El juez Napolitano, sobre las peores sentencias del Tribunal Supremo

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¿Por qué es importante entender el derecho constitucional y su historia? El texto del documento es bastante corto, así que ¿no basta con que lo leamos y sepamos lo que dice?

Andrew P. Napolitano: La Constitución se proclama como Ley Suprema del País. Fue escrita para crear, definir y restringir el gobierno federal. Si la historia es prólogo, es importante para todos los preocupados acerca de las extralimitaciones actuales del gobierno entender cómo llegamos a donde estamos hoy y la historia de eso es esencialmente un estudio de la historia de los debates sobre la implantación de los poderes establecidos en la Constitución.

Respecto de leer la Constitución para entenderla, era sin duda lo que pretendían sus autores. Sin embargo, como es bien sabido, los impulsos de gran gobierno de los que están en él han hecho que la mayoría del lenguaje llano de la Constitución deje de tener sentido. Así que es casi imposible entender el significado de la Constitución sin entender unos 200 casos del Tribunal Supremo interpretándola.

En lo que se refiere a los casos del Tribunal Supremo, ¿cuáles piensa que fueron algunos de los más dañinos para la causa de la libertad?

Andrew P. Napolitano: Sin sonar cínico, mi respuesta es: Casi todos. He aquí una lista de los casos más ofensivos constitucionalmente: Marbury v. Madison, que establece al gobierno federal como juez final de su propio poder; McCullough v. Maryland, que establece la primacía del gobierno federal sobre los estados y el concepto de poder federal implícito; Dred Scott v. Sanford, que establece el principio de que una clase de seres humanos puede definirse como no-personas debido a una característica inmutable de nacimiento; Wickard v. Filburn, que permite al Congreso regular el comportamiento personal, privado e incluso trivial; Korematsu v. United States, que permite la atribución de culpabilidad y la imposición de penas basadas en una característica inmutable de nacimiento; Roe v. Wade, que permite el asesinato basado en la edad de la víctima y National Federation of Independent Business v. Sebelius, que permite al Congreso gravar cualquier acontecimiento o no acontecimiento que desee.

¿Hay alguna solución sencilla? ¿Podríamos simplemente retocar la Constitución en algunos lugares para mejorar mucho las cosas? Si es así, ¿qué cambiaría? Si no, ¿por qué no?

Andrew P. Napolitano: Como la Constitución solo es tan efectiva como instrumento para garantizar la libertad como la fidelidad de aquellos en cuyas manos se ha puesto para salvaguardar sus principios subyacentes, la respuesta corta es: ¿Se ha comprometido una mayoría de los jueces del Tribunal Supremo con el lenguaje llano y el propósito original del documento y con la conservación del derecho natural? Sin embargo, si yo tuviera la libertad para hacerlo, cambiaría “Nosotros, el pueblo…” por “Nosotros, los estados…”, definiría la regulación del comercio interestatal como “mantener constante el movimiento de bienes entre comerciantes a través de las fronteras interestatales”, añadiría “explícitamente” a la Décima Enmienda y revocaría las enmiendas 16 y 17.

En meses recientes, se ha dado importancia al tema de la anulación y se ha estado produciendo en la práctica. Por ejemplo, Colorado ha anulado leyes federales sobre la marihuana. Además, ha habido esfuerzos en torno a las disposiciones de la Ley de Autorización de la Defensa Nacional e históricamente numerosos estados esencialmente anularon la ley federal respecto de la tarjeta nacional de identidad. ¿Tienen estos esfuerzos una firme base constitucional?

Andrew P. Napolitano: Tienen una firme base histórica y una firme base constitucional, tal y como entendían la Constitución quienes la redactaron.

Hemos estado hablando por supuesto acerca de la Constitución de 1787, pero hubo una que llegó antes, escrita en 1776 y conocida como los Artículos de la Confederación. Muchos libertarios apuntan a la nueva constitución, dicen que no fue una mejora y que reemplazó a los Artículos más descentralizadores. A la vista de esto, ¿deberíamos seguir siendo defensores de la constitución actual? y si es así, ¿por qué?

Andrew P. Napolitano: He dedicado toda mi carrera profesional a defender la Constitución y eso puede igualarse a lanzarse gelatina o a cavar contra la marea. Los  Artículos de la Confederación permitían a los estados convertirse en tiranos y la Constitución (como se ha interpretado durante siglos) ha permitido que el gobierno federal se convierte en tiránico. La solución a este dilema requeriría la entrada en los tres poderes del estado de personas comprometidas con los principios del derecho natural. Eso significa que creerían en la primacía del individuo por encima del estado y en la incapacidad intrínseca del gobierno de hacer algo más allá de aplicar el derecho natural.


Publicado el 18 de septiembre de 2013. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.