Ron Paul y Mark Spitznagel hablan de la libertad, la agricultura y la Fed

0

[Ron Paul y Mark Spitznagel comparten una pasión por el no intervencionismo, los mercados libres y la economía austriaca. El congresista Paul fue representante de EEUU por Texas, desde 1976 a 2013 y fue candidato presidencial republicano en 2008 y 2012. Ha escrito extensamente sobre libertad y política, incluyendo The Revolution: A Manifesto y End the Fed. Spitznagel es el fundador de Universa Investments, una consultora de inversiones especializada en tail-hedging, y es el autor de The Dao of Capital, del que Paul escribió el prólogo. Los dos amigos se sentaron recientemente a discutir temas que van del movimiento de la libertad y la política agrícola a las consecuencias de la política monetaria de la Reserva Federal. Esta es una transcripción de su conversación]

Mark Spitznagel: Ron, has sido l fuerza galvanizadora de un resurgido movimiento de la libertad en Estados Unidos. Aun así, nos encontramos en este mundo en el que el intervencionismo aumenta y buena parte de Estados Unidos se complace en ello. Por ejemplo, creo que estaremos de acuerdo en que el capitalismo de compinches actual y el intervencionismo monetario de los bancos centrales se encuentran en una escala sin precedentes que de nuevo dejará destrucción a su paso. ¿Por qué Estados Unidos está dejando que pase esto y alejándose de sus ideales jeffersonianos? Además, tengo que preguntarte, ¿se ha estancado o incluso ha fracasado el movimiento de la libertad?

Ron Paul: Mark, superficialmente en Washington puede parecer que el intervencionismo está aumentando, pero en realidad está a la defensiva, más que nunca. De hecho hay un montón de complacencia, ya que esa es frecuentemente la norma para la mayoría de la gente independientemente del sistema. Donde hay poca complacencia es en los líderes intelectuales que ahora lideran la carga contra lo extranjero y los intervencionistas económicos que han estado al mando durante décadas y han creado la gran crisis que vivimos hoy. Nunca es fácil políticamente cambiar malas políticas y muchas veces tenemos que esperar hasta que estas se autodestruyen. La filosofía de la no intervención está creciendo significativamente y eso es esencial, ya que las ideas sí tienen consecuencias. El evidente fracaso del sistema actual y los actuales líderes intelectuales de la generación más joven que son más favorables a la no intervención, proporcionan el ánimo que necesitamos para arreglar el embrollo. Durante mis campañas presidenciales, me agradó siempre que los estudiantes mostraran carteles diciendo: “Curaste mi apatía”.

Una pregunta para ti, Mark: Sé que tú y unos pocos más, como Jimmy Rogers estáis al tanto de una auténtica no intervención en la economía, pero ¿cómo son los demás intermediarios e inversores de Wall Street? ¿Ayudan a denunciar el capitalismo de compinches o son parte del problema?

Mark Spitznagel: Por desgracia, Wall Street no puede sino responder a la intervención monetaria como marionetas de la titiritera Reserva Federal. Lo Fed no solo ha convertido a casi todo inversor en un jugador loco desesperado por cualquier rendimiento por encima de los tipos de interés artificialmente bajos de hoy, para los inversores profesionales, la desesperación se compone del riesgo de su carrera asociado al bajo rendimiento en el próximo periodo. Si te despiden por no haber jugado al juego de la Fed en la siguiente ronda, ¿a quién le importa lo que ocurrirá en rondas futuras y a quién le importan las implicaciones a largo plazo de este juego de capitalismo de compinches?

Veo está miopía temporal también en el mismo centro de la política de Washington. Si los políticos no son reelegidos cada periodo, entonces desde el punto de vista de una carrera política cualquier preocupación por el futuro resulta inútil. Se extiende enormemente, desde los directores corporativos a los granjeros, estos de forma aún más significativa: Piensa en cómo las distorsiones de la deuda y la política agraria inducen a exprimir todo lo posible de cada cosecha, incluso a costa de cosechas futuras (como pasa con la erosión del terreno).

Frédéric Bastiat lo decía mejor cuando condenaba la búsqueda de un bien pequeño actual que se vería seguido por un gran mal por venir, en lugar de un gran bien por venir a riesgo de un mal pequeño actual. Esto último es extraordinariamente difícil hoy. Para mí, tu capacidad de alejarte del presente y ver la realidad del gran bien o mal por venir era realmente muy asombrosa a lo largo de tu carrera política. ¿Cuál era tu secreto, Ron, y que hizo que no perdieras eso de vista?

