El maleducado Mr. Walker

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De vez en cuando la verdad se filtra de alguna manera en Washington.

Por ejemplo, este mismo año el consejero económico de la administración Bush, Lawrence Lindsey, fue cesado. Su delito político: Se atrevió a sugerir que la ocupación de Iraq costaría más de 100.000 millones de dólares. En retrospectiva, ahora parece que su estimación era más bien conservadora.

Sin embargo los arrogantes caballeros de la tabla de desayuno de la administración Bush, alabando a estados unidos como la reencarnación del Imperio Británico, no quisieron escucharle. Y en el caso de Lindsey, la verdad le hizo libre. Le hizo libre para buscarse otro trabajo.

Reticentemente, otro de nuestros ayudantes contratados dijo recientemente la verdad acerca de cómo los incesantes impuestos, devaluaciones y gastos de nuestro gobierno central están llevando a nuestra nación por el camino de servidumbre.

David M. Walker, el Interventor General de Estados Unidos, probablemente no firme ningún alquiler a largo plazo después de su “toque de atención”. El maleducado Walker criticó las payasadas presupuestarias que son norma en Washington. También predice que el gobierno federal estará en números rojos hasta donde alcance la vista. Prevé déficits anuales entre 566.000 y 644.000 millones de dólares respectivamente en los próximos dos años. Y recientemente reconoció, en un discurso en el National Press Club, que incluso las cifras que nos dan nuestros amos son a menudo falsas.

De hecho, las cifras que se nos proporcionan son “incompletas y equívocas”, dijo Walker. Por ejemplo, está nuestro viejo timo de 68 años de la seguridad social, nuestros queridos programas de Seguridad Social/Medicare. Con los años, por supuestos, los impuestos al trabajo utilizados para financiar estos embrollos se han convertido en una carga aplastante, especialmente para gente con rentas moderadas y bajas.

Los tipos, aumentados docenas de veces desde el inicio del sistema en 1935, son ahora del 15,30%. Incluso con estos tipos enormes, estos programas mal gestionados en algún momento necesitarán mayores aumentos de impuestos “para salvarlos”. Eso pasa porque, acaba de descubrir Walker, se han apropiado del dinero “aportado” para garantizar (sic) estos programas.

“En el caso de los fondos de garantía de la Seguridad Social y el Medicare”, dijo Walker, “el gobierno federal tomó el dinero del contribuyente, lo gastó en otras cosas y lo reemplazó con pagarés”.

Es casi tan sorprendente como descubrir que los impuestos son altos en Nueva York y que hay una gran cantidad de delitos en la calle. Pero recordad que es un burócrata detallando este juego de trileros llamado gravar y gastar. Sin embargo Walker también afirma que el gobierno ha estado implicado en la contabilidad de Enron durante muchos años. Se queja de que estos pagarés de la Seguridad Social/Medicare no se contabilizan como pasivos, como debería pasar bajo cualquier sistema racional de contabilidad.

“¿Tiene esto sentido, especialmente cuando el gobierno continúa diciendo a los beneficiarios de la Seguridad Social y el Medicare que pueden contar con los bonos en estos fondos de garantía? ¿Está el gobierno federal”, preguntaba Walker, “tratando de guardar la tarta y comerla al tiempo?”

No hay palabras de Walker sobre los pobres contribuyentes que están enfermando porque se les obliga a comprar esta tarta rancia y sobrevalorada.

Después de todo, es un viejo juego, al que juega nuestra clase dirigente. Es fácil disfrutar de algo hoy y pasar la factura a otra generación. ¿Cuántos votos hay en fetos? ¿Cuántos bebés son parte de grupos de presión reclamando que el gobierno gaste y grave más? El balance, explica Walker, es que el gobierno federal posee en torno a 1 billón de dólares en el activo, pero “casi 8 billones de dólares en pasivos informados”.

Si vosotros o yo tratáramos de hacer eso, nos veríamos en bancarrota. Pero no podemos imprimir dinero, así que por eso este sinsentido sigue y sigue hasta que la economía se desploma y arde. Y entonces, por supuesto, los arquitectos políticos de este desastre acusan al “mercado”. Por cierto, que esos 8 billones equivalen a 24.000·$ “por cada hombre, mujer y niño en Estados Unidos”.

Ah, pero la palabra importante en el penúltimo párrafo es “informados”. Las verdaderas obligaciones en realidad no están ni siquiera cerca de los 8 billones de dólares, reconoce Walker. Porque las artimañas contables del gobierno federal harían parecer tacaños a los chicos de Enron.

