Contrabandistas y baptistas en la playa

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El pasado año, dos jóvenes graduados universitarios tuvieron una gran idea de negocio que se ha convertido en un enorme éxito en el pueblo playero de Delray Beach, Florida. Observando los esfuerzos de los veraneantes transportando tumbonas y otro equipamiento playero pesado en el largo y ardiente paseo a la playa, crearon en un servicio de lanzadera gratuito en coches de golf llamado “The Downtowner”. Está disponibles hasta las 11 todas las noches y pueden recoger a cualquier en cualquier lugar en el casco urbano del pueblo. Fue una idea que desarrollaron  mientras estudiaban empresariales en la universidad y sus padres les proporcionaron el capital para los coches de golf. Viven de las propinas y de los ingresos por publicidad de los comerciantes locales que se anuncian en los vehículos.

The Downtowner está siempre completamente reservado y por una buena razón: los jóvenes conductores son diligentes, excepcionalmente educados y corteses ¡y es gratuito! Qué gran manera de empezar una carrera como empresario después de la universidad. No es sorprendente que el gobierno municipal de Delray Beach esté aparentemente haciendo todo lo que puede para acabar con el negocio de The Downtowner.

The Downtowner puede ser pronto historia y los jóvenes empresarios quedarse sin empleo porque en su inacabable empeño por proporcionar bienestar empresarial a los empresarios políticamente conectados del pueblo el ayuntamiento gastó más de un millón de dólares en comprar dos grandes autobuses llamados “Roundabouts” que siguen una ruta fija y funcionan “gratuitamente”. Por supuesto, no son realmente gratuitos: el coste se oculta de la vista, todos los salarios y costes de capital los pagan los contribuyentes. Como es difícil, por no decir imposible, que nadie compita con una empresa pública cuyos costes de capital y personal son pagados por los contribuyentes, los días de The Downtowner pueden estar contados. Al menos no ha sido directamente prohibido… aún. Ese fue el destino de los “jitneys” (taxis con rutas fijas) de principios del siglo XX, que fueron prohibidos legalmente en todo EEUU con la aparición de los autobuses públicos municipales.

El ayuntamiento de Delray Beach afirmó que el propósito de los “Roundabouts” es estimular los negocios locales y reducir la congestión del tráfico. Es, en otras palabras, un ejemplo de la coalición “contrabandistas y baptistas”. El economista Bruce Yandle acuñó la frase para describir a los defensores de la prohibición del alcohol en la década de 1920: los contrabandistas querían la ley seca porque les mantenía en el negocio y los “baptistas” representaban a la gente que se oponía al consumo de alcohol por razones religiosas. En este caso, los “contrabandistas” son los comerciantes locales que creen que el servicio de autobús público les generará más negocio y los “baptistas” son ecologistas y planificadores urbanos que piensan que los autobuses reducirán la congestión del tráfico y la contaminación del aire.

Pero los políticos no tienen por qué gravar a un grupo de ciudadanos (los contribuyentes) para proporcionar una forma velada de bienestar empresarial a otros ciudadanos mejor relacionados políticamente (los comerciantes del pueblo). Además, los autobuses crean más congestión del tráfico, no menos, debido a su propia existencia. The Downtowner ya reducía la congestión del tráfico. Si hace falta más competencia (y siempre es así) es tarea para otros empresarios del sector privado, no de políticas que buscan llenar sus cofres de campaña con “contribuciones” de los comerciantes locales.

La ley de la las consecuencias no pretendidas añadió recientemente un elemento de farsa en la saga de los “Roundabouts” de Delray Beach. Parece que han estado circulando vacíos la mayor parte del día y la noche, salvo por un grupo de vagabundos que han decidido que quedarse en un autobús con aire acondicionado toda la tarde es mejor que quedarse en la calle en medio del verano en el sur de Florida. Esto ha causado el pánico éntrelos dispensadores políticos de bienestar empresarial del pueblo porque los vagabundos aparentemente están disuadiendo a los demás de usar los Roundabouts, la razón ostensibles para el despilfarro del millón de dólares en principio. Los políticos temen que los contribuyentes puedan empezar a cuestionar si es apropiado utilizar dólares de los contribuyentes para tener autobuses vacíos (excepto para uno o dos vagabundos) cruzando el pueblo día y noche, así que están proponiendo empezar a cobrar 1$ por trayecto.

El mejor uso para los Roundabouts de Delray Beach sería llevarlos al mar y tirarlos en algún lugar donde puedan formar un arrecife y un hábitat para peces. Sería bueno para el medio ambiente y bueno para los negocios (no subvencionados) de la ciudad.


Publicado el 5 de agosto de 2013. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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