Los austriacos y la ortodoxia

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[Esta entrevista proviene del número de diciembre de The Free Market]

Instituto Mises: Usted se jubiló recientemente después de mucho tiempo en la Universidad Estatal Metropolitana de Denver, donde era al tiempo catedrático de economía y decano de la Escuela de Negocios. ¿Cómo acabó ahí y acabó como decano?

John Cochran: Tuve un buen ángel guardián que me ayudó a llegar a Metro State. Pero no estoy seguro de eso respecto de convertirme en decano. Me licencié en economía en Metro State. Gerald Stone, entonces presidente del departamento de economía, y Ralph Byrns fueron dos de mis profesores allí. Mientras trabajaba en mi maestría en la Universidad de Colorado-Boulder, pasaba de vez en cuando por Metro solo para tocar la base. En la primavera de 1981, estaba completando la enseñanza de mi primer curso de principios en UC-Boulder y acababa de completar los requisitos para un máster en economía. La primera edición de los principios de Byrns y Stone estaría disponible en el otoño de 2001. Metro tenía una plaza de visitante y había ofrecido el trabajo a un reciente doctor de la Universidad de Colorado. Les había dicho que aceptaría el empleo, pero no usaría su libro. Ralph y Jerry hablaron de ello y Ralph dijo a Jerry: “No podemos contratarle”. Jerry dijo: “No podemos no contratarle solo porque dijera que no usaría su libro”. Ralph replicó: “Pero nos dice que sería un ‘impuesto al almuerzo’”. Jerry dijo: “Sí, pero, ¿a quién podemos acudir si no?”. [Un “impuesto al almuerzo” es un empleado de alto coste (N. del e.)]

En ese momento entré en la oficina para decir hola. Ralph me hizo tres preguntas. ¿Tienes un máster? ¿Tienes experiencia docente? Cuando respondí que sí a ambas, Ralph me preguntó entonces: “¿Te gustaría tener un trabajo de profesor a tiempo completo este otoño?” He estado en Metro desde entonces.

Di clases de 1981 a 1986 como profesor visitante mientras completaba mi investigación sobre Hayek-Keynes y mi tesis, que acabó convirtiéndose en un libro coescrito con Fred Glahe, The Hayek-Keynes Debate: Lessons for Current Business Cycle Research (Edwin Mellen Press, 1999). De 1986 a 2004 di clases en el departamento de economía. Conseguí la plaza de titular y ascendí a profesor asociado en 1990 y a catedrático en 1996. Fui jefe del departamento de 1990 a 1994 y de nuevo de 1996 a 2004. Podría decirse que fui un decano accidental. A finales del otoño e 2003, después del primer auge-declive de la Gran Moderación, Metro despidió al decano de empresa. Muchos miembros de la facultad me animaron a solicitar el puesto interino. No quería, pero luego me di cuenta de que en realidad yo (ni muchos otros a los que respetaba) no quería trabajar para ninguno de los tipos que querían o estaban siendo considerados para el cargo. Lo solicité y fui nombrado para el cargo tal vez una semana antes de empezar el semestre de la primavera de 2004. Lo que yo pensaba que sería un cargo de 6 meses o un año duró dos años y medio. Fui contratado como decano permanente en julio de 2006.

IM: Hay ahora al menos dos austriacos en la MSUD, Nicolás Cachanosky y Alexandre Padilla. ¿Tuvo algún papel en que vinieran a enseñar a la MSUD?

JC: Tuve un papel directo en contratar a Alex Padilla. Metro State tenía un puesto de visitante libre en el otoño de 2002. Esperando atraer a un austriaco, puse el anuncio del trabajo en la lista de correo de los investigadores del Instituto Mises. Alex, antiguo miembro del Mises, que estaba acabando un trabajo temporal en George Mason y acababa de publicar “Can Agency Theory Justify the Regulation of Insider Trading?” en The Quarterly Journal of Austrian Economics, lo solicitó, pasó la entrevista y fue contratado. Prosperó en el puesto y fui capaz un par de años más tarde de usar una herramienta de reclutamiento para convertirle en fijo desde la primavera de 2006. Padilla tuvo más que ver con traer a Nicolás Cachanosky, que en realidad fue contratado en el puesto que dejé vacante cuando acabó mi transición a la jubilación, en 2012. Alex presidía el comité de contratación. Había al menos un miembro del comité rotundamente en contra de un economista de influencia austriaca, sin que importaran sus investigaciones ni logros educativos. Aunque acabara de lograr su doctorado en la Universidad de Suffolk bajo la dirección de Ben Powell, las calificaciones de Cachanosky hasta entonces eran claramente mucho mejores que las de cualquier otro solicitante, lo que incluía a algunos graduados y doctorandos de George Mason. A solicitud de Alex y como profesor emérito, revisé los expedientes de unos diez candidatos principales. Luego hablé con colegas de hace tiempo en el comité, la presidencia del departamento y escribí una carta seria de apoyo al actual decano de empresa. Espero de ambos excelentes contribuciones a la MSUD y la comunidad de Denver durante muchos años.