Ron Paul: La respuesta sencilla (y hay una más detallada) sobre mi no “perder de vista” es que detesto el proceso político actual. Originalmente, nunca esperé ser elegido y tenía en mente un objetivo: promover la Causa de la Libertad. Creía firmemente que nuestro país iba en la dirección errónea. Confiaba en que la Filosofía de la Libertad y el principio de no agresión ofrecían las soluciones a nuestros problemas. No tenía interés en ser moldeado o manipulado por quienes tuvieran opiniones distintas. Tu opinión sobre la miopía política es correcta. La miopía, alimentada por políticos que se sirven a sí mismos, y justificada por el misticismo económico, está en el núcleo del problema. La miopía dicta que los políticos, el día después de que son elegidos, empiezan a concentrarse en la siguiente elección. Los cabilderos aman el sistema. Reciben grandes recompensas por obtener prestaciones que frecuentemente benefician al distrito de un Miembro. Los cabilderos convencen a los votantes de que el sistema puede usarse en su beneficio y el Miembro se queda con el mérito. Una buena política económica, los principios morales, la Constitución o desafiar el liderazgo del partido son cosas que raramente entran en la ecuación. A veces pienso que la miopía se acerca a la ceguera.

Lo que dices acerca de que el programa agrícola del gobierno distorsiona mucho el mercado es un perfecto ejemplo lo mucho que pueden perdurar las malas políticas cuando algunas personas se benefician directamente a coste de otros, a menudo de forma gradual. Ocurre con todos los programas públicos. Lecheros y lecherías, al proteger sus intereses, han hecho difícil, si no imposible, beber leche cruda, una política que una sociedad libre difícilmente apoyaría.

Mark Spitznagel: Oh, sí, ¡un tema que me es cercano y querido! Hay un paralelismo entre el caso en que las prestaciones de los políticas se concentran en los pocos y los costes se dispersan entre los muchos y el caso en que las prestaciones se concentran pronto mientras que los costes se dispersan en le tiempo. En ambos casos, para mucha gente no es evidente que sea una pelea que merezca la pena librar. Pero por supuesto sí merece la pena librar. Cuando el Estado da privilegios especiales a ciertos cultivos, por ejemplo, el resultado es un monocultivo artificial propenso a las enfermedades y las plagas y un ecosistema distorsionado y un sistema de alimentos en torno a esos cultivos. Las operaciones de alimentación concentrada de animales, el sirope de maíz y las industrias con todo alimentado con maíz son productos del favoritismo del gobierno. Sistemas naturales y sostenibles a más largo plazo como los basados en los pastos o los orgánicos se hacen parecer inviables. Es absurdo lo mucho que determinan los burócratas qué cultivamos y qué comemos. Los granjeros sostenibles deberían ser todos libertarios. El problema es que esos muchos tipos “hippie” que vienen de la izquierda ven a las grandes empresas agrícolas implantando estas políticas dañinas y comprensiblemente concluyen: “Eso es puro capitalismo en funcionamiento, así es como el ánimo de lucro lleva al desastre en lo que se refiere a la comida”. Pero no, son compinches en funcionamiento, así es como la intervención pública lleva al desastre. Exactamente lo mismo sucede con las crisis económicas, por supuesto: el capitalismo se ve acusado injustamente. Echamos la culpa al sistema cuando interferimos con su funcionamiento homeostático natural.

Ron Paul: La agricultura sostenible y el libertarismo son una mezcla natural. Sé que tú mismo, además de gestor de fondos de inversión, eres granjero productor de leche de cabra de pasto y quesero artesanal. La agricultura sostenible reconoce los peligros de intervenir en las interacciones complejas de los sistemas naturales. Y rechaza la idea de dependencia del gobierno y destaca el principio de autosuficiencia. Por supuesto, si se siguiera este principio en todas las áreas de la economía no tendríamos que preocuparnos por la prosperidad o una clase media en disminución.

Mark Spitznagel: ¿Crees que tu historial como médico ha influido en tu aceptación de la idea de respetar la resistencia natural de un sistema y no entrometerse en él con intervenciones?

