Metafísica militar: una definición militar de la realidad

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El sociólogo político C.Wright Mills (1916-1962) acuñó el término La Élite del poder[1] en el título de su popular libro de 1956. El término describe las relaciones de poder existentes entre personas que ocupaban posiciones de liderazgo en tres segmentos claves de la sociedad: la política, la economía (las grandes empresas) y el ejército. Esta troika de autoridad compartía una visión común y un mismo objetivo; querían centralizar el poder de la sociedad bajo su control.

El influyente sociólogo de izquierda, G. William Domhoff, llegó a argumentar que: “La élite del poder… puede ser vista como una confrontación a todo lo que la ciencia política sostenía acerca de la estructura y la distribución de poder en los EE. UU. antes y durante su publicación…. La élite del poder creó la estructura del poder como campo de investigación dentro de la sociología y la ciencia política.”

Uno de los retos a la interpretación estándar expresado por Mills es que este no afirmaba que la troika de autoridad estuviera en una conspiración entre sí. Ciertamente, tenían áreas en las cuales se coordinaban para satisfacer intereses propios. Pero Mills también reconoció que los varios poderes en ocasiones estaban descoordinados e incluso en conflicto.

Dejar de lado la teoría conspirativa abre la puerta a una posibilidad intrigante ¿Qué pasa si las dinámicas de poder dentro de la troika ocurren de una manera no planificada? De ser así, la dinámica semiespontánea no se asemeja al orden espontáneo del libre mercado o a la libre sociedad pregonada por los economistas austriacos. Estaría basada en la coerción en contra del individuo promedio y no en la cooperación. Esta diferencia, por sí sola, convierte a la élite del poder en el enemigo de la sociedad, pero no reduce la importancia de una cuestión ¿Cuál sería el aspecto de una dinámica de poder parcialmente planificada?

¡Rayos! De nuevo Rothbard tiene razón.

Mills fue además un izquierdista postmarxista que popularizó el término “Nueva Izquerda”. La Nueva Izquierda surgió en la década de los sesentas como un movimiento político que se alejaba de la Vieja Izquierda enfocándose en asuntos sociales, como los derechos de los gay, más que en asuntos de trabajo y la estructura tradicional de clases.

Murray Rothbard instaba a las personas a que leyeran a ciertos académicos de izquierda quienes poseían algunas perspectivas generales excelentes o eran duchos en algún tema en específico. Rothbard miraba con buenos ojos el análisis institucional presentado por varios izquierdistas, incluyendo a Mills. (Nota: esto no significa que el estuviera totalmente de acuerdo con ellos, solo que pensaba que su análisis era sofisticado.) Uno de los puntos principales de Mills es que el poder está arraigado en organizaciones más que individuos o grupos de interés. Organizaciones, como el ejército, eran lideradas por élites quienes controlaban sus recursos materiales, incluyendo información, y, de esa forma, manipulando el poder.

Mills se enfocó en las instituciones americanas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, que él creía que habían cambiado fundamentalmente como resultado de la guerra. Él escribió sobre “una definición militar de la realidad” o una “metafísica militar” la cual resultó en gran medida de los nuevos caudillos americanos. Con esta palabra, se refería a las élites militares cuyo poder se había incrementado de una forma sin precedentes y que había afectado ámbitos otrora civiles.

“Desde Pearl Harbor, aquellos quienes comandan los amplios medios de la violencia americana han venido a poseer una autonomía considerable, así como una gran influencia entre sus colegas políticos y económicos… Dentro y fuera del uniforme, generales y almirantes han intentado imponerse sobre la opinión de la población subyacente… a las políticas controversiales… En muchas de esas controversias, los caudillos se han salido con la suya; en otras, han bloqueado acciones y decisiones que no estaban a su favor. En algunas decisiones, ellos han… perdido. Pero ellos son ahora mucho más poderosos de lo que alguna vez lo han sido en la historia de la élite americana; tienen ahora más medios para ejercer poder (en muchas áreas de la vida americana que antes eran dominios civiles) Ellos ahora tienen más conexiones; y ellos ahora operan en una nación cuya élite y cuya población subyacente han aceptado lo que solo puede ser llamado una definición militar de la realidad…”

La expresión más dramática de la “metafísica militar” de la posguerra ha venido en el área de la política exterior de los EE. UU. Anteriormente en la historia americana, las relaciones internacionales han sido campo de los diplomáticos y la negociación, y la guerra –cuando declarada— ha sido el campo del ejército. El mundo post-SGM, sin embargo, ha declarado una indefinida Guerra Fría, la cual es “aparentemente total y aparentemente permanente.” Un mundo en el cual “la paz ya no es algo serio; solo la guerra es seria. Todo hombre y cada nación es o aliada o enemiga, y la idea de hostilidad se vuelve mecánica, masiva, y sin pasión genuina.”

