El nacimiento de un monstruo

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Las puertas de la reserva Federal han estado abiertas para “negocios” durante cien años. Al explicar la creación de esta máquina de fabricar dinero (con doble sentido: la Fed remite casi 100.000 millones de dólares en beneficios cada año al Congreso) la mayoría de la gente cae en uno de dos bandos.

Los inclinados a ver a la Fed como una institución útil, que favorece la estabilidad financiera en un mundo de capitalistas propensos al error, explican la creación de la Fed como fruto natural y sano del problemático Sistema Bancario Nacional. Lo útil que ha sido la Fed es como mínimo cuestionable y un libro reciente editado por Joe Salerno y por mí (The Fed at One Hundred), diversos contribuidores indican muchos (aunque en modo alguno todos) los defectos de la Fed a lo largo del pasado siglo.

Otro, la mayoría de los que tienen una visión escéptica de la Fed, tratan su creación  como una ejercicio de intromisión pública secreta (como en The Creature from Jekyll Island de G. Edward Griffin) o de capitalismo de compinches desbocado (como en The Case Against the Fed de Murray Rothbard).

En mi propio capítulo en The Fed at One Hundred encuentro simpatías con ambos grupos (podéis descargar el capítulo en pdf aquí). La creación real de la Fed es un caso de estudio trágicamente bello de acuerdos en el Congreso a puerta cerrada y victoria definitiva de la gran banca sobre el público estadounidense. Sin embargo, ninguno de estos hechos apareció de la nada. Los funestos acontecimientos que se manifestaron en 1910 en Jekyll Island  fueron el resultado evolutivo de más de cincuenta años de gobiernos interviniendo en la moneda. Como tal, la Fed es un fruto natural (aunque terriblemente desafortunado) de un sistema monetario cada vez más defectuoso y represivo.

Antes de la Fed

Permitidme hacer un esquema biográfico inverso de los acontecimientos que llevaron a la creación de un monstruo en 1914.

Al contrario que muchas leyes y políticas polémicas del gobierno del gobierno estadounidense (como la Ley de Atención Asequible, el Programa de Alivio de Activos con Problemas o la Guerra contra el Terrorismo), la Ley de la Reserva Federal se aprobó con pocas quejas públicas. También extraño para un sector cartelizado en la práctica, el establishment bancario dio la bienvenida a la Fed con los brazos abierto. ¿Qué pasó?

A principios del siglo XX, el sistema bancario estadounidense estaba hecho un desastre. Los bancos de reserva fraccionaria que afrontaban “corridas” (que no tenían por qué ser corridas con el pandemonio que normalmente las acompaña, sino solo que los bancos tenían efectivo insuficiente para atender las retiradas diarias de fondos) suspendían frecuentemente las redenciones de efectivo o emitían derechos a “certificados de liquidación”. Estos certificados eran un sustitutivo del dinero que hacía uso de todas las reservas bancarias que mantenían grandes casas de liquidación.

Estas dos “soluciones” a la corrida bancaria común eran ilegales, ya que permitían a un banco redefinir los términos del depósito original de contrato. A pesar de estos hechos, el gobierno de EEUU hacía la vista gorda, ya que la alternativa (quiebras bancarias generalizadas) se percibía como mucho peor.

La creación de la Fed, la consiguiente centralización de las reservas y la creación de una oferta monetaria más elástica fueron bienvenidas por el gobierno como un manera de eliminar esas actividades bancarias problemáticas e ilegales (aunque permitidas) de suspensiones de redenciones y emisión de certificados de casas de liquidación. La Fed devolvió la legitimidad a las leyes del lugar, es decir, se ocupó del miedo del gobierno a que la no aplicación de la ley planteara preguntas más amplias acerca del estado general de derecho.

La Fed proporcionaba una rápida solución a los depositantes, reduciendo los casos de suspensión de sus cuentas. Y el sector bancario veía a la Fed como una forma de servir mejor a los clientes sin incurrir en un coste (menos corridas bancarias y al mismo tiempo coordinando sus actividades para expandir el crédito al unísono y maximizando sus propios beneficios.

En resumen, la Ley de la Reserva Federal tenía soluciones para todos.

