El mensaje de Rothbard-Paul

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[Este artículo apareció originalmente en LewRockwell.com]

Introducción

Este mismo año, cuando se le preguntó en una entrevista acerca de sus opinión sobre el anarquismo, Ron Paul indicó que creía que el anarquismo era una “buena idea”.

Para algunos jóvenes libertarios en el “movimiento de la libertad”, esto podría resultar una completa sorpresa: después de todo ¿no era Ron Paul un constitucionalista y un antiguo miembro del Congreso? Pero para quienes entienden los verdaderos orígenes de la “Revolución Ron Paul” y en particular las influencias del propio Ron Paul, esos comentarios no deberían ser ninguna sorpresa.

Primero, Ron Paul era un aliado ideológico cercano a Murray N. Rothbard, el famoso economista, historiador y teórico político austriaco. Murray Rothbard, autor de veinticinco libros y literalmente miles de artículos, es considerado por muchos como uno de los más importantes y prolíficos intelectuales libertarios de la historia. Además, al basar su libertarismo en la teoría del derecho natural, Rothbard llegó a la conclusión de que el gobierno, incluso limitado en tamaño, representa un mal moral intolerable. El Estado, argumentaría Rothbard, viola el derecho natural con su mera existencia, al ver que incluso las actividades básicas del estado, como la defensa nacional, deben financiarse mediante el robo, es decir, mediante impuestos obligatorios.

Por supuesto, aunque indudablemente Paul no ha adoptado la visión anarcocapitalista de una sociedad sin estado, Murray Rothbard ha producido un profundo impacto en Ron Paul, que admiraba tremendamente los escritos de Rpthbard. Según Ron Paul: “Sería difícil exagerar la influencia del profesor Murray N. Rothbard sobre el movimiento por la libertad y los mercados libres. Es el gigante vivo de la economía austriaca y ha llevado al ahora formidable movimiento desde la muerte de su gran maestro, Ludwig von Mises, en 1973. Todos estamos en deuda con él por el enlace viviente que ha proporcionado a Mises, sobre cuya obra ha construido y expandido”.

Además, Ron Paul no solo reconocía las importantes contribuciones realizadas por Murray Rothbard, sino que declaraba que Rothbard era una figura esencial en su conversión a la economía austriaca y el libertarismo. Escribe: “Años antes de que pensara en presentarme al Congreso, leí America’s Great Depression, de Rothbard. Antes de leerlo, mi pensamiento estaba nublado por la tentación de dividir estos temas e ideas en términos partidistas. Rothbard resolvió eso. America’s Great Depression fue un libro clave en mi conversión al pensamiento libertario y de puro mercado libre. La confianza que obtuve con la munición proporcionada por Rothbard me animó a entrar en política, ya que necesitaba reafirmar que mi lealtad intuitiva a la libertad era compartida por grandes pensadores. Rothbard me enseñó a mantener siempre en mi mente la distinción entre actividad pacífica del mercado y coacción del Estado. Sirvió como una guía constante una vez llegué al cargo”.

1.    Derecho natural

Un claro ejemplo de las raíces rothbardianas de Paul puede verse en su oposición al impuesto de la renta sobre la base de que es una forma de servidumbre involuntaria. Además, cuando Ron Paul afirma que el impuesto de la renta es un robo, su oposición no se basa en un análisis de coste-beneficio, es decir, que los costes superan los beneficios. Por el contrario, entiende que es un asunto moral por encima de cualquier cosa. El impuesto de la renta no debería abolirse porque sea “fiscalmente irresponsable”, sea lo que sea lo que signifique esto, sino porque es una forma de robo moralmente reprensible.

Paul, igual que Rothbard, basa su libertarismo en el derecho natural. Las medidas públicas, argumentarían ambos, no deberían combatirse sobre la base de que el gobierno no es tan eficiente como el sector privado. Por el contrario, deberían combatirse las medidas públicas porque toda acción del gobierno que viole el derecho natural es inmoral. En una sociedad libre, los derechos naturales de la humanidad no han de verse disminuidos por el poder coactivo del Estado.

En una sociedad justa, nadie puede robar una porción de la renta de millones de personas a punta de pistola y llamarlo “impuestos”. Nadie puede asesinar a miles de civiles inocentes con bombas llamarlo “política exterior”. Nadie puede secuestrar y llamarlo “servicio militar”. El Estado, especialmente cuando es rico y poderoso, prospera socavando los derechos naturales de los ciudadanos que afirma proteger. E incluso las tareas “básicas” (como defensa nacional, policía, prisiones y similares) que lleva a cabo el Estado 1) están financiadas mediante el robo y 2) como se ha demostrado a lo largo de la historia y especialmente en el siglo XX, han sido poderes increíblemente peligrosos concedidos al gobierno que indudablemente pueden causar enorme destrucción y daño al mundo. Un mal necesario en el mejor de los casos. Uno intolerable, en el peor.