Cuando la diplomacia dirigida a resolver conflictos fue vista como “apaciguamiento”, o traición a la patria, entonces dejó de existir un “rol activo” para el diplomático. Y “La diplomacia se convirtió en nada más que el preludio a una guerra o en el interludio entre guerras” porque “el diplomático es reemplazado por el caudillo.” ¿La razón? Los oficiales temen a la paz mucho más que a la guerra. Las élites de poder en general –político, económico y militar—dependen de una economía de guerra y del status internacional que eso le provee a los EE. UU.

El Equilibrismo del Triunvirato de la Élite del Poder

Mills se enfocaba en los poderes dominantes dentro de un globalmente dominante EE. UU., los cuales afectaban a “las poblaciones subyacentes del mundo.” Básicamente, la troika consistía en:

  • Un gobierno federal que asumía los poderes de más estados descentralizados y autoridades.
  • “Corporaciones gigantescas” que trabajaban para excluir a pequeños competidores e intereses agrarios
  • Un ejército que alguna vez fue visto con “desconfianza alimentada por milicia estatal” pero que se ha convertido en un sombrío y torpe… dominio burocrático en expansión.”

Los tres están frecuentemente en conflicto. Aun cuando el poder tiende a ser heredado a través de prominentes familias, como los Kennedy, o a través de experiencias elitistas, como asistir a universidades de la Ivy League, esto no garantiza una confluencia de intereses personales dentro de las facciones de la élite del poder. Mills observó, “Harvard o Yale o Princeton no es suficiente… el punto no es Harvard sino, ¿cuál Harvard?” Hay muchas cosas en juego y la competencia por el dominio dentro de la élite es feroz.

¿Cuál sería el aspecto de una dinámica de poder parcialmente planificada? Desde su perspectiva de Guerra Fría, Mills responde que el ala militar de la troika se ha vuelto dominante. América es ahora definida en términos de una realidad militar, una metafísica militar. El escribió: “Dentro del transcurso de una generación, Los EE. UU. se han convertido en la sociedad industrializada líder del mundo, y al mismo tiempo uno de los estados militares líderes. Los militares más jóvenes están… creciendo en una atmósfera de alianza económica-militar, pero más que eso están siendo intensa y explícitamente educados para afianzar tal alianza. ‘El Colegio Industrial de las Fuerzas Armadas[2],’ preocupado de la interdependencia de la economía y guerra, está en el nivel superior del sistema de educación militar.”

Un indicio del dominio militar es que “Los desarrollos científicos y tecnológicos se han vuelto parte del orden militar, el cual es ahora el mayor promotor individual y director de la investigación científica. De hecho, es un promotor tan grande como la suma de todo el resto de la investigación realizada en los EE. UU. Desde la Segunda Guerra Mundial, la dirección general del desarrollo científico ha sido propuesta por las consideraciones militares, sus mayores finanzas han venido de fondos militares, y muy pocos de quienes desarrollan investigaciones básicas no están trabajando bajo dirección militar.”

Mills se refería a la alianza de los militares con la economía y la tecnología como algo “irónico” porque la mayoría de los liberales del siglo diecinueve asumían que el crecimiento de la industria traería consigo la decadencia del ámbito militar. En cambio, de acuerdo a Mills, el crecimiento de la industria ha conducido a su usurpación por el ejército.  “La economía se ha vuelto concentrada e incorporada en grandes jerarquías, el ejército se ha engrandecido y se ha vuelto decisivo a la hora de darle forma a toda la estructura económica; y además, la economía y lo militar se han interrelacionado estructural y profundamente; mientras que la economía se ha vuelto aparentemente en una permanente economía de guerra, los militares y sus políticas han penetrado cada vez más la economía corporativa.

Hay mucho en lo cual se puede discrepar con el análisis de Mills, pero él inspira pensamiento y, al final, eso podría ser un proceso más importante que el simplemente estar de acuerdo. En un punto, Mills está totalmente en lo correcto, sin embargo. La élite del poder está unida en su determinación por mantener la sumisión financiera y política de las “masas” de quienes se alimentan. Ellos se unen en este punto, aun cuando se disputan sobre la repartición de poder y el botín entre ellos.

En un punto Rothbard se mantiene eternamente en lo cierto. Los Libertarios deberían leer lo mejor de la izquierda porque la “oposición” está en lo correcto en muchos asuntos específicos. Nada se compara a Mills o al historiador William Appleman Williams para ofrecer una perspectiva fresca.

 


[1]The Power Elite” [N. del E.].

[2] The Industrial College of the Armed Forces [N. del E.]


Publicado el 5 de febrero de 2015. Traducido del inglés por José Graterol. El artículo original se encuentra aquí.

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