Europa puede estar en la calma que precede a la tormenta

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La teoría austriaca del ciclo económico explica que la fase de “declive” de ese ciclo se crea por la extensión de crédito barato y abundante por medio de un sistema de banca de reserva fraccionaria (BRF). Un sistema BRF es inherentemente frágil durante la fase de declive, ya que su apalancamiento (crédito como porcentaje de su propio capital) expone al banco al inminente tsunami de préstamos morosos y colateral defectuoso que son las manifestaciones de malas inversiones.

Aun así, en el actual sector bancario protegido y regulado, la fase de “declive” del ciclo se retrasa y distorsiona por el amplio intervencionismo de reguladores, bancos centrales y gobiernos. La actual crisis en el sector bancario europeo es una evidencia de esto. Sus problemas de insolvencia no se han resuelto. El BCE está en el centro de os esfuerzos intervencionistas por detener y mitigar un colapsos del sector bancario europeo que parece cada vez más probable en los próximos 18 meses.[1]

Este mismo mes, el BCE mantuvo los tipos de interés sin cambios en el 0,25%. El valor de cambio del euro aumentó y los medios de comunicación de masas y los expertos en el sector financiero lamentaros todos el inmovilismo de Mr. Draghi a vista de una deflación de precios que empeora.[2] Como indicaba mi comentario de noviembre de 2013, está creciendo la presión política sobre el BCE por parte de los gobiernos del sur de Europa para lanzar una nueva ronda de compras de bonos soberanos de miembros de la Eurozona, ya que los porcentajes de deuda pública respecto de los PIB están aumentando en los países de la periferia.[3][4]

¿Entonces por qué el presidente del BCE mantuvo seca su pólvora y está la crisis bancaria europea contenida o todavía peligrosamente en riesgo?

Mr. Draghi se escabulló diplomáticamente en una conferencia de prensa, afirmando que los datos disponibles no mostraban conclusivamente una tendencia deflacionista confirmada y que aunque la inflación medida de precios del 0,8% estaba por debajo del objetivo marcado por el Banco del 2%, no había evidencias convincentes de una deflación al estilo japonés en la Eurozona.

Las palabras del presidente del banco pretenden ganar tiempo mientras evolucionan dos procesos relacionados (uno político, el otro regulatorio).

El proceso político es determinar cómo proceder e intentar gestionar los gobiernos de la Eurozona las crisis gemelas de crecientes deudas soberanas y creciente riesgo sistémico de insolvencia en el sector bancario. El último acontecimiento en ese proceso es la sentencia del Tribunal Constitucional de Alemania de la pasada semana en la que no está de acuerdo en que el BCE haya estado actuando dentro de su mandato al realizar la monetización de deuda, aunque no sentenciaba explícitamente que el BCE incumpliera la constitución alemana, prefiriendo pasar la pelota al Tribunal Europeo de Justicia para una sentencia definitiva.

Estos retos legales son una simple guerra por representación de la guerra política real entre el bloque “teutón”, liderado por Alemania, y el “Club Med” de la periferia que actualmente incluye también a Francia.

El Consejo de Gobierno del BCE está compuesto por una clara mayoría de la facción del “Club Med”. Sabiendo que tiene a esta mayoría dispuesta para acabar votando una nueva ronda de compra de activos, Mr. Draghi está apostando por un juego largo.

Con los tipos de referencia del BCE ya negativos en términos reales, es muy consciente de que reducir más los tipos nominales hace poco por estimular el préstamo bancario. Incluso con un crédito en la práctica “gratuito”, el préstamo bancario a las empresas está bajo, igual que el interbancario. Esta falta de préstamos tiene múltiples razones próximas, pero la fundamental es la propia lucha continua por seguir siendo solventes desde el inicio de la crisis financiera de 2007/08. Aquí es donde aparece el nuevo proceso regulatorio.

El BCE está dispuesto a asumir la supervisión “macroprudente” del sistema bancario de la Eurozona, una nueva aproximación intervencionista defendida por el G20, el FMI y el BIS para reducir riesgos de quiebra en el sistema bancario imponiendo ratios de core capital más altos.

