Peleando contra pesos pesados

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La pasada semana, el Instituto Mises acogió otra extraordinaria Conferencia de Investigación en Economía Austriaca en nuestro campus de Auburn. Los asistentes disfrutaron de tres días de presentaciones interdisciplinares de más de 50 académicos, doctorando y profesionales de la economía y las finanzas, todos trabajando en las tradiciones más sugestivas del pensamiento austriaco y libertario. También celebramos la 40ª conferencia Royalton, la primera conferencia académica dedicada a la economía austriaca en EEUU y un punto de inflexión en el movimiento austriaco moderno.

La CIEA concluyó el sábado bajo espectaculares cielos sureños de primavera con una recepción en nuestro patio.

¿Destacado? Discursos clave por parte de James Grant (Barron’s y Grant’s Interest Rate Observer) y el juez Andrew Napolitano (Fox News), ambos realizados ante auditorios a rebosar.

James Grant, hablando acerca de “Hazlitt, mi héroe”, nos recodaba que la inflación es simplemente una situación de mucho dinero creado demasiado rápido. Lo que “persigue” el nuevo dinero varía: puede aparecer en el balance de los bancos favorecidos por la Fed, en la bolsa, en la vivienda o en el supermercado. También nos recordó que la deflación, caracterizada por la producción más barata de bienes y los precios a la baja, puede calificarse con otro nombre: progreso.

El juez Napolitano, en una charla fascinante titulada “El papa, la constitución y la economía básica”, revisaba la tristemente pasada época Lochner. La teoría de los derechos la libertad económica y los derechos de los contratos privados informaron durante un tiempo la jurisprudencia estadounidense, explicaba Napolitano, y todos somos más pobres por su ausencia en el derecho común actual. Algunas áreas de la conducta humana simplemente deberían estar inmunizadas contra la interferencia pública, sin que importe el interés estatal pretendido.

Os garantizo que os gustarán estas charlas archivadas. ¡Qué contraste con el comentario aburrido y poco original y el pensamiento ligero y dócil que domina la mayoría de las conferencias académicas!

¿Dónde pues oír si no al profesor Tom DiLorenzo, dirigiendo una mesa redonda sobre emprendimiento, planteando que el burócrata más ínfimo tiene más poder sobre nuestras vidas que cualquier titán corporativo? ¿O escuchar al profesor Haynes Horne hacer una comparación entre nuestras respuestas estéticas a la belleza y la teoría subjetiva del valor? ¿O aplaudir la declaración (verdadera) de Gary North de que mises.org recibe el cuádruple de tráfico que el (terrible) sitio web de la American Economic Association? ¿O descubrir que nuestro Peter Klein tuvo una vez el Audi 5000 que condujo Hayek por Alemania?

Este es el tipo de contenido (radical, sin ataduras, erudito, austriaco) que solo proporciona el Instituto Mises.

Ved el discurso de James Grant y veréis su referencia al boxeador Jake LaMotta. LaMotta era un peso medio notablemente grande, a menudo peleando contra hombres 4 kilos más ligeros. Por el contrario, el Instituto Mises pelea contra pesos pesados. Un reciente artículo de Forbes demuestra que somos realmente un peso ligero en línea. Entre los think tanks de libre mercado, estamos los primeros en suscriptores en el canal de YouTube, segundos en visitantes al sitio web en general y terceros en presencia en los medios sociales.

Hacemos esto con un presupuesto que es una fracción del de las grandes organizaciones en Washington, organizaciones que dedican su tiempo a promover cambios superficiales en políticas públicas. Lo hacemos sin multimillonarios financiándonos, sin ganarnos el favor de la clase política, sin recibir dinero del gobierno y sin desperdiciar tiempo buscando la libertad en lugares erróneos.

Lo hacemos ofreciendo una investigación radical y sin ataduras. No pedimos perdón ni diluimos nuestro mensaje. No transigimos ni negociamos con el leviatán: le atacamos de frente. No usamos el lenguaje sin sentido ni aceptamos las falsas premisas de los llamados progresistas o conservadores. Al contrario que los grupos de Washington, nuestro radicalismo y honradez nos hacen más populares. Como dice el juez Napolitano, somos el “patrón oro” de las organizaciones preocupadas por la libertad.

Esto nos hace sentir enormemente orgullosos y os agradecemos a todos vuestro apoyo a lo largo de los años. Pero necesitamos vuestro apoyo hoy y mañana, como siempre. Con vuestra ayuda, continuaremos peleando con pesos pesados, avanzando en la economía austriaca, la libertad y la paz. Por favor, haced hoy vuestra donación más generosa.


Publicado el 28 de marzo de 2014. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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