Aboliendo el Estado. ¿Cómo desmantelar el Estado?

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Brad Edmonds escribió seis artículos que tuvieron mucho éxito en Estados Unidos sobre la abolición del estado. Estos artículos han sido traducidos al castellano por Fernando LdL y posteriormente publicados por Manuel Lora en Vanguardist.org.

Los comentaristas libertarios suelen discutir sobre las razones por las cuales el Estado no funciona como debería funcionar. Con el Estado hay muchas cosas que van mal y tantos ejemplos para apuntalarlo, que es sencillo documentar sus errores. Cogemos algo de vehemencia, después, para sugerir soluciones. Gran parte de este anhelo está equivocado pues ya hemos mencionado la solución definitiva repetidamente: Privatizar todo, desde la educación hasta las carreteras. Además, los escritores incurrimos a menudo en la equivocación de suponer que los lectores conocen lo que estamos pensando. Es normalmente el caso de que identificar el problema sería también encontrar la solución, pero no todo el mundo está en la misma onda – la mayoría de la gente (nosotros los escritores incluidos) no se da cuenta de todas las soluciones que ya están disponibles. Por esa razón, en artículos recientes, he linkeado algunos vínculos con buenas bibliografías, y que se refieren a casos concretos; ejemplos de actuales éxitos privados. Yendo a otra cosa, deduzco que el verdadero problema es cómo conseguir llegar hasta allí. Como ejecutar las soluciones que sugerimos en contra del Estado; cómo lograr finalmente su supresión.

Primero, las buenas noticias: Estoy convencido de que el Estado será abolido (las razones del porqué las dejo para otro artículo), aunque esto tomará algo de tiempo. Por ahora, aquí tenemos algunas labores para acelerar el proceso.

Lo más eficaz que puede hacer es educar a sus hijos en casa. Esto es fácil de decir, pero hacerlo es realmente un gran trabajo. Tiene que hacer planes para vivir de una renta, lo cual asume que hay dos padres en casa. Muchos piensan que el que se queda en casa educando a sus hijos (esperanzadamente la madre) está haciendo un sacrificio. Afortunadamente, esto no es verdad. Las sofisticadas revistas culturales de Nueva York traen últimamente artículos que señalan que las madres con estudios y carrera desean cada vez más estar en casa y muchas de ellas parecen estar tomando la decisión de hacerlo. Es más, la educación en casa es atractiva y compensatoria para ambos padres. Es simplemente más divertida que los vehículos que puede adquirir con la segunda renta (a la vez que paga a alguien con menos talento, motivación y habilidad con el dinero robado a su vecino para adoctrinar a su hijo).

Cuando educa en casa, consigue niños bien educados, amantes de la libertad, autosuficientes y equilibrados, que le harán estar orgulloso, que estarán preparados y dispuestos a cuidar de usted en la senectud. Además se harán cargo del las riendas del mundo (estando capacitados para asegurar que nadie asuma realmente tal control, como hoy las Naciones Unidas intentan). Usted cría adultos articulados, agudos, y hábiles para persuadir a otros de los beneficios de vivir sin el violento Estado.

La educación en casa necesitará una o tres generaciones para provocar un efecto profundo en la sociedad. Afortunadamente, este tipo de educación (homeschooling) ha ido ganando adeptos y popularidad desde la década de los 70, la primera generación educada en estos pilares. El centro de esta generación está ganando actualmente todos los certámenes de matemáticas, literatura y geografía.

Otra cosa que puede hacer, en segundo lugar y a la vez que la educación casera, es competir con el Estado en la provisión de seguridad. Organice su vecindario y contrate como grupo a una empresa de seguridad privada. Si usted es empresario, emprenda su propia firma de seguridad. Es un negocio lo suficientemente grande que algunos Estados lo regulan férreamente. Esto significa que ya hay actualmente un mercado, y muchos son los que saben como iniciar el negocio.(*) Según los opositores izquierdistas de la seguridad privada, actualmente hay más policía privada que pública en los Estados Unidos, y esta primera está creciendo rápidamente. Ahora sería un buen momento para comenzar. La seguridad no es el único área donde puede competir con el Estado, es solamente la más obvia. Carreteras, servicio de bomberos, una escuela privada libertaria… usted decide, usted es el empresario. Competir con el Estado sólo requiere audacia e ingenio, y ya hay muchos emprendedores activos.

Si comprometerse las próximas décadas y años de su vida le parece desalentador, puede hacerlo solamente a ratos. Persuada a quien tenga poder político. Por cuaquiera que sea la razón, a los políticos les impresiona que le manden cartas de verdad más que por cualquier otra cosa. Mande cartas a todos los que le dirijan para cualquier decisión a tomar. Pregúnteles que elección tomar, y déles unas pocas, cortas e inteligentes explicaciones explicándoles el porqué. Por supuesto, siempre ha de decirles que voten de la forma más efectiva para reducir el poder del Estado. Esto requiere a veces exhortarles a votar en la forma que usted no desea, por ejemplo a favor del juego, la prostitución o las drogas. Todo voto dirigido contra la acción del Estado será un voto que aumentará o preservará la libertad, la prosperidad económica, y (lo crean o no) la moralidad pública. Si esto no redunda en un Estado menos fuerte, entonces impélalos a agarrar el toro por los cuernos –invente su propio comando de reducción estatal. Por ejemplo, si su senador en Washington está decidiendo si poner sentencias de diez o veinte años para los traficantes de droga, dígale que necesita escribir en lugar de ello sobre el retorno del poder sobre legislación de droga a los correspondientes Estados federados. Después dígales a sus legisladores estatales que deleguen la función en los condados. Así sucesivamente.

