¿Elección de escuela o un mayor gobierno?

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[Publicado originalmente el 23 de julio de  1998 en Investor’s Business Daily]

Se ha presentado a los cheques escolares como una forma ganadora de dar a los padres una alternativa sobre cómo educar a sus hijos. Pero los cheques vienen con ataduras del gobierno.

Al menos esa es la lección del programa de elección de escuela de Milwaukee.

El Tribunal Supremo de Wisconsin dio luz verde en junio al plan, que el parlamento del estado había aprobado años antes. El lobby de la escuela pública, respaldado por la American Civil Liberties Union, puede apelar al Tribunal Supremo de EEUU.

Sin embargo, por ahora, el programa sigue adelante. Y los que defienden los cheques están contentos.

“Es una gran victoria”, dijo Charles Glenn, profesor de educación en la Universidad de Boston.

Aunque sin duda es una victoria para los defensores de los cheques, la sentencia abre la puerta a algo más: más control público sobre las escuelas privadas de Milwaukee.

“Los controles públicos siguen al dinero público, no necesariamente de inmediato, pero acaban haciéndolo”, dijo la economista Estelle James, estudiosa de la elección de escuela.

Ya han caído sobre el programa más de 300 páginas de normas estatales y federales. Estas normas regulan admisiones, idoneidad, “actividades religiosas”, derechos del alumno, patrones curriculares, certificación de profesores y responsabilidad, entre otras cosas.

¿Suena familiar?

“Van a parecerse a las escuelas públicas”, dijo el Superintendente de Escuelas Públicas de Milwaukee, Alan Brown, de las escuelas privadas que acepten cheques.

No se pretendía eso. Para quienes apoyan los cheques, las normas son ominosas.

“Hay siempre un riesgo [y] prefiero ver eliminadas esas restricciones. (…) Prefiero cheques universales, sin restricciones”, dijo a IBD el economista premio Nobel, Milton Friedman, un activo defensor del plan de Milwaukee.

El Milwaukee Parental Choice Program permitirá hasta a 15.000 niños de familias de bajos ingresos ir a las escuelas que elijan. Cada alumno obtendrá un cheque por un valor aproximado de 4.900$.

Los cheques ayudarán a niños que vienen de los barrios más pobres de Milwaukee.

“Se está facultando a los niños con peor rendimiento para hacerlo mejor”, dijo Richard Komer, un litigante veterano del Institute for Justice, con sede en Washington, un grupo legal pro-cheque escolar, que representa a las familias de Milwaukee.

Glenn dijo: “Si queremos extender las oportunidades a los niños pobres y empezar a invertir la educación absolutamente devastadora que están obteniendo, tenemos que tener esos dispositivos, incluso si hay riesgo en ellos”.

Aunque la implicación del gobierno es inevitable con los cheques escolares financiados públicamente,  puede ser “una salida para gente motivada de rentas bajas que no tiene una salida”, dijo James.

La sentencia del Tribunal Supremo de Wisconsin destacaba tres puntos delicados:

Las escuelas privadas deben seleccionar alumnos “aleatoriamente”.

Bajo una regla de “exclusión”, las escuelas religiosas privadas no pueden obligar a los alumnos con cheques a tomar parte en actividades religiosas en las escuelas.

Los chicos que ya estén en escuelas privadas no pueden conseguir cheques, salvo que estén en jardín de infancia en el tercer grado “y cumplan ciertos requisitos de renta”.

“La incapacidad de elegir alumnos (…) es una de las razones por las que las escuelas públicas tienen problemas”, dijo Lew Rockwell, director del Instituto Ludwig von Mises. “Aplicad esa misma norma a las escuelas privadas y habréis avanzado mucho en hacer de ellas copias literales de las escuelas de las que tantos ansían huir”.

Tampoco el dinero de los cheques va a ir a “gente de clase media que realmente pagan los impuestos que soportan las escuelas públicas”, dijo Rockwell. Po el contrario, solo va a “aquellos a los que el gobierno defina como ‘pobres’”.

Ese grupo ya recibe grandes subsidios para atención sanitaria, vivienda, guardería y comida. “Los cheques no representan ninguna disminución de este estado del bienestar, sino una expansión, el equivalente a los cupones de comida para la escuela privada”, dijo Rockwell.