2.    Guerra y paz

Otra clara similitud rothbardiana que se encuentra en Ron Paul puede mostrarse en su franca oposición al militarismo estadounidense. Murray Rothbard señaló una vez en privado que “Estoy cada vez más convencido de que la cuestión de la guerra y la paz es la clave para todo el libertarismo”. Como Rpthbard, Ron Paul entiende que la oposición al imperio está en el centro y el corazón del movimiento libertario. El estado de guerra, como señalaba Rothbard en “War, Peace, and the State”, es inmoral y antilibertario. Y, como apuntaba Ron Paul en The Foreign Policy of Freedom, el estado de guerra es costoso, contraproducente, inconstitucional y socava los derechos naturales de todas las partes implicadas. Y para que el gobierno se vea restringido aquí en casa, argumentarían ambos, el Imperio Estadounidense, que significativamente incentiva al gobierno a expandirse en poder y dominio sobre la sociedad y la economía, debe desmantelarse.

Por cierto, quienes piensan que un libertario real y con principios puede defender una política exterior intervencionista deberían prestar especial atención a esta idea. Nada grita “libertario” como las bombas cayendo sobre civiles inocentes, ¿verdad? Bueno, no. No hay nada “libertario” en el intervencionismo militar No hay nada “libertario” en lanzar bombas en países que no han atacado Estados Unidos.

De todos los crímenes cometidos por el Estado, la guerra es innegablemente el peor.

3.    Educación

Como Murray Rothbard, Paul también entendía que la educación y la persuasión eran los únicos medios mediante los cuales los libertarios lograrán una sociedad libre. Como apunta Daniel Sanches, ninguna de las campañas presidenciales de Paul fue realmente para convertirse en presidente. “Es un secreto a voces”, escribe, “que la campaña en realidad siempre trató de educación”. Respecto de la educación como fórmula principal para el avance de la libertad, el propio Paul escribía que: “Para producir un cambio radical y permanente en cualquier sociedad, nuestro objetivo primario debe estar en la conversión de mentes mediante la educación. Es una tarea a la que Rothbard ha dedicado su vida. Por eso estaba siempre tan dispuesto a participar en tantas ocasiones en las funciones educativas que tenía con becarios, personal y miembros del Congreso. Después de hablar en un seminario que organicé, expresó su alegría por la gran asistencia, diciendo que ‘muestra el grado en que nuestras ideas han calado en la política y la opinión pública, mucho más de lo que yo hubiera esperado o creído’”.

Adicionalmente, cuando se le pregunta acerca de si los jóvenes deberían aspirar o no a ser candidatos para el Congreso, Paul es clarísimo: no aspires a unirte a la banda criminal de Washington. No juegues a eso. No ensucies el libertarismo comprometiéndolo con la élite del poder. La victoria política tiene un coste y solo será realidad una vez se haya utilizado la educación para ganar los corazones y las mentes de las masas. En otras palabras, no puede haber un congreso libertario hasta que haya una población libertaria. La acción política no puede producir una sociedad libertaria y la única campaña política que puede tener algún significado duradero es una campaña de educación masiva.

Si los libertarios desean tener un cambio real y duradero, manteniendo al tiempo sus principios, deberían, repito, educarse y convencer a otros sobre sus ideas. Lew Rockwell escribe: “Continuad explorando y descubriendo, leyendo y escribiendo, discutiendo y convenciendo. El conocimiento y la mente son las herramientas de la gente libre”.

Conclusión

Pero en una era post-Rothbard y después de las campañas de Ron Paul, ¿quién continúa el mensaje de Rothbard-Paul? ¿Quién, si es que hay alguien, se mantiene realmente dentro de los principios? ¿Quién debería servir como pilar intelectual para el movimiento libertario joven? Yo digo que el Instituto Mises.

Después de acudir a la Universidad Mises 2014, estoy incluso más convencido de que los esfuerzos educativos del Instituto Mises son indispensables para el futuro de la libertad. Verdaderamente no hay mejor organización enseñando a los jóvenes el mensaje de Rothbard-Paul y no hay organización que sirva mejor como hogar intelectual para jóvenes libertarios de todo el mundo. Murray Rothbard, que ayudó a iniciar el Instituto Mises, fue el vicepresidente académico a lo largo de su vida. Y Ron Paul, un seguidor de la Escuela Austriaca de economía, ha sido y sigue siendo un amigo cercano de la organización.

En lo que se refiere a entender la naturaleza real del Estado, el Instituto Mises da en el blanco. En lo que se refiere a oponerse al militarismo y la propaganda de guerra, también se mantienen firmes mientras otras organizaciones ceden con facilidad. Y en lo que se refiere a la educación de las masas sobre economía austriaca, ninguna otra organización se le acerca en calidad. El Instituto Mises existe hoy como el hogar intelectual mundial de la economía austriaca y el libertarismo. No cede en política exterior o ninguna otra cosa. No intima con la clase política. Y no defiende lo más mínimo al político malvado.

Continúa el mensaje de Rothbard-Paul.

También deberían hacerlo los libertarios jóvenes.


Publicado el 15 de octubre de 2014. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí: aquí.

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