¿Cuál es la tasa de retorno de la compra de Luisiana?

A todo el mundo le gusta hacer dinero, incluyendo a los gobiernos. Por desgracia, la realidad de muchos “grandes negocios”, especialmente en los libros de historia, se ha hinchado hoy hasta proporciones míticas.

Mientras la mayoría de los países a lo largo de la historia expendieron sus fronteras mediante comercio pacífico o despojos de guerra, Estados Unidos compró mucho de su territorio, sobre todo a gobiernos extranjeros. Hay varias de estas compras territoriales están inmortalizada como grandes golpes financieros para el país.

De las grandes compras territoriales, las tres más famosas son: la compra de Manhattan a los nativos en 1626, la compra de Luisiana a los franceses en 1803 y finalmente la compra de Alaska a los rusos en 1867. Cada una de estas transacciones comparte el hecho de que fueron acordadas voluntariamente entre las partes directamente afectadas y que las sumas empleadas son irrisorias para los patrones actuales. (Los historiadores debaten si los nativos que “vendieron” Manhattan al holandés Pieter Minuit entendían el concepto de propiedad privada en el mismo sentido que los mercaderes europeos. Los documentos que sobreviven de la compra de Manhattan muestran un contrato completo, sin conllevar baños de sangre o malos sentimientos por ninguna de ambas partes).

El problema con los costes calculados en términos históricos es que compara manzanas con naranjas. Un dólar hoy simplemente no compra lo que compraba  un dólar en 1626, 1803 o incluso hace una década.

Ajustar los efectos de la inflación a lo largo de la historia estadounidense es un poco complicado. Hasta 1914, Estados Unidos había estado en alguna forma de patrón oro (o plata). Hubo varios accesos de deflación en este tiempo para compensar los efectos de la inflación, que en general estuvo bastante controlada. La inflación mantuvo una media del 0,4% anual antes de 1914. En 1914, la creación del Sistema de la Reserva Federal cambió todo radicalmente. Con la capacidad de economizar las reservas bancarias y de crear dinero fiduciario a capricho, se disparó la tasa de inflación. Desde 1914, la tasa de inflación ha mantenido una media en torno al 3,5% anual.

 

Acuerdo Año Coste histórico Ajustado a inflación 2014
Manhattan 1626 Bienes por valor aprox. 60 guilders (24$) 2.365$
Compra Luisiana 1803 15 millones de dólares 729 millones de dólares
Compra Alaska 1876 7,2 millones de dólares 261 millones de dólares

Ajustando los precios originales de compra a la inflación, siguen pareciendo bastante buenos. De hecho, el precio que pagó Pieter Minuit por todo Manhattan hoy compraría aproximadamente medio metro de condominio inmobiliario en la isla. No está mal. Igualmente, asentarse precisamente en medio de la compra de Luisiana, el terreno rural en el este de Nebraska hoy se vende por aproximadamente 7.000$ el acre. El gobierno de Estados Unidos compro unos 53 millones de acres en 1803 por el mismo precio del que costarían  hoy 100.000acres de terreno rural en Nebraska. También parece una inversión inteligente.

Pero esperad. Cuando estas porciones de terreno fueron compradas inicialmente estaban sin urbanizar. Tomó algún tiempo antes de que los pioneros, capitalistas, empresarios y colonos llegaran y empezaran a hacer mejoras en el terreno. El terreno en Nebraska o Manhattan es ahora más valioso debido a las mejoras de infraestructura (carreteras, canales, servicios públicos y otros) que se crearon a través de siglos. Esto permitió que tierras y personas fueran más productivas.

La agricultura, como la que domina el paisaje del este de Nebraska, ha experimentado productividad a pasos agigantados solo en las pasadas décadas. Producción de trigo con medias inferiores a 1.000 kg/ha en la década de 1950 han aumentado a más de 2.500 kg/ha desde mediados de la década de 1990. Los avances en mecanización, fertilizantes, irrigación, herbicidas y métodos de plantado han tenido el efecto conjunto de aumentar lo que puede cosecharse en esta tierra. (En 1900, el 38% de toda la mano de obra de EEUU seguía empleada en la agricultura; hoy la cifra es de menos del 1%).

Virtualmente no había ninguna productividad en la isla de Manhattan cuando se compró y de ahí su menor valor. Hoy, 388 años después, y con mucho  trabajo de cientos de miles de personas, Manhattan se ha transformado de un territorio virgen en un centro financiero global.