IM: En general, ¿ven otros economistas un beneficio en tener una diversidad de escuelas de pensamiento dentro de un departamento o hay resistencia a tener austriacos entre el personal?

JC: Muchos economistas ven una ventaja en la diversidad. Uno de quienes me asesoraron con mi tesis, Tracy Mott, ahora en la Universidad de Denver, era un ejemplo perfecto de caballero e investigador. Aunque su trabajo se centrara en extender las ideas de Michal Kalecki y John Maynard Keynes sobre la relación de las consideraciones financieras con la actividad económica, estaba abierta a la discrepancia y fue esencial en mis primeras investigaciones. En la Universidad de Denver, si tiene alumnos interesados en la economía austriaca, de vez en cuando me ha llamado a mí o a Padilla para hacer una presentación.

En general, la mayoría de los buenos economistas buscan colegas que sean buenos investigadores, buenos maestros y no un impuesto al almuerzo. La mayoría de los austriacos que conozco y respeto se ajustan fácilmente a esto. Evidentemente (por los comentarios anteriores sobre la contratación del profesor Cachanosky) todavía puede haber resistencia. También puede haber resistencia fuera del departamento de economía. Se me negó la promoción a catedrático la primera vez que la solicité cuando al comité de revisión de la universidad no le gustaron mis dos escritos con Fred Glahe sobre separación de educación y estado (“Praxeology and the Development of Human Capital: The Separation of School and State”, en Cultural Dynamics y “Privatization True and False: Private Enterprise and Education”, en Journal of Private Enterprise). Al año siguiente hice que los escritos fueran por el contrario anti-cheque y aprobé con facilidad.

IM: En una entrevista reciente, Guido Hülsmann decía que había visto un gran progreso en la capacidad de los economistas austriacos en conseguir puestos en facultades de instituciones de nivel (si no de la élite). ¿Cuáles son sus opiniones sobre esto?

JC: Las mías son más indirectas, pero yo estaría de acuerdo. Ben Powell ha pasado de la Universidad Estatal de San José a Suffolk y luego a Texas Tech. Cada vez más graduados de la Universidad George Mason pasan a puestos con al menos programas de máster y algunos con programas respetados de doctorado. Durante mi mandato como decano en Metro State tuvimos al menos dos (si no más) candidatos austriacos o asimilados a quienes nos hubiera gustado contratar, pero no pudimos competir con otras instituciones en salario, carga docente o apoyo investigador. Las montañas de Colorado valen lo que valen.

IM: En el pasado la disponibilidad de materiales de economistas austriacos (como la Historia del pensamiento económico de Rothbard) era algo realmente complicado. ¿Qué efecto ha tenido la divulgación de publicaciones austriacas asequibles en los últimos veinte años en la capacidad del profesor para atraer a estudiantes?

JC: Acabo de recibir una nota de Lew Rockwell agradeciéndome por ser un donante tan fiel desde 1988. Me convertí en donante fiel porque el gran trabajo que estaba haciendo el Instituto para hacer disponible material impreso y en línea me estaba beneficiando no solo profesionalmente en mis investigaciones, sino que me estaba haciendo increíblemente más fácil atraer a alumnos. Los beneficios para muchos se extendían más allá del aula. Impresos en clase o un enlace web estimulaban la curiosidad y al menos algunos se convirtieron en autodidactas sobre economía austriaca y la filosofía de la libertad.

Walter Block me envió una vez un correo electrónico preguntándome si era un liberal clásico o un anarcocapitalista. Contesté que dependía de cuánto hubiera pasado desde que hubiera leído o releído a Rothbard (ahora añadiría Delusions of Power, de Robert Higgs). Si recientemente, era anarcocapitalista. Pero cuando enseño probablemente era más un liberal clásico (aunque mi lección de presentación destacaba la distinción entre los medios políticos y económicos a menudo había hecho llorar al menos a un izquierdista/progresista). Encontraba más eficaz ser menos discordante. Pero utilizando materiales disponibles en mises.org, los estudiantes que estuvieran intrigados descubrirían por sí mismos la perspectiva anarcocapitalista.


Publicado originalmente el 27 de enero de 2015. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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