Asumiendo un papel protagonista en esta historia están las casas privadas de liquidación que desempeñaban muchos de los roles de la Fed antes de 914. De hecho, las casas privadas estadounidenses de liquidación se veían como si tuvieran tanto poder como los bancos centrales europeos de entonces y la creación de la Fed fue en realidad solo un esfuerzo por hacer legales las prácticas ilegales de las casas de liquidación mediante la institucionalización pública.

¿Por qué tenían tanto poder las casas de liquidación?

A lo largo de los últimos años del siglo XIX, las casas de liquidación usaban cada nueva crisis bancaria para introducir un nuevo tipo de política, lo que las acercaba cada vez más en apariencia a un banco central. No llegaré a decir que sean ejemplo de asunción de poderes por las casas de liquidación, sino más bien respuestas racionales a problemas fundamentales en un sistema bancario estadounidenses con problemas.

Cuando se producían corridas bancarias, se usaba el certificado de las casas de liquidación, primero en 1857, pero limitado al mercado interbancario para economizar reservas. Las transacciones podían liquidarse en metálico, pero a falta de reservas suficientes, un banco con problemas podía hacer uso de los certificados. Estos certificados estaban garantizados conjuntamente por todos los bancos de la casa de liquidación mediante sus reservas agrupadas. La garantía conjunta era bienvenida por los bancos inestables con malas posiciones en reservas e imponía un coste a bancos gestionados más prudentemente (como pasa hoy con la garantía de depósitos). Un banco prudente podía quejarse, pero si quería usar los servicios de una casa de liquidación y obtener las ventajas de costes, tenía que cumplir con la política de agrupación de reservas.

Al intensificarse l magnitud de la crisis bancaria, las casas de liquidación empezaron a permitir a los bancos emitir directamente al público los certificados 8empezando con el Pánico de 1873) para obstaculizar más las sangrías de reservas. (Estas emisiones al público general equivalían a sustitutivos ilegales del dinero, aunque eran toleradas, como se ha señalado antes).

Banca libre de reserva fraccionaria y declive

El año 1857 fue algo extraño para que esos certificados de casas de liquidación hicieran su primera aparición. Después de todo, fue un experimento estadounidense de veinte años completos con banca libre de reserva fraccionaria. Este sistema bancario pudo funcionar establemente, especialmente comparado con periodos más regulados de regímenes de banca centralizada. Sin embargo, la dislocación entre actividades de depósito y préstamo puso en marcha un auge alimentado por el crédito que culminó en el Pánico de 1857.

Este auge y pánico tiene todas las trazas de un ciclo económico austriaco. Los bancos se desbordaron para financiar los sectores en auge durante el avance de Estados Unidos hacia el oeste, principalmente los ferrocarriles. La especulación inmobiliaria era desenfrenada. Al apreciar que  los beneficios estaban por debajo las expectativas, los inversores se inquietaron y retiraron dinero de los bancos. Los bancos con problemas acudieron a la recién creada Casa de Liquidación de Nueva York para conseguir estabilidad. Ciertos derechos se derogaron voluntariamente a cambio de una garantía sobre su solvencia.

El pecado original del periodo de banca libre fue su base en la reserva fraccionaria. Sin la capacidad de financiar la actividad del préstamo con su base de depósitos, los bancos nunca habrían financiado el auge hasta el punto en que se convirtió en un factor desestabilizante. La expansión al oeste y la inversión se habrían producido igual aunque se hubiesen producido de una forma sostenible basada en inversiones en valores y préstamos. (Estos tipos de financiación se usaban, aunque, como ocurre hoy, menos de lo que se habría producido dada la fuente de financiación especialmente gratuita del sistema bancario de reserva fraccionaria: la base de depósitos).

En conclusión, la Fed no nació de la nada en 1913. El monstruo fue el fruto natural de un sistema bancario cada vez con menos problemas. En la búsqueda del problema original que puso en marcha los acontecimientos que culminaron con la creación de la Fed, hay que prestar atención al Pánico de 1857 como la chispa que puso en marhca políticas aún más devastadoras. El propio pánico es un ejemplo de libro de un ciclo económico austriaco, causado por las actividades de préstamo de los bancos de reserva fraccionaria. Este pecado original del sistema bancario acabó con el nacimiento de un monstruo en 1914: la Reserva Federal.


Publicado originalmente el 1 de diciembre de 2014. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe.  El artículo original se encuentra aquí.