Un antiguo alto cargo del Departamento de Educación de EEUU está de acuerdo.

“Las escuelas que participan se comportan exactamente como las escuelas públicas. No tienen voz respecto de quién aceptan o rechazan: pierden el control sobre sus matrículas”, dijo a IBD esa fuente, que habla desde el anonimato.

Asimismo, la regla de la “exclusión” permite a los chicos no tomar parte en actividades religiosas, que pueden definirse ampliamente. ¿Tener un crucifijo en un aula o rezar antes de la clase de matemáticas es una actividad religiosa?

“Es una especie de ley mordaza sobre Dios en las escuelas religiosas”, dijo el antiguo cargo del Departamento de Educación.

Las escuelas religiosas de Milwaukee que quieren participar en el programa están preocupadas, dice Howard Fuller, exsuperintendente de las escuelas públicas de Milwaukee y ahora  profesor de educación en la Universidad de Marquette.

Fuller dice que la preocupación viene por las más de 300 páginas de normas que las escuelas públicas de Milwaukee consiguieron incluir en el programa.

“Ninguna de estas regulaciones fueron requeridas por el legislativo”, dijo Fuller. “Y si se aplican estas leyes, tendremos reticencias por parte de algunas de las escuelas [religiosas] para participar. Así que nunca sabremos si este experimento funcionaría porque tendríamos un programa, pero pocas escuelas sectarias se incorporarían a él”.

A Dan McKinley, jefe de Partners Advancing Values in Education (un grupo a favor de los cheques) también le preocupa que el Departamento de Instrucción Pública de Milwaukee pueda tratar de probar fortuna.

El DIP está al cargo de la supervisión del programa y la política aleatoria de admisión de cada escuela.

“El DIP cree que todo estudiante que entre en una escuela privada mantiene los mismos derechos que un alumnos de una escuela pública”, dijo McKinley.

Aunque el DIP ha sido cooperativo, dijo, ha emitido “toda una lista de derechos del alumno, que provienen principalmente de estatutos federales, que las escuelas [de los cheques] se supone que deben aprobar”.

Estas escuelas prohíben las escuelas de un solo género. Hay cinco escuelas de este tipo de Milwaukee. Las normas también incluyen disposiciones para chicos con discapacidades, que algunas escuelas privadas pueden no ser capaces de permitirse.

“El propósito del programa de elección no era hacer a las escuelas privadas escuelas públicas”, dijo Fuller.

A pesar de los problemas, los defensores de los cheques son optimistas.

“Al final se trata de que es decisión de las escuelas” participar o no, dijo Clint Bolick, director del Institute for Justice.

Su colega Komer dijo: “El objetivo final es pasar a un sistema de elección pura para todos. En buena parte se trata de cómo pasamos de aquí a allí”.

Rich Seder, director de estudios de educación en la Reason Foundation, pro-libre mercado, está de acuerdo.

“El factor salvador es que las escuelas privadas pueden renunciar si creen que el gobierno estatal está siendo demasiado regulador”, dijo.

Glenn predice que el programa estimulará la competencia entre escuelas privadas y públicas. Esto dará a cada escuela un mayor enfoque, dice.

Pero algunos (incluyendo a Friedman) creen que los cheques son solo un paso intermedio hacia una reforma real. Preguntan: ¿Por qué hacer que el gobierno intervenga en absoluto en la educación?

“Un cheque es un programa de transferencia de riqueza que toma dinero de los que tienen y lo da a los que no tienen (…) por la fuerza de los impuestos”, dijo Marshall Fritz, jefe de la Separation of School & State Alliance, con sede en Fresno, California. “El nombre para esto es bienestar. Una comida gratis es bienestar. Una lección gratis de matemáticas es bienestar. La vivienda pública es bienestar. La escuela pública es bienestar”.

Sheldon Richman, un autor que ha escrito extensamente sobre la lección de escuela, está de acuerdo. Señala que el apoyo a los programas de cheques se adorna a menudo en términos de “justicia social”.

“Los pobres no tienen las mismas alternativas en coches o clubes de campo o restaurantes”, dijo Richman. “¿Deberíamos tener cheques para todo? De repente son igualitarios”.


Publicado el 23 de julio de 1998. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí

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