Conservadores, liberales y libertarios

1

He aquí la más clara, la más concisa y la más simple explicación de la diferencia entre conservadores, liberales (N. del T.: llamados en algunas partes progresistas y de esa forma debe entenderse en el resto del artículo, y no a los simpatizantes del liberalismo laissez faire en cualquiera de sus versiones) y libertarios:

Los conservadores, en el sentido más amplio, creen que hay un orden natural de las cosas. Si sigues el orden natural, las cosas funcionan bien; si lo violas, van mal. Por ejemplo, hay un orden natural en las familias; si un hombre se casa con una mujer y asume la responsabilidad primordial de la crianza de los hijos, habrá los mejores resultados. Si un hombre se casa con un hombre y permite que el estado críe a sus hijos, el resultado será una familia disfuncional.

Si deseas una familia, una comunidad o una parroquia que funcionen bien, la gente debe reconocer este orden natural y vivir conforme a él. En otras palabras, si quieres una buena sociedad, la gente deberá ser conservadora.

Por desgracia, los conservadores modernos sufren el mismo defecto que los liberales; son estatistas. Es decir, quieren utilizar el poder del estado para obligar a todos a comportarse de la manera que ellos quieren. Un ejemplo básico es el matrimonio. Los conservadores quieren preservar la institución del matrimonio tal como fue creado por Dios -el matrimonio entre un hombre y una mujer.

Esto es bueno, pero lo hacen de una manera equivocada. El matrimonio es entre un hombre, una mujer y Dios. Es una institución religiosa, no una institución gubernamental, y el estado no debería tener nada que decir, así como no debe decir quién puede ser sacerdote o quién puede ser bautizado.

Una vez que sacas a Dios de la ecuación y metes al Estado, violas el orden natural de las cosas. Es decir, el estatismo y el conservadurismo son incompatibles. Para ser coherentes, los conservadores no deben ser estatistas -deben orientarse por la libertad, deben ser libertarios. De lo contrario no podrán aplicar correctamente los principios conservadores en su comunidad -se convertirán en policías del Estado, como lo que tenemos hoy.

El conservadurismo tiene que ver con tu relación con los demás, en la familia, la parroquia o la comunidad. El libertarismo tiene que ver con tu relación con los poderes coercitivos -es decir, con el gobierno. Conservadurismo y libertarismo son dos caras de la misma moneda. Los libertarios deben ser conservadores con el fin de mantener una comunidad funcional. Los conservadores deben ser libertarios respecto del poder del gobierno, a fin de mantener su libertad.

Los liberales modernos son socialistas. Ellos creen que el Estado es dueño de las personas y de lo que ellas producen. Por ello son grandes fans de la educación pública obligatoria -ellos creen que la “sociedad” es dueña de los niños, de su mente y de su futuro. Creen que el gobierno tiene la última palabra en lo que toca al bienestar de los niños, e insisten en “educarlos por su propio bien”. Eso es una gran mentira. El gobierno no educa; el gobierno entrena a los niños para ser buenos súbditos del estado. Los tiranos siempre toman el control de la educación.

Los liberales también creen que deben controlar lo que la gente hace con sus negocios, sus bienes e incluso con sus propios cuerpos. Quieren convertir en esclavos a todo el mundo. Por ello quieren que pagues una parte de tu producción al estado, en forma de impuestos. Es trabajo forzoso, y tú eres el esclavo. Básicamente, los liberales son los dueños de esclavos. Eso es lo que es el socialismo.

Tristemente, en la medida en que los conservadores piensen también eso, cometen el mismo error. En un sentido muy real, la única diferencia entre conservadores y liberales es en qué concretamente quieren utilizar el poder del gobierno. En términos generales, el liberal quiere usar el poder de coacción del gobierno en asuntos de economía, tales como el bienestar, la atención médica y el empleo, y los conservadores quieren usarlo en asuntos sociales, como el consumo de drogas, los juegos de azar y el matrimonio. Ninguno de ellos lucha correctamente por la libertad.

Los libertarios están más orientados hacia la libertad. La buscan en todos las ámbitos, sociales y económicos. Los Estados Unidos se fundaron sobre ese principio. Los fundadores creían que la única función legítima del gobierno es preservar la libertad individual. En aquel entonces esa filosofía se llamaba liberalismo. Pero no es como el liberalismo moderno, que es una filosofía estatista completamente opuesta a la libertad. La filosofía de los fundadores se llama hoy liberalismo clásico, y es muy similar al libertarismo, aunque hay diferencias.

La principal diferencia entre el liberalismo clásico y el liberalismo actual es la siguiente: Los liberales clásicos creían que era posible limitar el poder del gobierno si se ponían las reglas de gobierno en una constitución escrita. Pero hoy sabemos que los hombres tienen demasiado afán de poder, y no prestan atención a un pedazo de papel. Se roban la libertad de aquéllos a los que gobiernan, y no les importa qué cosa diga la Constitución.

No podemos vivir nuestras vidas en paz si solo nos ocupamos de nuestros propios asuntos. Si lo intentamos, los políticos corruptos se robarán nuestras libertades mientras no estamos prestando atención. Esto es precisamente lo que ha sucedido, y el gobierno que tenemos hoy no es, en absoluto, el que figura en la Constitución.

Los libertarios son muy conscientes de aquello que dijo Andrew Jackson: El precio de la libertad es la eterna vigilancia.

Podemos salvar a este país. Pero tenemos que reaprender los principios de la libertad que han sido olvidados. Para ello necesitas leer The Truth About Liberty.


Traducido del inglés por William Gilmore.

Print Friendly, PDF & Email