¿Es Escocia lo suficientemente grande como para ir sola?

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Cuando Quebec estaba planteando la secesión de Canadá, yo era un humilde universitario estadounidense que vivía en Montreal. Fue un periodo fascinante, ya que en Estados Unidos se destrozaron nuestros ferrocarriles y la gente pasó hambre cuando nos independizamos. Ahora que Escocia sigue este camino, imagino que puedo meter baza, económicamente.

La pregunta en 1995 era si Quebec debería independizarse de la Confederación Canadiense. La pasión era mucha; un líder secesionista argumentó imprudentemente que si ganaba el “Sí” podría a los votantes en la secesión como “langostas echadas al agua hirviendo”. Alimentando los redobles de tambor estaban los federalistas del inminente caos económico, político y monetario. Al final, la votación fue increíblemente ajustada: 49,4% a favor de la secesión, 50,6% votando no.

Mientras Escocia va a las urnas para decidir su propia independencia del Reino Unido, el tono de la campaña es, de nuevo, alto en pasión y, de nuevo, los secesionistas se aproximan a la mágica línea del 50%. Pero no descorchéis todavía la malta: hoy (2 de septiembre de 2014), las apuestas en Londres siguen estando 4 a 1 contra el referéndum no vinculante. Pero sigue siendo una posibilidad real. [Podéis ver aquí las últimas apuestas]

Un debate esencial es si Escocia es demasiado pequeña y demasiado insignificante como para irse sola. Durante el referéndum de Quebec  hubo un debate casi idéntico, con los secesionistas argumentando que Quebec tiene más población que Suiza y más territorio que Francia, mientras que los federalistas preferían comparar a Quebec con EEUU o “resto de Canadá”.

En una curiosa coincidencia, la Escocia de 2014 y el Quebec de 1994 tienen aproximadamente la misma población: uno 5-6 millones. Aproximadamente la misma que Dinamarca o Noruega y medio millón más que Irlanda. Ni siquiera el área física de Escocia es despreciable: aproximadamente del tamaño de Holanda o Irlanda y tres veces el tamaño de Jamaica. El hecho de que Irlanda, Noruega y Jamaica sean todos países de un tamaño sostenible es en este caso un argumento para los separatistas.

Así que lo pequeño es posible, ¿pero es una buena idea?

La respuesta, quizá sorprendente, es un sonoro “¡Sí!” Estadísticamente hablando, al menos. ¿Por qué? Porque según las cifras  de los Indicadores de Desarrollo del Banco Mundial, entre los 45 países soberanos de Europa, los países pequeños son casi el doble de ricos que los países grandes. La distancia entre los 10 mayores y los 10 menores va del 84% (para toda Europa) al 79% (para solo Europa Occidental).

Hay una enorme diferencia: para apreciarla, incluso un cambio del 79% en riqueza es aproximadamente la diferencia entre Rusia y Dinamarca. Eso es enorme, considerando las similitudes históricas y culturales, especialmente dentro de Europa Occidental.

Incluso entre hermanos lingüísticos, las diferencias son abrumadoras: Alemania es más p obre que los estados pequeños germanoparlantes (Suiza, Austriac, Luxemburgo y Liechtenstein), Francia es más pobre que los estados pequeños francoparlantes (Bélgica, Andorra, Luxemburgo y Suiza de nuevo y, por supuesto, Mónaco). Incluso Irlanda, durante siglos asolada por los belicosos ingleses, es hoy más ricas que sus antiguos amos en el Reino Unido, un país 15 veces mayor.

¿Cómo puede ser? Hay dos razones. La primera es que los países pequeños son habitualmente más responsables ante su gente. Cuanto más pequeño es el país, más fuerte es la retroalimentación política. Lo que significa que las ideas verdaderamente horribles tienden a corregirse antes. Si Mao Tse Tung hubiera estado trabajando en un complejo de viviendas en lugar de en un país de casi mil millones de personas, sus ideas absurdas no habrían matado a millones.

Segundo, los países pequeños simplemente no tienen dinero para dedicarlo a ideas verdaderamente tontas. Como las guerras contra el terrorismo o codenas de flores de bases militares en todo el mundo. Una Escocia, o un Vermont, independiente, es improbable que invada Iraq. Hace falta un país grande para hacer cosas absurdas.

Por supuesto, hay muchos temas a corto plazo que tienen que considerar los escoceses, desde los impuestos a las subvenciones a los subcontratistas de defensa reubicándose en Inglaterra. Y, por supuesto, los profundos temas histórico-culturales que estadounidense descendiente de franco-británicos haría mejor en dejar de lado.

Aun así, como economista, lo que puedo decir es que Escocia es lo suficientemente grande como para “sobrevivir” por sí misma y de hecho es muy probable que se haga más rica con la secesión. Estaría más cerca de la Irlanda de “lo pequeño es rico” que de la Gran Bretaña “grande pero pobre” que dejaría atrás.


Publicado el 12 de septiembre de 2014. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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