Ajustar los precios de compra a la inflación para estos estos tres territorios es un buen comienzo, pero sigue comparando manzanas con naranjas. Un acre de territorio rocoso no roturado de Nebraska en 1803 no es lo mismo que un acre labrado y fertilizado de terreno agrícola hoy.

Para ver si los precios pagados hace siglos fueron razonables, tenemos que determinar lo que vale hoy el mismo terreno: esto nos permite ver cuál ha sido el retorno sobre la inversión original. Una forma es tratar el actual nivel de producción en cada región como perpetuo para determinar su valor actual. (Descontaremos estos flujos futuros de caja como la tasa de crecimiento de PIB nominal del 5,5%).

La gran área metropolitana de la ciudad de Nueva York generó 1,3 billones de dólares en renta en 2012, aproximadamente un 8% del total estadounidense. El valor actual de un perpetuo pagando 1,3 billones al año (ignorando el crecimiento), descontado al 5,5% es poco más de 24 billones de dólares.

La compra de Luisiana es más complicada, ya que sus fronteras no se corresponden hoy con estados reales. Si incluimos estados que tienen al menos la mitad de su área dentro de lo que fue la compra de Luisiana: Montana, Wyoming, Colorado, Oklahoma, Louisiana, Arkansas, Kansas, Missouri, Iowa, Nebraska, Dakota del Sur, Dakota del Norte y Minnesota, encontramos que su producción combinada es de aproximadamente 1,7 billones de dólares, un 12% de PIB estadounidense total. El valor actual de tal perpetuo (también ignorando el crecimiento para simplificar), descontado al 5,5% está en torno a los 30 billones de dólares.

Finalmente tenemos Alaska. El total de producción de este estado estuvo en torno a 60.000 millones de dólares en 2013, alrededor del 3,5% del PIB total de Estados Unidos. Este perpetuo vale alrededor de 1 billón de dólares.

¿Así que cómo de buenas fueron estos precios de compra vistos con el beneficio del toro pasado? Podemos responder a esto comparando el valor actual de su producción actual con su coste original.

 

Acuerdo Año Coste histórico Valor actual de producción Tasa de retorno (%)
Manhattan 1626 24$ 24 billones 0,074
Compra Luisiana 1803 15 millones 30 billones 0,071
Compra Alaska 1876 7,2 millones 1 billón 0,090

Aunque los historiadores a menudo atribuyen estas compras a la visión de futuro de los gobiernos de Thomas Jefferson y Ulysses S. Grant, en realidad no han rendido tanto como cabría esperar. En particular, la compra de Luisiana solo ha “retornado” en torno a un 7% una vez ajustamos la cifras de crecimiento económico desde 1803. La compra de Manhattan no ha ido mucho mejor y la cifra podría incluso ser peor si incluyéramos solo producción de Manhattan en lugar del gran área metropolitana de Nueva York. Las tres compras experimentar tasas de retorno bastante normales comparadas con lo que la economía estadounidense en general ha sido capaz de generar.

Aparentemente, en lugar de ser maravillosas inversiones son solo algo normal. En comparación como muchos inversores, como Warren Buffet por ejemplo, estos retornos son claramente desalentadores.

Para ser justos, hay beneficios intangibles en cada una de estas compras no visibles en las cifras objetivas. Manhattan proporcionó un punto de apoyo al comercio del nuevo mundo. La compra de Luisiana aseguraba la cuenca del río Mississippi y, con ello eliminaba la capacidad de Napoleón y los franceses de detener el avance hacia el oeste de los estadounidenses. Finalmente, Alaska ha sufrido siglos de propiedad pública de su territorio, con duras regulaciones que impedían a los empresarios desarrollar sus recursos y ponerlos correctamente en uso.

Este ejercicio demuestra los peligros propios de ver las transacciones históricas y pensar en ellas en términos modernos. No solo es necesario el ajuste a la inflación, ya que puede ser insuficiente ya que mejoras en productividad siguen creando una comparación de manzanas con naranjas. El valor y relevancia reales se dan ajustando cantidades históricas de crecimiento económico; solo de esta manera podemos ver lo rentables que han sido ciertas aventuras.


Publicado el 7 de julio de 2014. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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