Complementario a los planes de la Comisión de la UE para establecer una Unión Bancaria (incluyendo un Mecanismo de Resolución Especial para el “rescate” de bancos en quiebra) y el trabajo del BIS para revisar y endurecer la Normas de Basilea sobre capital bancario, el BCE está a punto de iniciar un ejercicio masivo de pruebas de estrés en todos los bancos europeos.[5]

El reto que estas iniciativas regulatorias pretenden resolver es el apalancamiento masivo en el sistema bancario en su conjunto. Los bancos de la Eurozona son los más vulnerables, pero el problema es global. De ahí el papel crucial del BIS a la hora de definir una aproximación común.

Lo que se ha considerado aquí no es simplemente el negocio tradicional de los bancos y el préstamo inmobiliario, por muy importantes que sean para entender las pérdidas crediticias reales y potenciales. Mucho mayores en escala son las exposiciones de los bancos al sector bancario en la sombra, sus pérdidas fuera de balance y las recientes pérdidas probables en contratos de futuros FX y swaps de tipos de interés causadas por las ventas en mercados emergentes.

Las posiciones en derivados en FX y los swaps de tipos de interés son impactantes y el mercado total de derivados se estima en 700 billones de dólares. De entre los grandes bancos europeos, se dice que Deutsche Bank tiene una exposición de 55 billones de euros en derivados teóricos brutos en sus cuentas. Esta cifra es más de un 200% mayor que el PIB anual de Alemania.[6] Fijaos en que no son pérdidas, solo exposición. Sin embargo, bastaría solo una pequeña fracción de estos contratos como para hacer desaparecer todo el core capital del Deutsche Bank.

El porcentaje de apalancamiento definido por el BIS busca limitar la dependencia de la deuda de los bancos, empleando un patrón mínimo sobre cuánto capital deben tener como porcentaje de todos los activos en libros. Sin embargo, el BIS cree que “un cuarto de todos los grandes prestamistas habría incumplido una versión de junio del límite de apalancamiento que se había estado aplicando a finales 2012”.[7]

Así que se está creando una tormenta perfecta en el sector bancario europeo.

Primero, está la creciente probabilidad de que el BCE desate una nueva ronda de compras de activos de los bancos para inundarlos con la liquidez que necesitan para comprar los bonos soberanos de sus respectivos gobiernos nacionales y así mantener bajos los intereses de los bonos.

Segundo, hay una iniciativa regulatoria en toda la Eurozona para recapitalizar a los bancos, probablemente según los resultados de las pruebas de estrés bancario del BCE.

Tercero, hay una creciente posibilidad de que se produzca este verano una profunda corrección en la bolsa. Estas tres cosas, colectivamente, podrían disparar una crisis de confianza en el sector bancario. Tampoco debería descartarse una crisis de solvencia en el caso de que algunos grandes bancos no se recuperaran de las exposiciones en los mercados de derivados a una divisa, un tipo de interés y un entorno bursátil crecientemente volátiles.


[1] Utilizando el análisis técnico y la teoría económica austriaca, se ha previsto que un “desmoronamiento del auge” se producirá en algún momento cercano a las navidades de 2014, seguido por un colapso de la divisa fiduciaria. Antes de eso, se prevé una profunda corrección financiera en el verano. Ver “The Globalisation Trap: full report”. Gordon T Long.com. 1 de enero de 2014.

[2] “Split ECB paralysed as deflation draws closer”. A. Evans Pritchard, DailyTelegraph.co.uk. 7 de febrero de 2014.

[3] “Los europeos tratan de devaluar para reducir sus deudas”. Artículo de Mises Daily, Mises.org, 11 de noviembre de 2013.

[4] Unos pocos días después de que se publicara mi comentario, miembros del consejo ejecutivo del BCE Peter Praet dejó que los mercados supieran que las medidas de estímulo estaban en el menú mediante los comentarios en una entrevista en el Wall Street Journal del 13 de noviembre.  “ECB Bank Stress Tests: Catalyst Of The Final EU Crisis?” SeekingAlpha.com. 17 de noviembre de 2013.

[5] Ibíd.

[6] “On Death and Derivatives”. Golemxiv.co.uk. 29 de enero de 2014.

[7] “Basel Regulators Ease Leverage-Ratio for Banks.” Jim Brundsen. Bloomberg.com. 13 de enero de 2014.


Publicado el 17 de febrero de 2014. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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