Ron Paul: No cabe duda de que sí. Mantengo una copia del juramento hipocrático colgada en la pared de mi consulta médica desde hace unos treinta y cinco años. Sabemos que hoy el gobierno tiene poco respeto por la resistencia natural de la economía, lo que Adam Smith llamaba la “mano invisible” del mercado. Es interesante que en tiempos modernos el juramento hipocrático se ha cambiado para que esté más de acuerdo con el sistema legal actual. El juramento ahora muestra menos respeto por la vida que originalmente. Quizá sea un signo de los tiempos. Una vez restauremos los principios de un mercado libre que se autoajuste, tendremos de comprobar si el juramento hipocrático ha vuelto a su forma original.

Hablando de no causar daño, seguí la historia del pasado junio cuando se te impidió tratar de ayudar un barrio arruinado y con problemas en Detroit llevando un rebaño de cabras de tu granja en Michigan, Idyll Farms. Las cabras habrían acabado con las altas hierbas y el proyecto iba a proveer empleos y formación a la comunidad. Pero el Ayuntamiento de Detroit  decidió aplicar una ordenanza que prohibía cualquier ganado e inmediatamente expulsó a tus cabras.

Mark Spitznagel: Soy un gran creyente en las granjas urbanas, especialmente para grandes áreas abiertas y con problemas económicos, como parte de Detroit. Llámalo una vuelta al propietario rural de Jefferson. Una de las personas antes desempleadas que contraté allí me dijo que quería usar sus ganancias del verano para comprar una casa. Ganábamos ambos. Por cierto, no pedimos permiso a la ciudad para llevar las cabras (y la comunidad local no advirtió que no lo pidiéramos), porque sabíamos cuál iba a ser la respuesta. Esperemos haber dado un impulso para cambiar esas malas ordenanzas.

Ron Paul: ¿Cuál es tu opinión sobre la acción política frente a la importancia de la educación?

Mark Spitznagel: Van juntas. ¿Cómo podría nuestra sistema educativo público completamente fallido no tener algo que ver con la complacencia actual? Por supuesto, nuestro sistema requiere un electorado pensante, uno que pueda ver a través del misticismo económico de los planificadores centrales que mencionaste. Como sabes, Ludwig von Mises  argumentaba que todos los gobiernos (incluso las dictaduras) se basan en definitiva en la opinión pública. Podemos quejarnos sobre los políticos y banqueros centrales, pero al final la única razón por la que pueden seguir con estas políticas indignantes y destructoras de riqueza, como los rescates de empresas y la inflación de activos, es que la gente suponga que hacen algo bueno. Con nuestro estado actual de ignorancia económica y apatía política entre la gente en general, nos queda el mínimo común denominador  del saqueo, no solo nuestro, sino especialmente de quienes son los menos poderosos: las generaciones futuras, que, por desgracia, no puede votar aún. Cuando lo piensas, es una enorme carga sobre un electorado. ¿Estás de acuerdo?

Ron Paul: Completamente. Seguro que la calidad de la educación en este país es inversamente proporcional al aumento de la implicación del gobierno federal en ella. Las escuelas públicas tienen un programa previsible: justificar el gobierno y sus programas. Se me advirtió no tratar de educar en una campaña, aunque ese fue siempre mi objetivo. La comprensión de que la opinión pública es crucial para todo cambio político reconoce que los líderes intelectuales son claves para el futuro de un país, tanto bueno como malo. Pero en su mayor parte los políticos no están interesados en cambiar las mentes de la gente. Su preocupación es sacar el dedo para ver por dónde sopla el viento y adaptarse. Siempre he tenido interés en trabajar por cambiar la opinión pública respecto del papel apropiado del gobierno en una sociedad libre, como los esfuerzos con mi propia FREE Foundation durante treinta y ocho años y actualmente con el Currículum Ron Paul para K-12.

Mark, ¿cuándo te interesaste por primera vez por al economía austriaca? ¿Fue antes de que te convirtieras en inversor profesional? ¿Cuánto tiempo pensaste en escribir tu libro The Dao of Capital?  ¿Diste alguna garantía con su compra?

