Fundamentos para el futuro del anarquismo

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Darwin es el más famoso proponente de la supervivencia de los más aptos. Pero esa supervivencia importa realmente sólo si se trata de la supervivencia de un grupo durante muchas generaciones futuras. Comenzaré con una conclusión, quizás tan radical como aquélla de Proudhon, La propiedad es el robo. He aquí el primero y el más fundamental de todos los mandamientos: — ¡Reproducíos! El anarquismo es una idea, no un código genético; un meme, no un gen. Eso nos deja alguna libertad en cuanto a la forma de reproducir la idea. Ante todo, es una manera de actuar para maximizar la utilidad humana. Podría emplear una terminología no económica, podría hablar de felicidad o de bienestar, pero el punto es el mismo. La idea se propaga mediante la persuasión. La sola reproducción genética no garantiza esto, y una idea puede propagarse sin reproducción genética directa. Sin embargo, si los anarquistas no se reproducen genéticamente, entonces deberán ser muy persuasivos para convertir a los partidarios de ideologías no fundadas en la idea de libertad. (De otro modo, la idea muere.) La naturaleza de la comunicación entre ideologías vuelve esto complejo, pues los términos parecen tener el mismo sentido pero diferentes aplicaciones. Solamente los más inteligentes pueden decir si su terminología es, a la vez, consistente y completa. Muy pocos son buenos en esto de persuadir. Me vienen a la mente Ayn Rand y Robert Heinlein como dos que no tuvieron descendencia genética, pero supieron acercar a miles de personas al anarquismo. Pero ¿y si aquéllos que fueron influenciados por Rand y Heinlein no van a ser tan persuasivos? Si sus hijos ideológicos no se reproducen, las ideas que Rand y Heinlein intentaban promover serán solamente un eco agonizante en la historia humana. ¿Cuál es mi conclusión? Que todos nosotros, y me incluyo, los que no somos lo suficientemente persuasivos para convertir a miles, debemos tener hijos, ¡muchos hijos! Debemos entender que no basta con vivir una ideología correcta: tenemos que asegurar su continuidad y su existencia futura. Como ya Mises había dicho, la meta de toda producción es el consumo. Por lo cual, si queremos que nuestras ideas sigan indefinidamente en el futuro, debemos siempre mantener y aumentar los bienes de capital y no tratar de consumirlos. Los primeros y más importantes medios de producción son los medios de reproducción genética. Los anarquistas deben tener al menos un horizonte de cien años. No conviene mucho hacer alianzas con anarquistas socialistas que están cometiendo suicidio al apoyar el control de la población, con lo cual reducen igualmente su propia población e ideas. El estatismo occidental padece el mismo mal. Donde impulsa eficazmente el crecimiento de la población es entre los pobres dependientes del estado que no se ocupan de la ideología. Aunque, mediante subsidios a la educación, el estado convierta a los más inteligentes de este grupo en portavoces universitarios de este ciclo vicioso, ello irá a la larga en detrimento del estado. No es un secreto que el mundo occidental está envejeciendo. Está forzando a los -cada vez menos- jóvenes a mantener a una población cada vez más vieja, lo que es una forma de vida insostenible. La recesión de 14 años en Japón es un síntoma de esto, pues Japón tiene la edad media más alta entre las naciones industriales. Europa y EU serán los siguientes. Creo que Voltairine DeCleyre y James J. Martin pensaban que sólo una minoría en la sociedad tiene capacidad para entender verdaderamente el anarquismo. Si es así, incluso personas como Mises y Heinlein tendrán un efecto significativo a largo plazo sólo si sus seguidores entienden la necesidad de tener hijos ellos mismos. Los hijos de aquéllos que entienden y apoyan al anarquismo son, con mucho, los más capaces de actuar y pensar como anarquistas. Si usted quiere saber cómo cambiará el mundo dentro de cien años, el principal factor a considerar es que los grupos que apoyan ideológicamente el tener muchos niños tendrán mucho más poder. Los musulmanes serán probablemente la mayoría en Italia y España antes de ese tiempo. Por sus tasas de natalidad, musulmanes, católicos tradicionales y mormones serán los grupos más influyentes. Y si hay algunos grupos que deben ser persuadidos de que la libertad es la madre de la orden, son precisamente esos tres grupos. Todo tipo de socialismos, particularmente los ecologistas o los que pretenden el control de la población, perderán poder (a menos que tengan éxito en imponer el control natal.) ¿Puede alguien ser anarquista sin apoyar el futuro del ideal anarquista? En absoluto; pero muchos actúan así. Por mi parte sólo intentar cambiar eso mediante la persuasión. Quiero hacer de este mundo un mejor lugar para que mis ideas y mis genes sobrevivan, incluyendo aquellas ideas que comparto con usted. ¿Qué hay de esos anarquistas que sólo quieren gozar la vida a través del consumo, pero nada hacen que ayude a su idea en el futuro? No hacen daño, y ningún anarquista forzaría a otro anarquista a tener hijos. Sin embargo, desde la perspectiva de la historia futura, que ellos estén favor o en contra del anarquismo, es sencillamente irrelevante. ¿Y qué hay de los homosexuales o de aquellos que pueden tener alguna disposición genética contra la reproducción? Digo esto sin tratar de ofender: Aquellos con alguna disposición genética hacia la obesidad pueden odiar el tener que tomar una dieta sana, ¡pero pueden tomarla de todos modos! Incluso los estériles pueden adoptar niños. Si esto no le parece persuasivo, entonces quizá usted debería tratar de ser tan persuasivo como los grandes escritores y pensadores en la historia de nuestro movimiento. Sin duda, la reproducción no requiere necesariamente la monogamia. EnThe Moon is a Harsh Mistress, Robert Heinlein menciona opciones múltiples de poligamia, poliandria, matrimonio entre grupos, etc. Qué tan acertado sea esto, lo decidirá la práctica, no la teoría… con una excepción. Ni siquiera un matrimonio feliz, mutuamente beneficioso, escapa a la tragedia de los comunes, incluso aunque sus miembros tengan un gran deseo de que el matrimonio funcione bien. A más gente en una unidad matrimonial, mayor será el problema de los comunes. (Sucede lo mismo en el socialismo voluntario, cuyos problemas son mayores mientras mayor es el tamaño del grupo.) Heinlein -a través de su personaje Lazarus Long- sugiere que quizá el fin supremo de los gametos es el utilizar zigotos para hacer más gametos. Parafraseando esto en otra parte de Time Enough for Love, él cree que el fin supremo es hacer un bebé con la mujer que uno ama. Si el anarquismo se divorcia de la importancia de la reproducción, más vale que vaya apartando su lugar en algún museo, justo al lado de los dinosaurios.  


Traducido del inglés por William Gilmore.

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