Los bancos centrales: Los verdaderos centros del poder político

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Los bancos centrales siguen aumentando la oferta monetaria y todavía parece que hay confianza en esas divisas fiduciarias.

Thorsten Polleit: Es verdad. Los políticos evidentemente tuvieron éxito en quitar el pánico en los mercados y, al mismo tiempo, en crear la impresión de que sus acciones “rescatarían” a las economías sin causar inflación. Su propagando ha resultado ser bastante eficaz.

La estrategia que han venido usando los bancos centrales en años recientes parece estar funcionando hasta ahora.

Thorsten Polleit: Demuestra claramente lo lejos que pueden llegar las manipulaciones de los bancos centrales para sostener el régimen de moneda fiduciaria, que es en realidad un “juego monetario de Ponzi”. Sin embargo deberíamos darnos cuenta del hecho de que sin graves manipulaciones del mercado, como la supresión de tipos de interés hasta prácticamente cero y la impresión de nuevo dinero para estimular a bancos enfermos y gobiernos, el sistema de dinero fiduciario presumiblemente ya se habría desplomado.

Entonces, si falla la estrategia actual, ¿qué pasará?

Thorsten Polleit: Lo crítico es la demanda de dinero fiduciario. Si la gente deja de demandar la creciente oferta de divisa, el sistema monetario fiduciario empieza a disolverse. Al tratar a la divisa devaluada como una patata caliente, la gente trataría de intercambiar su divisa fiduciaria por activos monetarios no fiduciarios. En este proceso, los precios de las materias primas aumentarían y el poder adquisitivo del dinero disminuiría. El resultado extremo de este proceso es la hiperinflación: el fuerte envilecimiento o incluso la abierta destrucción del dinero fiduciario.

Volviendo a 2008 y 2009, hubo miedo a un mayor colapso, pero este no se produjo. ¿Por qué?

Thorsten Polleit: Puedo imaginar que entonces muchos inversores habían ignorado el hecho de que en un régimen de moneda fiduciaria sin límites, los bancos centrales pueden proporcionar a gobiernos y bancos comerciales cualquier cantidad de dinero fiduciario recién creado, poniéndoles en disposición que pagar toda su deuda. Esto es exactamente lo que hicieron: El “pánico al impago” se evitó con la imprenta de los bancos centrales. También fue esta la razón por la que el precio del oro cayó desde su máximo histórico de 1.900$ la onza a los actuales 1.300$ la onza aproximadamente.

¿Así que aún espera una inflación seria?

Thorsten Polleit: Sin duda. La inflación será una de entre otras medidas mediante las que los gobiernos tratarán de librarse del exceso de deuda. Verá, el régimen de dinero fiduciario ha generado una situación en la que muchos prestatarios (en particular, gobiernos y bancos) ya no están en disposición de pagar su deuda. En otras palabras: El daño ya está hecho, la única pregunta es: ¿quién va a pagarlo?

¿Entonces quién va a pagar?

Thorsten Polleit: Gobiernos y bancos presumiblemente emplearán impuestos más altos, confiscaciones, suspensiones de pagos de la deuda pendiente y, por supuesto, inflación mediante impresión de dinero. Una cosa es segura: los tenedores de deuda pública y bancaria estarán entre los perdedores. O sufrirán por no recuperar su dinero o por recibir dinero inflado.

Las economías (ya sea en EEUU, China o incluso en la Eurozona) parecen estar recuperándose de momento y se nos dice que esto significa que la crisis se ha acabado.

Thorsten Polleit: La última serie de datos de mejora es en el mejor de los casos indicativa de un proceso económico artificial y en último término insostenible. Se ha puesto en marcha realmente por tipos de interés enormemente distorsionados y una nueva ronda de inyecciones de dinero fiduciario. Las malas inversiones vuelven a aumentar. Es solo cuestión de tiempo hasta que esta llamada “alza” se convierta en otro “declive”. La creación del dinero fiduciario ha causado el mal. Crear incluso más dinero fiduciario no resolverá los problemas. Los empeorará aún más.

¿Qué espera que hagan los bancos centrales en el futuro?

Thorsten Polleit: Los bancos centrales han sido invadidos por los intereses de la banca comercial y de inversión. Yo supongo que van a hacer más de lo mismo: manipular los mercados, ante todo suprimiendo tipos de interés e imprimiendo nuevo dinero para mantener a flote a los bancos y el sector financiero.

Con los bancos centrales desbocados, nos dirigiremos hacia ciclos de “auge y declive” aún más acusados, un gobierno aún mayor, menos libertad, una distribución de renta y riqueza que sea cada vez más contrario a las verdaderas fuerzas del mercado.

Los bancos centrales se convertirán en los verdaderos centros de poder político. Se podría incluso decir que están en vías de asumir el papel de un “Politburó”. Los bancos centrales decidirían en la práctica quién va a obtener crédito y en qué condiciones. Decidirían qué gobiernos, qué bancos y qué tipo de sector empresarial y empresas florecerán o decaerán. La verdad es que si no se echa abajo el régimen de dinero fiduciario (ya sea por voluntad política o por colapso económico), las economías acabarán en una especie de callejón sin salida socialista-totalitario. Pero suelo ser optimista: es decir, creo que el esquema de dinero fiduciario se desplomará antes de que se llegue a esa situación.

Si no hubiera dinero fiduciario, ¿qué habría?

Thorsten Polleit: El oro es el medio definitivo de pago. Todos deberían poseer algo de oro. Bajo las condiciones actuales, el precio del oro debería estar ahora mismo entre 1.600$ y 1.800$. Al mismo tiempo, cada uno sigue necesitando una fuente de ingresos y al poseer capital productivo el inversor puede asimismo protegerse hasta cierto punto de la interferencia pública: Incluso los socialistas despiadados saben que la nacionalización de los medios de producción significa “matar las vaca que te gustaría ordeñar”. Dicho esto, los propietarios de capital productivo pueden sufrir unos impuestos más altos, pero no una abierta expropiación.


Publicado el 7 de noviembre de 2013. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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