Mark Spitznagel: ¡Ja! Sí, la garantía es que vas a incurrir en un gran trauma psicológico al practicar lo que predico. En serio, mi libro trata del pensamiento tras mi forma de invertir, lo que llamo inversión “indirecta” (por el concepto económico austriaco de lo indirecto), así que lo he estado pensando básicamente durante toda mi vida adulta. Pero me llevó en torno a un año escribirlo realmente. La inversión indirecta trata de retrasar la gratificación y asumir ahora pequeños contratiempos para tener después una enorme ventaja posicional. Normalmente entro en otras clases de activos durante las expansiones monetarias para mantener una posición que acabe sobrepasando completamente a todas cuando se estrelle la bolsa. La clave es que la estrategia (que sigo en mis fondos de inversión) conlleva una cartera de acciones para protegerla con robustez contra grandes pérdidas (un “fondo de protección”). Toda la necesidad de esta protección deriva concretamente de las distorsiones de hinchar la burbuja de la política monetaria de la Fed. La economía austriaca ha sido siempre esencial para mi conciencia sobre esto. Encontré a los austriacos en la universidad gracias a la magistral La economía en una lección de Henry Hazlitt, que luego me llevó a Bastiat y a Mises, y mi carrera habría sido completamente diferente sin ellos.

Mises tendría en definitiva razón otra vez acerca del inevitable colapso final del actual auge de activos producido por la expansión del crédito. El término “cisne negro” (el acontecimiento sorprendente e imprevisto) utilizado para las burbujas financieras que estallan ha sido y seguirá siendo un nombre equívoco: podemos, y de hecho, deberíamos esperar que se produzcan esos tumultos en algún momento como consecuencia de una intervención masiva y una distorsión económica del banco central. Dada la escala sin precedentes de la manipulación del mercado por la Fed en este momento, ¿cómo crees que se desenvolverá este próximo y se detendrá la Fed ante algo para continuar retrasando lo inevitable? ¿Podrían verse alguna vez restringidos políticamente?

Ron Paul: Estoy de acuerdo contigo en que estos acontecimientos “cisne negro” debería preverse, aunque el tiempo es otra cosa. El hecho de que digas que estás dispuesto a “quedar atrás” en otras clases de activos, me parece que significa que tienes practicar la paciencia, aceptar algunas pérdidas y estar preparado. Como esas no son características humanas usuales, ¿piensas que esto nos da alguna idea de por qué quienes entienden economía austriaca no son necesariamente buenos en inversiones en el mercado?

Cuando Mises se casó, dijo a su esposa Margit que le oiría hablar mucho sobre dinero pero que nunca tendrían mucho. Una vez pregunté a Hans Sennholz, un de los pocos doctorados bajo la dirección de Mises, si este invertía. Su respuesta fue que no. Sennholz creía que si las teorías eran correctas, uno debería participar y probarlas. Sé que en la década de 1970 Sennholz estaba muy a favor de las inversiones inmobiliarias. Le presioné un poco sobre el aparente desinterés de Mises en las inversiones personales y su respuesta fue que las responsabilidad de Mises era “escribir y explicar economía para la posteridad” y dejar para otra generación, la de los Mark Spitznagel, demostrar que las teorías eran correctas. He tratado de seguir la admonición de Mises de que es nuestra responsabilidad hacer “digeribles” las teorías económicas para la gente en general mediante la persuasión.

Respecto de la evolución este embrollo, estoy convencido de que cuando acabe la expansión actual, será abrupta, gigantesca y mundial. La expansión de cuarenta y tres años del crédito y la deuda de la Fed, que nos ha legado un patrón dólar fiduciario y mantenida artificialmente unida por una confianza inmerecida, acabará de mala manera. Aunque soy optimista a largo plazo debido a la base ideológica que se sha creado, preveo crisis graves, tanto económicas como políticas. Nadie debería esperar que el Congreso recorte el gasto o los déficits. Por desgracia, el estado de bienestar y guerra sigue vivo y coleando. Continuará redactando regulaciones que supuestamente corrijan los errores regulatorios previos y todas las malas inversiones generadas por la política de dienro fácil de la Fed. No puedo imaginar que Yellen levante persistentemente el pie del pedal monetario, a pesar de su reducción actual. Creo que una crisis del dólar generará una gran pérdida de confianza en él como divisa de reserva.

¿Qué posibilidades crees que tiene un “aterrizaje suave” para la economía? ¿Estoy exagerando la gravedad de los problemas que afrontamos?

Mark Spitznagel: Creo que no, Ron. No puedo ver cómo sería posible un aterrizaje suave en este caso. La deuda corporativa neta está en máximos históricos (así que no dejes que nadie te diga que los balances de las empresas están fuertes), los tipos de interés están esencialmente fijados en cero y el balance de la Fed ha explotado. Basándonos en el Q-ratio (la medida de valoración más robusta y predictiva que hay), la bolsa está hoy más sobrevalorada que en cualquier otro máximo durante el pasado siglo, salvo el 2000. ¿Cómo podría corregirse esto de una forma apropiada?

