Walter Block: Libertarismo de la A a la Z

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El nuevo libro de Walter Block, Toward a Libertarian Society, se ocupa de una amplia variedad de temas, desde la pena de muerte a la recesión y desde la guerra a la macroeconomía. El Dr. Block habló recientemente con el Instituto Mises acerca de algunos de ellos.

Dice en su libro que es una contradicción en los términos ser a la vez libertario y estar a favor de una política exterior agresiva. ¿Por qué?

Walter Block: La esencia del libertarismo es el principio de no agresión (PNA). Esto significa que solo es legítimo usar fuerza en defensa o represalia, pero no iniciarla. Sin embargo una política exterior agresiva es un  intento de exportar democracia, o el modo de vida estadounidense, o hacer las cosas más fáciles para los negocios de EEUU, a punta de pistola o de bomba. Así, esta política necesariamente inicia violencia contra extranjeros, pero no en defensa de su ataque contra nosotros, ni en represalia contra ella. Así que hay una contradicción. Es como si A fuera a tener una política de pegar a B en la nariz, cuando B no usó primero violencia contra A. Está claro que A estaría violando el PNA. Esto sin embargo es cierto ya se aplique a una persona o a un grupo grande, como una nación. ¿Pero qué paso con el 11-S? ¿No nos atacaron antes? No. Estaban “por aquí” porque nosotros estuvimos primero “por allí”. Fue una represalia. Si no hubiéramos golpeado con nuestro palo en el avispero en esa parte del mundo, no nos habrían atacado. Están lanzando una represalia contra el uso anterior de fuerza por parte del gobierno de EEUU.

En lo que se refiere a la compatibilidad de libertarismo y sindicatos, usted dice: “depende”. ¿De qué depende?

Walter Block: Depende de si los sindicatos violan el PNA. No tienen que hacerlo para buscar sus objetivos, que son una mejora en los salarios y condiciones laborales de sus miembros. Pues sí tienen un arma legítima en su arsenal: la renuncia masiva. Si una persona se dirige al jefe reclamando más paga, es probable que se le enseñe la puerta. Pero si dice que los 500 empleados se irán de la fábrica si no se atienden sus demandas o al menos se negocian, en más probable que el jefe haga una contraoferta. Si el sindicato se limita a este tipo de amenaza, es completamente legítimo y actúa de acuerdo con los requisitos libertarios. Sin embargo los sindicatos pocas o ninguna vez, se limitan con una amenaza de dimisión masiva. También usan la violencia contra los que tratan de pasar sus líneas de piquetes, como trabajadores de reemplazo o materias primas que entran en las instalaciones de la empresa o productos terminados que salen de ella. Es como si un marido se divorcia de su esposa, pero luego rodea su casa con sus amigos que amenazan con golpear a cualquier posible pretendiente. Dejarla, dimitir, está justificado; usar violencia contra competidores, no.

En lo que se refiere a crear una economía mejor, dice que es la producción lo que importa y no los empleos. ¿Qué significa esto?

Walter Block: El objetivo no son los empleos, sino los bienes y servicios que producen los empleos. Si pudiésemos tener estos últimos sin los primeros, es decir, eliminar la escasez, todo sería maravilloso. Podríamos jugar (hacer lo que quisiéramos) todo el día. Por desgracia, queremos más cosas de las que hay disponibles: por eso tenemos que trabajar para ellas. Supongamos que los “empleos” consistieran en cavar hoyos en el suelo y taparlos y que todos hicieran esto y nada más. Al acabar el día, habríamos tenido empleo masivo y todos nos moriríamos de hambre porque estos “empleos” no producen nada que nos mantenga vivos.

No debería sorprendernos que usted se oponga a la guerra contra las drogas, pero ¿cuál es la razón principal para oponerse a la guerra contra las drogas?

Walter Block: Hay muchas razones para oponerse a la guerra contra las drogas. Crea caos en las vidas de los drogadictos. Promueve el delito. Como consecuencia de ella, tenemos demasiada gente en la cárcel. Es un delito sin víctimas cuando se limita a adultos que consientes. Pero la razón más importante para estar contra ella es que la guerra contra las drogas viola el PNA. Usa la violencia contra usuarios pacíficos y contra empresarios que les suministran este bien.

¿Cómo eliminaría la pobreza? ¿Cuál es la mejor respuesta breve a esta pregunta cuando la plantea un no-libertario?

Walter Block: Una respuesta muy breve es: promover los derechos de propiedad privada, el capitalismo de laissez faire y el PNA del libertarismo. Una respuesta más larga mencionaría el hecho de que en el sistema de libre empresa, la única forma hacerse rico (es decir, eliminar la pobreza) es dedicarse a la interacción comercial. Pero esto mejora necesariamente el bienestar de todas las partes del intercambio. Cada vez que Bill Gates vendía una computadora a alguien por 500$, esa persona la valoraba en más que esa cantidad, ya que de otra manera lo habría comprado y le costa a Bill Gates menos que esa cifra fabricar la computadora. En caso contrario, habría ido a la quiebra. Todas y cada una de las transacciones comerciales, comprar, vender, alquilar, trocar, tomar prestado, prestar, emplear, etc., es mutuamente beneficiosa al menos en sentido ex ante, de lo previsto (participamos en el mercado porque esperamos obtener una ganancia). La libre empresa es necesariamente, en este sentido, una institución que crea riqueza. ¿Cómo puede si no eliminarse la pobreza, salvo por creación de riqueza?

Usted ha escrito extensamente sobre ecología y mercados libres. Sin gobierno, ¿no tendríamos todos que beber agua sucia y respirar aire sucio?

Walter Block: Los derechos de propiedad privada, junto con el PNA, son las dos caras de la moneda libertaria. Ambas son esenciales. ¿Pero qué es la contaminación, ya sea del aire o el agua, salvo una introducción de partículas de humo y polvo en la propiedad y los pulmones de otro? Por desgracia, el gobierno, durante muchos años, no ha permitido que la gente demande a otros por estas introducciones. Si se hubiera permitido esto, el problema del agua y el aire sucios se habrían superado hace mucho tiempo.


Publicado el 27 de junio de 2014. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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