El gobierno es un depredador. Aquellos que tratan de garantizar su libertad se enfrentan con el problema de cómo evitar ser su presa. Algunos ven al Leviatán estatal y desesperan al ver que nunca tienen suficiente fuerza a su disposición para derrotar a ese depredador. Tienen que aprender del puercoespín.
La lección que enseña el puercoespín es que usted no tiene que ser lo suficientemente fuerte como para derrotar a un depredador para evitar ser el almuerzo del mismo. Basta con ser una comida costosa. Los depredadores tienden a no cenar puercoespínes porque dar un bocado a una porción de puercoespín tiende a no valer lo que cuesta.
David Friedman escribe en Price Theory:
el objetivo esencial en cualquier conflicto no es vencer a tu enemigo ni hacer imposible para él vencerte, sino simplemente hacer que no se interese más en hacerlo…
¿Por qué las naciones buscan abrumadoramente resolver pacíficamente las controversias en lugar de por la fuerza? Porque la guerra es generalmente tan cara que no le vale la pena a la parte que la inicia. La razón por la que la China comunista no tiene Taiwán por la fuerza no es que no pueda hacerlo, sino que el sometimiento de Taiwán va a costar más de lo que vale la pena tomar por la fuerza. Taiwán no tiene por qué estar en cualquier lugar cerca de tan poderoso depredador como él para sobrevivir, sólo tiene que ser demasiado caro para valerle la pena actuar a los depredadores.
Aquellos que lucharon por la independencia americana entendieron la lección del puercoespín. Uno de los símbolos más poderosos en la guerra por la independencia se ve en la bandera de Gadsden.
El mensaje de la bandera de Gadsden es que no podemos derrotar a todos los depredadores, si no hacer que les resulte cara su agresión. Los colonos no pretendían ser más poderosas que los británicos, simplemente buscaron resultar demasiado caros de gobernar para los británicos.
Algunos defensores de anarcocapitalismo piensan que para lograr liberarnos del gobierno tenemos que convencer a una mayoría, o alguna “masa crítica”, de personas que piense que la sociedad anarcocapitalista será mejor para ellos que la sociedad con gobierno.
El puercoespín enseña otra lección – que los hombres estarán libres de gobierno cuando se hace demasiado caro el gobernarlos. Esta es la idea fundamental que me hace optimista sobre las posibilidades de la sociedad anarcocapitalista. Yo no soy optimista en cuanto a la conversión de masas de personas a aceptar el anarcocapitalismo a través de cualquier tipo de evangelismo racional. Yo no soy optimista en cuanto a persuadir a un gran número de personas a ser más moral o a hacer juicios mejores. Pero soy optimista y creo que a la larga gobernar a la gente puede resultar ser demasiado caro.
Traducido por Adrián Peruyera. De los Ensayos & Artículos del Free State Project.