Cuando la FDA declaró la guerra a un paciente de SIDA de Texas

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Dirigida por Jean-Marc Vallée
Protagonista: Matthew McConaughey
2013

Dallas Buyers Club se basa en una historia real acerca de Ron Woodruff (McConaughey), un paleto texano heterosexual que contrae el virus del SIDA en la década de 1980. Hay mucho sexo, drogas, bebida, homosexuales e incluso transexuales, además de grandes actuaciones, así que estáis advertidos de que esta película no es para todos los públicos. Sin embargo nos da muchas lecciones acerca de cómo funcionan el estado y sus agentes.

Es una película contra el gobierno que expone la verdadera relación entre la American Medical Association y las grandes farmacéuticas y la revela como una red de capitalismo de compinches que explota a los estadounidenses y especialmente su salud. El protagonista es un tipo normal y la protagonista es una doctora normal que se da cuenta del enorme fraude dentro del establishment médico y se levantan contra él.

(Alerta de spoilers: El resto del artículo contiene spoilers).

Nuestro protagonista, Ron Woodruff, acaba en el hospital y descubre que ha contraído el VIH. Esta sorprendente revelación le impulsa a buscar las causas y curas para el VIH-SIDA. Mientras investiga la enfermedad encuentra una información de que la medicina AZT podría curarlo. También resulta que la empresa farmacéutica que tiene el monopolio del AZT acaba de cerrar un acuerdo para empezar con las primeras pruebas con humanos, casualmente en el hospital en el que se está tratando Woodruff.

Para ser justos, la FDA dio prioridad de las pruebas en humanos debido al clamor público, pero aun así impide a nuestro protagonista acceder al AZT. Woodruff empieza a comprar AZT robado, pero su acceso local a este acaba cortándose.

La búsqueda de Woodruff de AZT le lleva a México, donde encuentra un doctor, proveniente de EEUU, que le dice que el AZT solo es venenoso e ineficaz y que es realmente dañino porque destruye células buenas y malas en tu cuerpo. El doctor muestra a Woodruff investigaciones que apoyan su afirmación y le dice que trata a sus pacientes de VIH-SIDA con una combinación de vitaminas, minerales, suplementos naturales y otras medicinas que pueden ayudar a mejorar la salud y ralentizar la progresión del VIH hacia el SIDA. Todos los componentes individuales del tratamiento del doctor son considerados seguros por la FDA. Por desgracia, el tratamiento en su totalidad no es aprobado para tratar el VIH-SIDA y la FDA prohíbe a los doctores prescribirlo en esos casos.

Nuestro protagonista tiene la idea de que puede comprar grandes cantidades de estos suplementos y medicinas en México, donde son legales, y revenderlos en EEUU sacándose un beneficio. Por supuesto, es detenido y acosado por la policía de fronteras y la FDA. Acaba formando el Dallas Buyers Club y vende afiliaciones para que la gente pueda obtener estos productos sin quebrantar la ley.

Woodruff sigue siendo acosado por Hacienda y la FDA, que tratan de cerrar su negocio. La película muestra la combinación de suplementos y medicinas como bastante eficaz en mantener a los pacientes de VIH sanos y vivos. Por el contrario, los pacientes de VIH en las pruebas del AZT fracasan. Enfermando y muriendo en porcentajes alarmantes.

Woodruff explica a su doctora en EEUU lo que ha descubierto y los resultados que ha visto con miembros del club. Esta ya está alarmada por los resultados de las pruebas del AZT y acaba poniendo a todos sus pacientes asintomáticos la dosis más baja posible. Luego se dirige al director del hospital exponiendo sus preocupaciones acerca de los crecientes porcentajes de fracaso de las pruebas clínicas de AZT en el hospital. Él desdeña sus preocupaciones, declarando un éxito la investigación y rechaza permitirle ver el informe escrito. El hospital acaba pidiéndole que renuncie a su cargo.

La ciencia del tratamiento no es lo importante de la película. Lo importante son las relaciones de capitalismo de compinches que existen dentro del sistema sanitario estadounidense y el poder que ejercen para obstaculizar el derecho de una persona a consumir lo que quiera y tratarse como le parezca.

Hacia el final de la película, Woodruff ha presentado una demanda contra la FDA para que se le permita determinar su propio tratamiento médico. El juez lamenta que la ley pueda ser una herramienta muy contraproducente y poco ética en áreas en las que el gobierno ha tomado el control, como la determinación de la atención sanitaria. El juez sentencia a favor de la FDA y rechaza la demanda.

La American Medical Association es un cártel monopolista de doctores que dicta el rango de las opciones de atención y tratamiento sanitario. Las empresas farmacéuticas son también monopolios que tienen patentes sobre las medicinas y dispositivos que inventan. La FDA refuerza estos monopolios requiriendo pruebas extremadamente caras y a veces innecesarias y regulaciones de cumplimiento que pueden costar más de 1.000 millones dólares para cada nueva medicina o dispositivo.

Esos procedimientos impiden que muchas medicinas lleguen al mercado en EEUU a pesar de ser utilizadas con éxito en otros países. Esta “falta de aprobación” ayuda a los titulares del mercado y obstaculiza a los nuevos competidores. También daña a los consumidores al privarles de opciones de tratamiento, aumentando el coste de los seguros de salud.

Un miembro del sector me dijo que hay toda una nueva categoría de medicina que mejora la detección de enfermedades, trata, cura y previene más eficazmente problemas médicos y lo hace de forma más barata y con menos efectos secundarios, pero las empresas de investigación no pueden superar los obstáculos de la FDA.

Una cosa que hace bien la película es mostrar cómo a los que están al frente de estas organizaciones monopolísticas les preocupa poco el bienestar de la gente y cómo los doctores y pacientes reales son incapaces de luchar eficazmente contra el sistema. También muestra a la policía, hacienda y los agentes de fronteras como la rama aplicadora de este sistema capitalismo de compinches.

La mayoría de la gente nunca ve al establishment médico estadounidense tal y como es. Dallas Buyers Club muestra lo peor del sistema, una combinación de capitalismo de compinches en busca de lucro armada con el enrome poder de la fuerza del gobierno federal.


Publicado el 11 de diciembre de 2013. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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