Observaciones sobre la rebelión fiscal

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Introducción

En foros y conversatorios liberales o anarquistas se habla cotidianamente del Estado y de lo perjudicial que representa su influencia para la civilización así como la convivencia pacífica en sociedad, pero en realidad pocos se dedican a analizar la epistemología o el método para lograr la meta de una sociedad libre.

Parafraseando a Ludwig Von Mises “La historia de Occidente, desde la era de las polis griegas hasta la resistencia actual al socialismo, es esencialmente la historia de la lucha por la libertad contra los privilegios de los burócratas”, en esta frase descubrimos algo fundamental, la libertad es un valor que nunca será otorgado, sino que requiere ser conquistado; nuestra imaginación se desborda de guerras civiles o guerra de guerrillas y milicias rebeldes abriendo fuego contra las fuerzas represoras del Estado, pero la realidad es que, la violencia de los oprimidos en respuesta al Estado no se da por cuestiones del azar. La pregunta fundamental del método es ¿Cómo exactamente?, se preguntarán los lectores ¿Cómo se lucha contra el Estado?, la respuesta es a través de la desobediencia civil, sin embargo, cuando se habla de lucha no se habla de uno o varios sucesos o estallidos sociales aislados, se habla de un proceso que por lo general, empieza con una declaración expresa o implícita de rebelión fiscal; la desobediencia civil que no incorpore la rebelión fiscal como elemento primordial constitutivo, estará destinada al fracaso por la sencilla razón de que no tiene sentido luchar contra la bestia si la sigues alimentando y fortaleciendo. Por tanto, la rebelión fiscal es (y debe ser) el elemento principal de la desobediencia civil.

Los Impuestos

Para entender que es una rebelión fiscal es necesario saber ¿Qué son los impuestos? y para ello es menester romper con varios paradigmas inculcados por el adoctrinamiento político. Varios diccionarios y enciclopedias los definen como ‘‘Tributos que se exigen en función de la capacidad económica de los contribuyentes’’. Otros como ‘‘Contribuciones que ha de pagarse al Estado para hacer frente a las necesidades públicas’’, entre otras supuestamente ‘‘neutrales’’ sobre los impuestos. El común recurre con gran frecuencia a estas fuentes, pero debemos tener claro que, estas fuentes ‘‘políticamente correctas’’ no son lo suficientemente convincentes para entender la naturaleza de los impuestos. Definiciones que son aparentemente neutrales pero que en realidad representan una visión parcial ‘‘estatista’’ de los impuestos que cumplen con una función política, usando eufemismos como ‘’tributos’’, ‘‘contribución’’ o como un pago para cubrir ‘‘necesidades públicas’’ dejan entrever una naturaleza ‘‘voluntaria’’ cuando no es así, como veremos a continuación.

¿Por qué los impuestos? Los defensores del Estatismo dirán que los impuestos son pagos voluntarios, que son una necesidad para financiar ‘‘obras públicas’’ pero, ignoran la realidad: los impuestos tienen una naturaleza compulsiva, es decir no voluntaria de allí su nombre (y calificativo) ‘‘impuestos’’ los cuales son entendidos como un robo por corrientes de filosofía política contrarias al Estatismo como el anarquismo y el objetivismo.

El propósito de los impuestos no es altruista ni filantrópico, el Estado no es una organización como las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa como te lo han hecho creer, todo lo contrario, su objetivo es el de enriquecer a una clase parasítica (la burocracia) a costa de otra clase (la productiva), en consecuencia los impuestos representan una violación al principio de no agresión, ya que son pagados bajo la amenaza de violencia y su evasión es castigada con privación de la libertad, daños a la integridad física o la muerte si te resistes a ser capturado. Murray Rothbard argumentaba que los impuestos son un mero y vulgar atraco y que la resistencia a su pago es totalmente legítima: ‘‘Así como nadie está moralmente obligado a responderle a un ladrón cuando pregunta si tenemos pertenencias de valor en nuestras casas, por la misma razón, nadie está obligado moralmente a responderle al Estado cuando nos hace esas preguntas al momento de llenar la planilla de pago del impuesto sobre la renta’’.

Si para ti es moralmente reprochable extorsionar, robar, secuestrar y asesinar, ¿Por qué los funcionarios del Estado están revestidos de una moral superior para ejecutar estos actos? ¿Qué hace que todo cuestionamiento moral desaparezca cuando se trata de los gobernantes? ¿Es que de pronto pensamos que los burócratas son seres angelicales y desprovistos de maldad y ambiciones?. El Estado se convierte en un círculo de contradicciones.