“La cifras del pasivo del gobierno de EEUU”, explica Walker, “tampoco consideran adecuadamente los costes de atención sanitaria de veteranos proporcionados a través del Departamento de Asuntos de Veteranos, ni incluyen la diferencia entre prestaciones prometidas y dotadas futuras en relación con los programas de Seguridad Social y Medicare”.

Así que todos saben que hay un serio problema de gasto cuando tus ayudas contratadas se juntan en DC. Todos saben que nuestra clase dirigente debería ser enviada en masa a una Centro de Rehabilitación Betty Ford para Gastadores y Gravadores Compulsivos. Pero es difícil decir exactamente cuál es el grado del problema, excepto que sabemos que es enorme, se está extendiendo y tiene potencial para convertir estos Estados Unidos en una moderna República de Weimar. Por tanto, gracias a este engaño presupuestario que se ha estado llevando a cabo durante cierto tiempo, una parte del gobierno no puede ni siquiera certificar cuáles son las cifras reales.

“Este mismo año”, explica Walker, “la GAO (oficina general contable) fue incapaz de expresar una opinión respecto de si las partidas financieras consolidadas del gobierno de EEUU eran correctas por sexto año consecutivo”. Oh, estupendo. ¡Los contribuyentes podrían haber contratado también a Arthur Andersen para cocinar los libros de cuentas del gobierno!

¿Cuál es entonces la factura total? ¿Cuánto tenemos comprometido por los eternos excesos del gobierno y sus facilitadores a derecha e izquierda?

Walker cree que estará en las “decenas de billones de dólares”. Es difícil de imaginar. Pensad en esto: Estas obligaciones realizadas por políticos ruines en nuestro nombre, “probablemente excedan los 100.000 dólares en cargas adicionales para cada hombre, mujer y niño hoy en Estados Unidos, y estas cantidades están creciendo cada día”.

Lo que no dice Walker: Si esto sigue así, los Marc Rich de este mundo pedirán perdón y tomarán el primer avión para Suiza.

Walker usaba un formato de buenas/malas noticias, así que dejadme interpretarlo así: La buena noticia, contribuyentes, es que conseguiréis vuestros pagos de la Seguridad Social dentro de veinte años, aunque el gobierno os dé pedazos de papel con un retrato del osito Winnie.

Sin embargo, lámala noticia es que se pagarán en una divisa que se ha devaluado debido a los constantes déficits del estado de bienestar y guerra, un estado liderado por políticos de carrera que nunca tuvieron la palabra no en su vocabulario. Es un gobierno cuyas promesas tienen menos credibilidad que las realizadas por Hitler en Munich o por Lyndon Baines Johnson en 1964, que nos prometió mantenernos fuera de Vietnam, o por George W. Bush en 2000, que dijo que EEUU estaba implicándose en demasiadas guerras y experimentos de construcción de naciones en todo el planeta.

Aun así, a pesar de los cándidos comentarios de Walker, este es cualquier cosa menos un radical que quiera cambios dramáticos. (Cita como su ídolo a Theodore Roosevelt, un progresista republicano que defendía el seguro social y pensaba que conflictos idiotas como la Guerra Hispano-Estadounidense eran lo más grande del mundo).

Walker solo critica los enormes programas sociales porque quiere reformarlos. Quiere acabar con los embustes de los fondos de garantía de la Seguridad Social y el Medicare. Así quiere que puedan salvarse (¿Para poder expandirlos algo más?).Propone una serie de reformas.

“Debemos dar pasos para garantizar que estos programas sean solventes y sostenibles en el tiempo”, explica.

No, Mr. Walker, debemos desmantelar estos programas y dejar que la gente dirija sus propias vidas. Si continúan estos programas de bienestar  y guerra ¿cuántas más “decenas de billones” de dólares de deuda se verán obligados a pagar los ya sobrecargados contribuyentes y sus posteriores generaciones? ¿Hasta dónde llegarán los impuestos a las nóminas? ¿Deberíamos seguir el camino europeo e imponer cuotas de seguridad social del 25% o 30%?

El título del discurso de Walker es “Verdad y transparencia. La condición financiera y perspectiva fiscal del gobierno federal”.

Tal vez yo pueda sugerir algo con un poco más de impacto: Ya basta.


Publicado el 19 de septiembre de 2003. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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