas parecen irresolubles. Su población llegó al máximo en 1950 en 1.850.000 personas para caer a 706.000 en 2011, lo que es sin duda representativo de gente que votaba con sus pies. Como ha escrito el político británico Daniel Hannan, la enfermedad de Detroit puede estar muy avanzada en el resto de las ciudades estadounidenses y quizá también en todo Estados Unidos. Antes de que la enfermedad puede matar al resto de Estados Unidos tenemos la oportunidad de dar una oportunidad a reformas de mercado libre en un entorno bastante controlado: la ciudad quebrada y disfuncional de Detroit.

Todo lo que necesita Detroit en realidad es libertad económica y derecho de propiedad garantizados. Dad a Detroit su libertad frente a todo tipo de gobierno, incluyendo el gobierno federal. Declarada a Detroit una ciudad libre. (¡Puedes estar segura, Detroit, de que Estados Unidos acudirá a tu rescate si atacan esos canadienses sedientos de sangre!) En otras palabras, nadie pagaría ningún impuesto federal o estaría sujeto a ninguna regulación federal. ¿No sería estupendo no pagar impuestos federales, ni siquiera Seguridad Social y Medicare? Haced lo mismo con los impuestos de Michigan. Ningún impuesto, PERO tampoco ninguna ayuda federal ni estatal.

Un Detroit Libre no tendría absolutamente ninguna regulación laboral ni del lugar de trabajo, incluyendo salarios mínimos, seguro obligatorio, normas de igualdad de oportunidades, normas de seguridad profesional, etc. A la gente se le permitiría trabajar junta cooperativamente en los términos que le permita su productividad marginal del trabajo.

Acabad con todo el papeleo que afecta a la fundación de empresas y dificulta su expansión, como licencias, regulaciones e inspecciones de sanidad pública, restricciones urbanísticas, etc. No os preocupéis porque la gente pueda ser contratada con salarios bajos y en trabajos peligrosos contra su voluntad. La realidad es que los dueños de negocios deben reclutar trabajadores y no forzarlos y encadenarlos a sus puestos de trabajo. Tampoco los dueños de negocios están interesados de dañar a sus trabajadores o a sus clientes. Si lo hacen bastaría con el derecho civil y mercantil normal.

Privatizad todos los servicios públicos, como la recogida de basuras, los servicios de agua y alcantarillado y permitid una competencia sin limitaciones en estas y otras áreas, incluida la protección ante incendios. Vended todas las propiedades municipales (¿quién necesita oficinas que están vacías de funcionarios en todo caso?) y ceded las viviendas públicas a sus ocupantes actuales, haciéndoles responsables de sus propios domicilios. Puede sorprenderos los responsable que puede ser la gente con su propiedad. Acabad con la educación pública y todos sus costes. Permitid a la gente tener el tipo de educación que desee, sea el que sea. Como la mitad de la población actual de Detroit en analfabeta funcional, ¿cuál es el riesgo?

¿Queréis una sociedad segura? Dejad entonces que la gente se arme sin ningún requisito de licencias. Como a la policía de Detroit le lleva aproximadamente una hora responder a una llama de emergencia típica, esto es simplemente una solución práctica al derecho humano básico de autodefensa. Sobre todo, acabad con el bienestar. El destructivo ciclo de dependencia está llevando a las ciudades estadounidenses al despeñadero financiero y cultural.

No esperéis un éxito inmediato, pero ¿quién sabe? Un mercado libre siempre nos sorprende con innovaciones. Al principio una puede esperar un montón de nuevas empresas, vendedores en las aceras, servicios sin licencia ni impuestos como un sencillo servicio de reparaciones del hogar, escuelas caseras, taxis privados, etc. Pero si a Nike y otras empresas estadounidenses les atraen los costes más bajos y las menores regulaciones para externalizar en el extranjero sus operaciones manufactureras, ¿por qué no iban a echar un ojo a un Detroit Libre? Os vais a sorprender.

Permitid a Detroit sr una ciudad segura y cooperativa que represente lo mejor que puede ser Estados Unidos. La libertad económica aseguraría el renacimiento de Detroit. Esta ciudad puede convertirse en el faro de la verdadera prosperidad para el resto de Estados Unidos y el mundo.


Publicado el 26  de julio de 2013. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.