Desde un punto de vista histórico, el periodo entre las dos guerras mundiales resuena poderosamente en muchas direcciones. “Os vemos en 20 años”, se dijeron los diplomáticos después de abandonar la Conferencia de Paz de París y realmente la guerra estalló 20 años y pocas semanas después de que se firmara el Tratado de Versalles en 1919. El periodo de entreguerras ya sería interesante solo por esta razón.
Pero también estaban en marcha otras tendencias históricas importantes (muchas de ellas solo relacionadas indirectamente con la propia guerra). El imperialismo europeo, claramente influido por los esfuerzos de la guerra mundial, estaba mostrando sus primeras fisuras reales. El movimiento intelectual asociado con el modernismo se aceleró. Los medios electrónicos aparecieron rápidamente: ¡La BBC empezó las emisiones de radio en 1921! Einstein obtuvo el Nobel de física en 1921. El gran Max Weber murió en 1920. La terminología freudiana (pensemos en el “complejo de Edipo” o el “desplazamiento”) se convirtieron en términos familiares, al menos en círculos intelectuales. Los bajos de los vestidos subieron. El jazz alteró radicalmente la música popular. ¡Las películas tenían sonido y color!
Después de un corto estallido de “democracia” formal en la Europa de posguerra, los regímenes totalitarios y las dictaduras funcionales parecían ser el futuro. Como escribía George Gershwin en la letra de “Slap that Bass” en 1937:
Los dictadores estarían mejor
Si hiceran zum zum de vez en cuando
Hoy puedes ver que los hombres más felices
Todos tienen el ritmo
En cuyo caso
Si quieres burbujear
Golpea ese bajo
Aleja tus problemas.
Aprende a zum zum
Golpea ese bajo
Zum zum, zum zum
El mundo es un desastre
Con política e impuestos
Y ejes aplastando pueblos
No hay felicidad[1]
¡Por desgracia, aunque se golpearon muchos bajos durante el periodo de entreguerras, de Los Ángeles a St. Louis, de París a Viena el mundo seguía siendo un desastre!
Todas estas tendencias hicieron que el periodo de Entre-deux-guerres, como lo llaman los historiadores franceses, fueran 20 años inusualmente ajetreados en incluso trascendentales en la historia del mundo.
Pero para los estudiosos de la idea y la práctica de la libertad, el periodo es absolutamente crucial para entender e interpretar el siglo XX y por tanto nuestro propio mundo.
Para empezar, el periodo de Entre-deux-guerres prácticamente creó el totalitarismo. Los bolcheviques se apoderaron del gobierno ruso en 1917/18. Poco después, el fascismo de Mussolini tomó el control en Italia y posteriormente el nazismo de Hitler en Alemania. Los tres casos mostraban movimientos que dieron vida a las palabras “simplificadores terribles”, una expresión acuñada por el historiador Jacob Burckhardt a finales del siglo XIX. Burckhardt se refería al tipo de movimientos de masas guiados por demagogos violentos a los cuales se había vuelto susceptible la civilización europea. Los años de entreguerras nos trajeron estos demagogos sin rodeos. Y también simplificadores menores. Los primeros gobiernos socialistas gobernaron distintos periodos de tiempo en Europa occidental y central. Y la Europa oriental-central estuvo asimismo dirigida por políticas socialistas durante la mayor parte del tiempo después de mediados de los veinte por dictadores nacionalistas. Y donde los socialistas nominales no estuvieron en el poder, el estado de bienestar y guerra se convirtió en norma. Las fuerzas del colectivismo se impusieron de muchísimas maneras en todo el mundo.
También fue durante el periodo de entreguerras cuando los héroes de la moderna filosofía de la libertad y la Escuela Austriaca en particular crearon su profunda crítica del colectivismo. Esta crítica es la base de la moderna economía austriaca y en realidad de una buena parte del pensamiento moderno acerca de la libertad.
Tomemos solo la historia de Ludwig von Mises. Mientras la Austria de posguerra se movía entre el socialismo y la dictadura nacionalista, Mises trabajaba incansablemente para influir en la política mientras escribía los siguientes clásicos: Nación, economía y estado; El socialismo; Liberalismo; La comunidad libre y próspera; Estabilización monetaria y política cíclica; Crítica del intervencionismo; Problemas epistemológicos de economía y Nationalökonomie (la predecesora en alemán de 1940 de La acción humana).
La lista de artículos que escribió durante el periodo muestra aún más claramente la soledad y persistencia de su lucha por la libertad y contra el colectivismo en todas sus manifestaciones, su lucha por la civilización, como la llamaba él mismo.
Podríamos igualmente seguir las carreras de otros que fueron contra la marea de colectivismo afirmando el individualismo y la libertad: Hayek, por supuesto, Hazlitt, Mencken, Robbins, Roepke y otros. El periodo fue después de todo el telón de fondo del Círculo Mises y del debate del cálculo socialista así como del totalitarismo, la Gran Depresión y el New Deal.
Desde varias perspectivas, la Primera Guerra Mundial fue la sentencia de muerte del siglo de liberalismo burgués. Sin duda abrió el camino al totalitarismo, el estatismo y la violencia de masas que distorsiona la vida moderna. Unos pocos entendieron enseguida todo esto. Aún menos (Mises y otros) reconocieron la ola del futuro como lo que era y lucharon en su contra. Pero para entender este periodo crucial tanto a nivel general como como una parte de la historia del individualismo, debemos investigar ideas, cultura, política, economía y más cosas.
Algunos periodos de la historia parecen producir una experiencia humana más intensa, impactar en el futuro más que otras épocas. Yo pondría a los 20 años entre las guerras como uno de esos periodos intensos, tanto para lo bueno como para lo malo. El periodo sin duda generó un diseño del mundo por venir.
[1] Dictators would be better off,
If they’d zoom zoom now and then.
Today, you can see that the happiest men
All got rhythm
In which case
If you want to bubble,
Slap that bass
Slap away your trouble.
Learn to zoom zoom zoom
Slap that bass
Zoom zoom, zoom zoom
The World is in a mess
With politics and taxes
And people grinding axes
There’s no happiness.
Publicado el 17 de enero de 2014. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.