Las criptodivisas y un teorema más general de la regresión

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El debate sobre si son “dinero” o no las criptodivisas ha puesto un foco sobre la Teoría de la Regresión de Menger-Mises. Tal y como se plantea, el teorema plantea que una moneda no fiduciaria debe haber tenido valor antes de convertirse en dinero. Algunos han usado la falta de valor antecedente de las divisas para echarlas del pedestal monetario o para obligar a las criptodivisas a ir ignominiosamente a cuestas sobre las regresiones de las propias divisas fiduciarias.

En un post de 2013, Konrad Graf señala acertadamente que esas críticas entienden mal el Teorema de la Regresión. En realidad, argumenta Graf, el teorema no es una hipótesis a verificar, sino que nos dice que criptodivisas como Bitcoin tienen en realidad algún valor antecedente. Por tanto nuestra tarea es descubrir cuál fue ese valor antecedente. Graf sugiere varias alternativas, incluyendo la utilidad de Botcoin como juguete para geeks, como arte o como indicador social. Debido a estos usos no monetarios, escribe Graf, bitcoin y el teorema no se amenazan entre sí, sino “simplemente se vislumbran a través del paisaje intelectual entre sí con sonrisas cómplices”.

Aunque estoy de acuerdo con Graf en lo principal de que el teorema implica que las criptovdivisas sí tenían una valor antecedente, creo que tanto la crítica original como la respuesta de Graf caen en una trampa de entender mal el teorema al requerir beneficios no monetarios y previamente aprehendidos (“comprado y vendido”).

El dinero es un bien útil

Entre las mayores contribuciones de Menger en su Principios es descubrir que el dinero es esencialmente un bien como cualquier otro (demandado por su utilidad en permitir transacciones y almacén de valor) con un precio real dictado por su escasez.

Si el dinero, como cualquier otro bien, deriva su valor de los beneficios que ofrece, es difícil ver por qué este o incluso sus beneficios requieren un antecedente. Igual que Internet puede ser valioso sin un “pre-Internet”, una criptodivisa que permita transacciones y ahorros anónimos, irreversibles y con poca regulación puede ser valiosa sin un precursor.[1] Si no hay requisito de regresión para el valor en ningún otro bien, ¿por qué solo el dinero tiene esta carga?

¿Debe el dinero tener un uso no monetario?

Por el contrario, yo defendería una lectura del Teorema de la Regresión con dos libertades importantes. Primero, los beneficios proporcionados por un dinero no tienen que ser no monetarios. Es decir, los beneficios pueden estar en el uso del bien como dinero en sí mismo, no hay necesidad de arte chic para geeks. Segundo, la demanda antecedente no tiene que haberse percibido, el uso no tiene que haberse producido realmente. Es la demanda antecedente, incluso latente, no la previa compra y venta, la que importa para importar valor a través del Teorema de la Regresión.

Por dar un ejemplo que satisface ambas libertades, un beneficio como las transferencias anónimas es tanto un beneficio relacionado con el dinero como un servicio que no existía previamente. En un Teorema de la Regresión liberado, este beneficio se consideraría como la demanda antecedente que da la chispa de vida a una criptodivisa escasa.

Un ejemplo histórico concreto de una divisa que ofrecía principalmente valor monetario y solo lo ofreció en el momento de su nacimiento es el papel moneda de la China Tang. Llamado “efectivo volante”, el papel ofrecía el beneficio clave de la portabilidad, frente a sus otros riesgos comparados con las monedas acuñadas (inflamabilidad, redención incierta). Indudablemente podríamos encontrar un valor antecedente no monetario para el efectivo Tang (me viene a la mente el papel higiénico). Pero parece una exageración buscar usos artísticos o higiénicos, comparado con la conclusión natural de que el efectivo volante se demandaba debido a sus beneficios monetarios. El hecho de que la demanda de dinero portable no se percibiera simplemente aumentaría el valor del papel moneda para el desgraciado cliente al que le faltaba un dinero alternativo de poco peso.

Este enfoque erróneo en el valor antecedente no relacionado con la moneda y percibido es comprensible, ya que incluso Mises parece estar mezclando explicación histórica y praxeológica en La acción humana (capítulo 17, sección 4), donde escribe: “no puede emplearse ningún bien para la función de medio de intercambio que en el mismo inicio de su uso para este fin no tuviera valor de intercambio debido a otros usos”.

Aquí Mises parece decir claramente que el Teorema de la Regresión de Menger requiere que una divisa haya representado históricamente una materia prima que haya tenido uso no monetario. Es una interpretación natural, especialmente en el contexto de la subsiguiente explicación de Mises de los metales preciosos, materiales claramente útiles que puedes lucir en las fiestas.

Pero debemos tener cuidado aquí en separar la generalización histórica de Mises del núcleo praxeológico de su declaración. Como Mises tiene el metal en su cabeza, sugiere que “otros usos” deben ser antecedentes (“no tuviera”) y, en su subsiguiente explicación de los metales, parece deducir que las materias concretas deberían ser concretas y estar previamente en uso para fines no monetarios.

Los beneficios monetarios son tan útiles como los no monetarios

Repito, praxeológicamente, ninguno de estos requisitos es esencial. Los beneficios monetarios son tan útiles como los beneficios no monetarios y es concebible crear un material útil y convertirlo al mismo tiempo en medio de intercambio. Mientras el material ofrece “usos” en forma de beneficios al usuario. El anonimato, tratamiento regulatorio, tasa algorítmicamente fija de crecimiento, estructura de coste e irreversibilidad de las criptodivisas son todos beneficios relacionados con el dinero, muchos inconcebibles antes de que aparecieran las criptodivisas.

Sobre esta lectura, y de acuerdo con Graf, las criptodivisas no son en absoluto lago que cuestione el Teorema de la Regresión. Son una confirmación. Al nacer, las criptodivisas ofrecían características útiles. Estos beneficios funcionan como “usos”, dando a las criptodivisas demanda a través de beneficios de transacción y almacén de valor, lo que a su vez importa un poder adquisitivo duradero.

Las precepciones son importantes

Esa “semilla” de demanda puede entonces ampliarse con mercadotecnia, remarcando los beneficios subjetivos de la divisa. Repito que, igual que con cualquier otro bien, si las personas ejercen un esfuerzo por comunicarse y remarcan los beneficios de una criptodivisa, podríamos esperar que aumentara la demanda. Estas personas pueden ser los propietarios de negocios que se benefician de la divisa o pueden simplemente ser entusiastas.

Ahora podemos simplemente comparar estos beneficios subjetivos con la escasez para dar un precio a una criptodivisa. Por debajo de cero y la divisa no es “lo bastante buena” (no se percibe que ofrezca beneficios suficiente). No es elegante y no es arte. Por encima de cero y ha nacido una moneda: ahora las camisetas de Satoshi Nakamoto están rabiosamente de moda.

Al rebajar la tecnología los costes de producir criptdivisas, ampliar el requisito del valor del Teorema de la Regresión para aceptar beneficios novedosos relacionados con la moneda abre enormemente el rango de divisas que pueden ser posibles en el futuro. Deberían ser unas interesantes décadas en el mundo de innovación en las divisas.

 

 


[1] Las criptodivisas se benefician de una percepción de anonimato, aunque el si hay o no un anonimato real en la práctica es otra cuestión.


Publicado originalmente el 11 de diciembre de 2014. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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