Cuando los altos impuestos llevan a la revolución

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La historia está llena de revueltas por impuestos. Es una afición bastante popular, si creemos a los historiadores. ¿Pero cuándo se producen? ¿Cuál es la chispa y cuál es la gasolina?

En El arte de la guerra de Sun-Tzu, este argumenta que las campañas militares largas no son sensatas porque agotan al pueblo y dice que las campañas largas agotan “siete décimos” de la riqueza de las élites.

Esta es una de esas afirmaciones extrañamente concretas que a veces los occidentales consideran hilarante. Pero Sun-Tzu era un historiador y vivía en una época con bastantes estudios de casos de destrucción bélica. Así que merece la pena investigar ahora esta norma general.

Uno de los problemas que afrontamos inmediatamente es una falta de buenas estadísticas para la mayoría de los periodos históricos. Incluso en el siglo XX, las estadísticas pueden ser incompletas, tendenciosas o mal recogidas. Antes, no hay ninguna posibilidad: las estadísticas apestan en historia.

Así que tenemos dos alternativas: o ignoramos completamente el pasado y reinventamos la rueda o estimamos el pasado usando es tipo de comentarios subjetivos como el de Sun-Tzu. El modelo es un radar, utilizado, no para “ver” algo, sino para estimar su localización con fragmentos de datos.

Así que usemos este método de “radar” sobre los “siete décimos” de Sun-Tzu. Una interpretación es que piensa que hay un límite superior a la devastación que puede imponerse a tus propios ciudadanos. Esto sería coherente con el “análisis marginal” económico moderno, en el que la gente valora más una pérdida la hacer más grande. Por ejemplo, si quitas 10$ a un millonario, no es algo importante, pero si tomas sus últimos 10$ este peleará contigo para evitar morirse de hambre.

Según esto, Sun-Tzu está diciendo que una vez se sobrepasa el umbral del 70%, la gente está lo suficientemente desesperada como para transformarse de ovejas en lobos.

Podemos traducir esto en una hipótesis moderna, que la gente aceptará un tipo impositivo hasta del 70% con protestas manejables, pero si se va mucho más allá, probablemente haya problemas. Ahora bien, seguimos lejos de esta cifra en EEUU: el gasto a todos los niveles del gobierno en 2014 estuvo en torno al 42%. Los mayores gastadores en el mundo, según la OCDE, fueron los escandinavos en torno al 50%.

Aunque sean cifras altas, siguen muy por debajo el 70% de Sun-Tzu. Y las tendencias no son tan malas como podría parecer. Aunque la tendencia está empeorando, seguimos teniendo margen: la tasa fiscal media de la OCDE creció en torno al 4% entre 1975 y 2010. A ese ritmo, EEUU no llegaría al 70% durante otros 250 años. Por suerte, tenemos un “canario en la mina”, ya que los escandinavos llegarán a este umbral unos 100 años antes.

Una advertencia para el escenario de Sun-Tzu es que la regulación era bastante primitiva es sus tiempos. Una estimación es que estas regulaciones añaden otro 11% a la “parte” del gobierno, haciendo ascender la cifra al 53%, pero aún por debajo del 70%.

Una segunda gran advertencia es que esto es suponiendo que continúen las tendencias pasadas. La historia no tienen estudios de casos perfectos, así que no sabemos qué pasa cuando un estado empuñando Internet y una computadora toma la delantera. Así que podríamos llegar al 70% mucho más rápido.

Por otro lado, el Estado se ha hecho más listo a la hora de esconder sus impuestos. Las retenciones salariales y los costes regulatorios ocultos podrían no molestar a la gente en la forma que podrían hacerlo las requisas directas. Y además, por supuesto, está el impuesto oculto en la inflación de la oferta monetaria de los bancos centrales.

Teniendo todo en cuenta, mi apuesta es que este “radar” del reverso del sobre concuerda con la idea de que las tendencias fiscales actuales son completamente sostenibles, para bien o para mal. Salvo que la tendencia cambie significativamente, probablemente los impuestos continuarán aumentando lentamente y, como la rana en el agua hirviendo, la gente gruñirá, pero eso será todo.

Puede haber por supuesto otros catalizadores: las “guerras culturales” o el avivamiento incesantes de la animosidad étnica y racial me vienen a la cabeza. Pero en la tendencia actual, los impuestos no serían la chispa.


Publicado el 31 de julio de 2014. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra  aquí.

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