[The Economics of Edwin Chadwick: Incentives Matter • Robert B. Ekelund, Jr. y Edward O. Price III • Edward Elgar, 2012 • 246 páginas]
[Este artículo es una adaptación de una reseña publicada en el número de verano de 2013 de la Quarterly Journal of Austrian Economics 16, nº 2]
Este libro es el primer estudio completo de los escritos económicos de Edwin Chadwick, el reformista social utilitarista del siglo XIX. Aunque no fue un economista en sentido estricto, Chadwick escribió una voluminosa cantidad sobre todo tipo de temas económicos, especialmente con respecto a los problemas de los bienes públicos y la promoción del bienestar general. Para estos fines, Chadwick utilizaba ideas económicas innovadoras y métodos empíricos para explicar y mejorar las condiciones en la Inglaterra del siglo XIX.
En términos de su aproximación práctica a la reforma económica, Chadwick se distinguió por su uso pionero de estadísticas en el análisis económico. La obra de Chadwick simplemente no tiene parangón en su capacidad de reunir datos sobre condiciones económicas: su “red de contactos médicos y otros a lo largo de Inglaterra se veía constantemente presionada para conseguir datos sobre enfermedades, estadísticas de mortalidad e información sobre prácticamente cualquier tema imaginable” (p. 43). Sin embargo, no se limitaba a agrupar estos datos, sino que los utilizaba coherentemente tratando de promover una reforma económica. Y aunque los métodos empíricos de Chadwick no eran modernos, sus notables esfuerzos por incorporar estadísticas en el análisis político son evidentes en prácticamente todos los temas explicados en este libro. Sin embargo, incorporar evidencia empírica no siempre genera un análisis económico sólido y Chadwick sí parece haber realizado algunas generalizaciones apresuradas basadas en datos teñidos de parcialidad, ya sea por accidente o por manipulación deliberada (p. 44).
Otro tema central en este libro es que la peculiar aproximación de Chadwick a la reforma le llevó a ver condiciones económicas indeseables (y las políticas necesarias para mejorarlas) como asuntos de remuneración ineficaz; en otras palabras, como problemas de incentivos. Chadwick no usaba en término “incentivos” para describir sus ideas, pero sin embargo veía los problemas de la reforma económica de la era industrial como fundamentalmente entremezclados con la remuneración y el castigo.
La apreciación concienzuda de Chadwick por la naturaleza compleja y ubicua de los incentivos podría no parecer notable para los patrones actuales, pero a mediados del siglo XIX, los economistas no habían empezado todavía a usar el mantra “los incentivos importan” (que es asimismo el subtítulo de este libro). Este hecho hace que la atención de Chadwick a los incentivos mucho más interesante para los historiadores del pensamiento económico.
A pesar de mostrar una gran originalidad de pensamiento al considerar la política económica, Chadwick no estaba solo en su enfoque sobre la reforma social basada en incentivos. Como explican Ekelund y Price, el papel desempeñado por los incentivos era un tema importante en la tradición utilitaria británica, especialmente en la obra de Bentham, cuyas reformas sociales a menudo destacaban la disposición apropiada de incentivo. Bentham reconocía la existencia de lo que hoy llamaríamos “externalidades” y sus reformas sociales trataban de asegurar que los incentivos apropiados traerían una armonía de los intereses personales y públicos.
La noción de incentivos puede verse, por ejemplo, en la estructura del panóptico, donde el comportamiento de los prisioneros se moldea por las autoridades a través (aparentemente) de una monitorización constante. El panóptico es simplemente una versión del problema convencional del riesgo moral, en el que los agentes alteran su producción cuando no son observados. Mucha de la literatura sobre riesgo moral gira en torno al problema del coste de los agentes que hacen la monitorización, que puede ser prohibitivamente alto, permitiendo o estimulando así el comportamiento no deseado. Sin embargo, el panóptico de Bentham, proporciona en la práctica una solución nueva y empresarial a este problema: en el panóptico, los prisioneros no saben realmente cuándo están siendo observados, pero podrían estarlo en cualquier momento. Como los prisioneros no pueden estar seguros, y mientras sean castigados al menos a veces por alguna falta, deben tener cuidado de actuar como si siempre estuvieran siendo observados.
Sin embargo, el panóptico orientado a los incentivos de Bentham también funcionaba al nivel administrativo y este aspecto es el enfoque del análisis de Ekelund y Price. Bentham estaba principalmente preocupado por proteger a los prisioneros de los abusos y por desanimar el desperdicio administrativo. Su sugerencia fue proporcionar incentivos para los administradores de prisiones para promover el bienestar de los prisioneros. En concreto, Bentham defendía un sistema de gestión de contratos, por el que los empresarios pagarían por el derecho a usar el trabajo de un convicto, proporcionando un impulso monetario para preocuparse por el prisionero y así garantizar una cantidad y calidad suficiente de mano de obra que justificara su “inversión” (pp. 56-57).
En todo caso, la idea del interés propio y de iniciativas apropiadas era fundamental para Bentham y el mismo tipo de razonamiento acerca de problemas de agencia y riesgo moral aparece también en los escritos de Chadwick. De hecho, podría incluso decirse que “toda la carrera [de Chadwick] puede caracterizarse como la aplicación de los principios de Bentham a los fenómenos económicos y sociales” (pp. 34-35).
Como reformista social, Chadwick trató muchos de los aspectos más feos de la vida industrial, incluyendo la higiene pública y el sistema de justicia penal, que, en términos de calidad, eran a menudo metáforas uno de otro: cada uno de ellos tiene su propio capítulo, en el que los autores argumentan convincentemente que Chadwick anticipó muchas ideas de la economía contemporánea.
Ekelund y Price demuestran que sus opiniones a menudo anticiparon la obra de los economistas del siglo XX y otro mérito de este libro es la forma en que entreteje explicaciones históricas con la obra de economistas contemporáneos como Gary Becker, Ronald Coase, Harold Demsetz y George Stigler. Además, debido al amplio rango de los intereses de Chadwick, así como los de sus influencias intelectuales, una revisión de sus contribuciones lleva a Ekelund y Price a revisar muchos acontecimientos importantes a partir de este momento revolucionario en la historia económica. Este libro atrapará la curiosidad de los lectores interesados en más que el relativamente estrecho asunto del propio Chadwick.
Publicado el 23 de octubre de 2013. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.