Divisas múltiples y Ley de Gresham en Zimbabue

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Zimbabue encabezó los titulares en la década del 2000 debido a su extraordinaria tasa de inflación, con un máximo de tasa mensual de 79.600.000.000% en noviembre de 2008. La hiperinflación fue un resultado de que el gobierno de Robert Mugabe imprimiera dinero en exceso para financiar la corrupción del gobierno, así como su implicación en la República Democrática del Congo.

Como cabría esperar, Zimbabue fue un punto de interés para los economistas monetarios debido de su extraordinaria tasa de inflación. Sin embargo, más recientemente, Zimbabue se ha convertido en un ejemplo fascinante de una economía operando con divisas concurrentes, pero ha recibido poca o ninguna atención de los economistas académicos.

Una mezcolanza de monedas

La situación monetaria en Zimbabue es bastante compleja y parece incluso más peculiar cuando descubrimos que el estado tiene no una sino nueve formas reconocidas de moneda de curso legal, con su propia divisa sin formar parte de la lista.

Inicialmente, las divisas utilizables eran el dólar de EE. UU. y el rand sudafricano; sin embargo, el pula de Botsuana, la libra británica y el euro también han disfrutado de cierta popularidad. Las cinco divisas acabaron convirtiéndose en moneda legal. Además, el gobierno zimbabuano recientemente hizo otras cuatros divisas adicionales moneda legal, el dólar australiano, el yuan chino, el yen japonés y la rupia india.

Aunque este difícilmente sería el sistema monetario ideal previsto por los economistas de la Escuela Austriaca, es un escenario cautivador. La creación de moneda legal en el pasado ha demostrado a menudo ser un impedimento para la competencia entre monedas, pero a este respecto el régimen monetario de Zimbabue es, en muchos aspectos, único en la historia reciente.

Para explicar mejor esto, tenemos que hacer dos consideraciones críticas: los efectos de red y la Ley de Gresham.

Efectos de red

El dinero es el ejemplo perfecto de un bien mostrando efectos de red. Un efecto de red se produce cuando la deseabilidad de una cosa depende de la cantidad de otros que la usan. Como el dinero se demanda debido a su aceptabilidad entre otros para pagos futuros, se dice que muestra efectos de red.

A falta de leyes de curso legal, cuanto mayor sea el número de socios comerciales de una persona usando un medio concreto de intercambio, más fácil es transaccionar con esa divisa. Además, cuanto más fácil es transaccionar con un dinero concreto, más deseable se hace ese dinero para las personas.

En otras palabras, aceptar una divisa concreta aumenta su deseabilidad y por tanto anima a otros a aceptarla, aumentando más su deseabilidad. Esta es esencialmente la visión de que explica Carl Menger cuando describe la aparición del dinero a partir de un sistema de trueque.

Una vez una divisa concreta obtiene una aceptación amplia, el proceso anterior genera una forma débil de dependencia del camino o fijado, es decir, una vez que se establece una divisa, el sistema tiende a favorecer la moneda referida por encima de alternativas potenciales. Así, en el contexto de los efectos de red del dinero, a los usuarios monetarios les preocupa el tamaño y localización de una red concreta y el dinero se acepta con estas variables en mente. Bajo esas circunstancias, una alternativa aparentemente superior puede no conseguir suplantar a una divisa que ya disfruta de una circulación amplia.

Sin embargo, el problema que conllevan los efectos de red para las divisas alternativas ya no existe cuando el dinero alternativo ha obtenido el estatus de dinero de curso legal. El dinero de curso legal, por definición, debe aceptarse si se ofrece como paga de una deuda. Por consiguiente, se una nueva divisa alternativa es dinero de curso legal, a las personas no les preocupará (o les preocupará menos) el tamaño o localización de su red, permitiendo que tome el lugar de la alternativa anterior que no disfrute del estatus de dinero de curso legal. Sin embargo, además de los efectos de red, es también importante considerar la Ley de Gresham cuando se habla de divisas concurrentes.

La Ley de Gresham

La Ley de Gresham nos dice que el dinero malo expulsa al dinero bueno. En su forma más pura, la Ley de Gresham es inaplicable en el caso de Zimbabue. La razón para esto es que, al contrario de lo que ocurría en siglos pasados en todo el planeta, el régimen de Zimbabue no ha fijado tipos fijos de cambio entre las diversas divisas. Por el contrario, los cajeros han comprobar el tipo de cambio del mercado cada día.

Sin embargo, con algunos ligeros ajustes a la teoría original, puede crearse una forma de Ley de Gresham para aplicar a Zimbabue. Además, las consecuencias de esta teoría modificada son similares a la ley original. Una divisa que experimente más inflación que las divisas sustitutivas se usará en el comercio tanto como sea posible. Esto serviría para dos propósitos. Primero, el poseedor de la divisa inferior preferiría usarlo en el comercio para mantener en mano su divisa más estable y robusta. Segundo, una persona en posesión de la divisa que pierde valor se apresuraría a intercambiarla para obtener bienes que pierdan valor menos rápidamente que dicha divisa.

Es sin embargo importante advertir que la divisa solo se verá como inferior mientras esté decreciendo en valor en relación con otras monedas en la economía. Adicionalmente, si estuviera disminuyendo constantemente en valor, su efecto destructivo sobre la economía acabaría desapareciendo, ya que acabaría convirtiéndose en una divisa casi inútil, limitando su uso a transacciones mínimas.

El curso legal impide la competencia

Sin embargo, cuando modelamos una economía usando tanto leyes de curso legal como la Ley de Gresham, creamos un nuevo problema. No es probable que ninguna nueva divisa usurpe a una divisa obligatoria, salvo que esta sufra un declive tan grande que las grandes transacciones en dicha divisa se hagan imposibles. Esto ocurre porque la Ley de Gresham asegura que las divisas inferiores serán las primeras en utilizarse para comerciar y las leyes de curso legal obligan a la gente a aceptar cualquier divisa que tenga le estatus de moneda de curso legal.

Sin embargo, ni siquiera en los casos en que la divisa más popular que se use para comerciar sufra un declive masivo en valor esta será reemplazada con la divisa más robusta. Será reemplaza por la siguiente peor.

Además, Zimbabue ofrece otro giro más que favorecerá a las divisas inferiores. Un hecho peculiar de Zimbabue (y un hecho que tendrá consecuencias importantes para la elección de la divisa de Zimbabue) es que el comercio se ha visto obstaculizado en Zimbabue debido al valor relativamente alto de incluso los billetes de más bajo valor de sus monedas de curso legal.

Hay escasez de monedas en Zimbabue por sus altos costes de transporte. Por ejemplo, cuando se usan dólares de EE. UU., el billete de 1$ es el más popular debido a limitaciones presupuestarias. Para el zimbabuano medio, 1$ es mucho dinero y, debido a la escasez de monedas, la gente se ve a menudo forzada a comprar más bienes de los que querrían o necesitarían. Paradójicamente, las divisas inferiores pueden verse favorecidas por la comodidad.

Conclusión

Mientras que las divisas que se deprecien más lentamente se verán favorecidas para el ahorro, el sistema monetario de Zimbabue favorece a las divisas menos estables para transacciones cotidianas. Aunque las leyes de curso legal eliminen el problema de los efectos de red, crean un nuevo problema, que es una situación que permite que las divisas inferiores dominen el comercio.


Publicado originalmente el 8 de enero de 2015. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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