Respecto de tus comentarios sobre economía austriaca, sí, una cosa en entenderla y otra muy distinta practicarla. La paciencia lo es todo. Todo. Por desgracia los seres humanos están condenados a hacer lo opuesto a los que realmente necesitamos. En cierto modo, pienso en mi inversión tal y como la describes: un examen para probar que las teorías austriacas son correctas. Por supuesto esta idea de “prueba” es algo que ningún austriaco deductivo aceptaría. Pero la veo desde un punto ventajoso y completamente práctico como un neumático descubriendo la carretera.

Ron Paul: ¿Qué tipo de preparativos debería adoptar el ciudadanos medio? ¿Debería tener oro? ¿Quizá algo de tierra?

Mark Spitznagel: El entorno actual es un barrizal para papá y mamá inversores. Es parte de lo que hace tan insidiosa la trampa de la Fed. Creo (y la historia está completamente de mi lado) que mantener la “pólvora seca” (capital a invertir después) y así jugar a lo indirecto sería ahora la estrategia victoriosa. De una forma u otra, tenemos que posicionarnos para oportunidades mucho mayores que van a llegar. El oro ha demostrado ser un sólido almacén de valor a largo plazo, con un buen grado de ruido de comercio lanzado solo para hacerlo difícil. La mayoría de las acciones, créditos o títulos a largo plazo está claro que no son una gran idea cuando estos mercados tienen precios en la actual economía artificial e insostenible. Los activos productivos reales que fabrican cosas que la gente necesita y tienen precios razonables independientemente de los tipos de interés, la inflación y el estado de la economía son, para mí, los mejores almacenes de valor en estos momentos. Así que los terrenos agrícolas serían un magnífico ejemplo, al menos donde los precios no hayan repuntado aún. La implicaciones económicas, demográficas y ecológicas de la agricultura serán profundas.

Veo que no has perdido el paso ahora que no eres congresista, Ron. Tengo una pregunta acuciante final para ti: ¿Realmente se ha acabado tu carrera política? ¿Estarás personalmente implicado en una campaña política en 2016? Serás sumamente necesario para dirigir la conversación en ambos bandos. ¿Cómo puede el Partido Republicano supuestamente de libre mercado nominar a otro candidato que esté a favor de los rescates y la manipulación del mercado? Más que nada, los estadounidenses necesitan conseguir una clara alternativa entre intervención y no intervención.

Ron Paul: Gracias por esa confianza. Pero para mí está bastante claro que la política electoral no está en mi agenda. No hay planes para mi implicación personal en una campaña política en 2016. Sin embargo, mi continua campaña por la libertad permanecerá activa. El formato exacto lo determinará el mercado. El apoyo financiero para las distintas actividades en las que participo indicará qué debería usar para continuar la “R3VOLUTION”. Para mí está campaña lleva en marcha desde 1973.

Cinco meses después de que nacieras, Mark, el 15 de agosto de 1971, Nixon anunció que el patrón oro estaba muerto. Ese acontecimiento me impulsó a empezar a hablar sobre los graves problemas que preveía que iban a ocurrir. Hazlitt, cuyo libro mencionaste antes como tu primer contacto con la economía austriaca, predijo que esto ocurriría en el momento en que se firmó el Acuerdo de Bretton Woods en 1945. Este acontecimiento me convenció de que los economistas austriacos tenían razón y me impulsó a implicarme. Mi primera campaña al Congreso fue en 1974.

Mi éxito político fue modesto y sorprendente. La recepción por los actuales millennials  estuvo mucho más allá de mis expectativas. Disfruto especialmente llegando a los jóvenes en universidades y ver solo las señales positivas de su interés en el movimiento de la libertad. Esa es la campaña que no puedo imaginar abandonar. Igual que tú te has visto motivado para “probar” la validez de la economía austriaca con tu éxito financiero, yo, de forma algo similar, he usado la política para promover el mismo principio ideológico mediante la acción política.

Tu reto de que los estadounidenses deben elegir entre intervención y no intervención es precisamente lo importante. Cuando me presionan para que dé una etiqueta política para describirme, mi favorita es “no intervencionista”. Esto debe ser todas las áreas: social, económica y asuntos exteriores. Toda intervención conlleva la iniciación de fuerza; la no intervención requiere voluntarismo y persuasión. Este último es el único camino a la paz y la prosperidad.


Publicado el 5 de septiembre de 2014. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

Print Friendly, PDF & Email