La Rebelión

En virtud de lo antes expuesto, se puede deducir que el Estado opera cual organización delictiva o mafia que para funcionar requiere del robo o la expoliación planificada y sistemática de los súbditos, a través del cobro de ‘‘plazas’’, ‘‘vacunas’’, ‘‘impuestos’’ mal llamado en lenguaje políticamente correcto ‘‘tributos’’ o ‘‘contribuciones’’. Sin la fuente de ingresos de los impuestos el Estado no puede funcionar y sin una rebelión fiscal la desobediencia civil estará destinada al fracaso. Se debe tomar en consideración que la rebelión fiscal es un acto esencialmente pacífico, legítimo, de irreverencia y cuestionamiento moral del Estado, pero desde el momento en que es declarada el Estado se verá en la necesidad de iniciar la violencia para reprimir y censurar al individuo o grupos de individuos involucrados en la resistencia.

Max Weber define al Estado como el monopolio territorial de la violencia pero más precisamente, el inicio de la violencia, la legitimidad de dicha violencia está bajo cuestionamiento. Por ello es que en mayor medida, las luchas de los grupos de individuos oprimidos por la bota estatal desembocan en violencia organizada como respuesta natural a la agresión institucional. Es oportuno recordar que todos los medios violentos que utiliza el Estado: policías, balas, jaulas, instrumentos de tortura para someter a la desobediencia no son gratuitos, son pagados con dinero que viene directamente de tu bolsillo.

Los Insurrectos

La rebelión fiscal no puede ser entendida sin indagar en la naturaleza de los individuos o grupos de individuos involucrados en ella. La historia nos ofrece una variada sucesión de ensayos y errores, pero lo cierto es que las masas de insurrectos muchas veces desconocen la verdadera naturaleza del movimiento al cual frecuentemente sin darse cuenta se ven involucrados más sobre todo la naturaleza del enemigo contra el que están luchando.

Si bien toda rebelión fiscal es legítima y esencial como elemento de lucha dentro de la desobediencia, es de suma importancia descifrar el fin del movimiento social al cual pertenece. Tenemos que recordar que la Revolución Rusa de 1905 encabezada por Lenin manifestó una resistencia fiscal contra la monarquía rusa, de la misma forma la Revolución Cubana liderada por Fidel Castro contra el gobierno de Fulgencio Batista. Muchas veces la rebelión fiscal se encuentra en contradicción cuando, dentro de sus fines, lo que existe es la consolidación y magnificación de un nuevo y más asfixiante poder estatal; lo que trae como consecuencia la pérdida de todo su sentido.

Por ello se hace de suma importancia observar bien la naturaleza de los insurrectos y los fines si queremos encontrar la coherencia, decodificar las intenciones de las masas muchas veces no es cosa fácil, sabemos bien los fines de aquellos grupos definidos de insurrectos que han declarado rebelión como FARC y ETA, pero lo problemático es descifrar los fines de aquellos grupos sociales difusos, sin trasfondo ideológico, que surgen espontáneamente como consecuencia de medidas políticas populistas y opresivas por ejemplo: en Venezuela durante el Caracazo o Grecia en años recientes, por desconocimiento general del funcionamiento del Estado muchos son arreados por el camino de la amplificación de su poder a través del populismo y la demagogia. Mientras tanto sigo esperando algún movimiento exitoso que haya sido guiado hacia la reducción al mínimo posible o abolición de los impuestos y del poder estatal, sin embargo sigo siendo optimista.

Conclusión

Para cerrar, hago referencia al padre filosófico de la desobediencia civil, Henry David Thoreau; quien estuvo plenamente consciente de la rebelión fiscal que el mismo ejemplificó así como de las consecuencias que padeció siendo encarcelado y torturado por este motivo, el legado que nos dejó ha sido inmortal, aunque sistemáticamente subestimado y ensombrecido.

Hay que destacar que su rebelión fiscal y objeción de conciencia eran de naturaleza liberal ya que estaban enfocadas a protestar a favor de la abolición de la esclavitud, contra el inicio de la guerra y por una total abolición de la burocracia. Visión que deberían tener todos los insurrectos objetores de consciencia alrededor del mundo para garantizar el final del Estatismo y como resultado la continuidad y auge de la civilización. Todo aquel que piense sumarse a una rebelión fiscal y desobediencia civil, debe hacerlo con pleno conocimiento acerca de los fines, he aquí la importancia de leer maestros como Henry David Thoreau así como de muchos otros en la filosofía libertaria y ser portavoces de sus obras y legados.
‘‘Creo de todo corazón en el lema “El mejor gobierno es el que menos gobierna”, y me gustaría verlo hacerse efectivo más rápida y sistemáticamente. Llevado a cabo, finalmente resulta en algo en lo que también creo: “El mejor gobierno es el que no tiene que gobernar en absoluto”. Y cuando los pueblos estén preparados para ello, ése será el tipo de gobierno que tengan”.- Henry David Thoreau.

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