Incluso si le desagrada la idea de participar con el Estado, recuerde que puede decirle a su gobernador que no ponga nuevos impuestos y le votará, lo cual es un paso correcto hacia nuestro objetivo. Él no tiene por qué enterarse de que le estás moviendo en esa dirección para suprimir su empleo, que no le votará, o que no vota a nadie. Sólo necesita creer que le votará la próxima vez. Dentro de 40 años será más fácil desmantelar un Estado con tasas impositivas del 10% de su renta y sin ayudas sociales que abolir un Estado omnipotente como el que tenemos actualmente.

Compre un arma. Asegúrese de que puede usarlas eficaz y cuidadosamente. El mejor entrenamiento para el propietario de un arma se encuentra en el manual de aquella. Cuantas más armas tenemos, más seguros estamos antes los criminales ordinarios, ante la invasión extranjera y ante nuestro propio gobierno. En el caso de que se lo pregunte, la propia información gubernamental muestra como las armas privadas y sus dueños son más inofensivos para los niños y el público en general que las piscinas o la policía estatal.

Adéntrese en organizaciones, o funde la suya. Bucee en la red y encontrará asociaciones libertarias cerca de usted. Hará contactos y encontrará información muy útil. Además, cuando reúne recursos con otros simpatizantes de sus ideas, la educación pública y la implicación llegan a ser más prácticas. Cuando gente enérgica y librepensadora aúna voluntariamente sus fuerzas, puede levantarse una roca más pesada que la que podría una única persona. Y sí, pueden encontrarse algunos anarcocapitalistas extremadamente bien informados en las excursiones del Partido Libertario.

Finalmente, trabaje duro para informarse. Esto hace mucho más eficaz la persuasión de los oponentes. Utilice las bibliografías en LewRockwell.com. Éstas incluyen comentarios para ayudarle a seleccionar los libros que más le interesen, y los comentarios de los lectores en Amazon.com –seleccionando los más valiosos, porque podría no terminarse un libro que hable por debajo de su nivel o por encima de sus capacidades de comprensión. Usted estará capacitado para separar los críticos brillantes de los necios.

Otras cosas que puede hacer dependen ya de su energía e imaginación. Comience su propia web antiestatista. Envíe los artículos de LewRockwell.com a todos sus conocidos. Compre vegetales en mercados libres (o allí donde pueda evitar pagar los impuestos), o plante los suyos. Compre los libros de sus hijos de segunda mano. Existe incluso un mercado de planes de estudios usados (de educación en casa, o homeschooling).

Dense cuenta de que ninguna de estas soluciones sugiere que el Estado pueda ser suprimido de la noche a la mañana. La Revolución Americana (ambas) necesitó años para completarse. La revolución que deseo no requiere charcos de sangre, requiere atraer a las mentes y corazones lejos del lado oscuro, de una vez por todas. Cualquier individuo puede necesitar años para deshacerse del adoctrinamiento estatal que recibió.

Cuando la gente está convencida, educada y habilitada, vendrá con más soluciones; el trabajo estará en curso. Los sociedad anarcocapitalista mundial (también conocida como voluntaria) no sólo es posible, pienso que es inevitable; muchos ya están haciendo lo que he estado mencionando arriba, plantando la semilla del autogobierno en la mente de muchos individuos. Trabaje un día por ello, y permanezca en sintonía.


(*) Que existan algunos significa que podrán ayudarle a emprender su propio negocio. Sabrán que incrementar la visibilidad de sus negocios sólo significa más negocio, incluso dándole la oportunidad de ser uno de sus competidores. Hace tiempo, en un centro comercial había dos tiendas de descuentos de zapatos. Una se quemó. El propietario de la otra le ayudó a reconstruirla, porque la presencia de las dos tiendas incrementaba la visibilidad de la zona de venta de zapatos en el centro comercial. La presencia de un competidor aumentaba las ventas para la tienda no quemada. Cerca de mi casa, tres restaurantes de comida rápida han abierto sin 100 metros de diferencia entre ellos en los últimos seis meses. Tendrá ayuda para iniciar su negocio.


Brad Edmonds es Licenciado en Artes, Master en Administración de Empresas, MS (Master en Ciencias de la Psicología) y DMA (Doctor en Artes de la Música). Actualmente es banquero en Alabama, y escribe regularmente en LewRockwell.com y en el Ludwig von Mises Institute. Ha publicado un libro llamado “There’s a Government in Your Soup“.