Jesús Huerta de Soto sobre el socialismo realmente existente

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[Esta crítica se publicó originalmente el 14 de noviembre de 2010 en el Cobden Centre]

[Socialism, Economic Calculation, and Entrepreneurship[1] • Jesús Huerta de Soto • Edward Elgar, 2010 • 320 páginas]

 

Hay tres libros que tienen un lugar de honor en mi librería austriaca. Son Socialismo, de Ludwig von Mises; An Austrian Perspective on the History of Economic Thought, de Murray N. Rothbard y Democracy: The God That Failed, de Hans-Hermann Hoppe. En mi cabeza estos libros brillas cuando los miro en su estantería e incluso tengo uno de ellos firmado por uno de los autores mientras se resguardaba dentro de los claustros de Oxford.

Podríais preguntar: ¿dónde está La acción humana? ¿Dónde está El hombre, la economía y el estado? ¿Y dónde está Dinero, crédito bancario y ciclos económicos? Bueno, estos libros también están ahí, más lejos en la estantería. Pero los Tres Grandes oscilan en una gloriosa burbuja gravitacional propia, porque forman en núcleo solar de mi propia cura personal  del socialismo, junto con varios satélites menores que rotan en torno a ellos, incluyendo 1984, La rebelión de Atlas y An American in the Gulag.

Yo era un estalinista radical con nueve años, después de haber leído El capital en la biblioteca pública local. Cuando cumplí 30 años me había ablandado ligeramente para ser un marxista radical y un soldado raso voluntario clandestino de la ex Militant Tendency en el maquiavélico auge del ejército de Nuevo Laborismo en Gran Bretaña, siguiendo la mayoría de nosotros la revista de campaña Marxism Today, editada por Martin Jacques, el hombre que inventó el término “thatcherismo”. Yo estaba entonces tan encelado en este atractivo lado oscuro mortífago que estoy convencido, mirando atrás, que debo haber tenido ojos de serpiente, una cola hendida y cuernos de diablo.

Por suerte, conseguí curarme de este horror orcista, por supuesto principalmente debido al hecho de que el socialismo es un completo sinsentido interesado y generado por una élite y la religión más malvada, destructiva y estúpida que la humanidad haya inventado nunca. Entre muchas otras desastrosas arremetidas de odio contra la humanidad en las que se ha metido en su esfuerzo por mantener al pueblo en la estupidez, la enfermedad y la pobreza (y poder así gobernarlo y explotarlo más fácilmente como rebaño fiscal), el socialismo ha masacrado a decenas de millones de personas, particularmente en el siglo XX, que debe ser realmente su edad dorada de envidia y sangre.

Aun así, me llevó muchos años curarme de esta virulenta infección mental, lo que conllevó una década de autoconocimiento, autoestudio y muchas preguntas dirigidas a mí mismo, así como varias relaciones rotas, memorable amargas acusaciones de traición y la dolorosa exfoliación de costumbres mentales bulleron en mi mente a lo largo de años de odio irritado y envidia malvada.

Los tres libros que finalmente acabaron con el normalmente inmune virus del socialismo limpiándolo de mi mente fueron los Tres Grandes destacados antes, especialmente Socialismo, de Ludwig von Mises, un libro que siempre permanece fresco e inspirador en cada relectura, una especie de equivalente a El señor de los anillos en no ficción.

¿Pero existía espacio para un cuarto libro dentro de mi núcleo sagrado? ¿Estaba yo realmente curado totalmente o existía la más remota posibilidad de que pudieran volver a las filas esqueléticas de los adoradores sauronescos de Voldemort, los fatalmente arrogantes mortífagos socialistas?

Por suerte, creo que ahora soy bastante resistente al veneno torrencial del marxismo y todos sus derivados goblinescos, como el ecologismo. Sin embargo, como apuntaba el fabuloso George Carlin en uno de sus asombrosos especiales de HBO, siempre tienen que mantener tu sistema inmunitario listo para combatir para matar a los viejos virus familiares reentrantes. ¿Quizá necesitaba un cuarto libro para que proporcionara esta necesaria reinoculación de mi espíritu combativo contra las aparentemente inacabables legiones de estúpidos que son la carne de cañón del socialismo adoctrinado por el estado?

Creo que he dado con este cuarto libro.

Aunque mi autodidactismo había relegado al socialismo a la envidiosa guardería escolar a la que pertenece, ninguno de los libros que había leído había aclarado una última pregunta, que me había rondado durante años. ¿Por qué sigue haciendo falta tanto tiempo para que el socialismo fracase, con la Unión Soviética sobreviviendo 70 años y el sindicato de la divisa fiduciaria 40, desde 1971?

Sí, está el cálculo económico, la miopía de los tontos y el sistema organizado de mentiras criminales al que llamamos gobierno. ¿Pero cuál que es el mecanismo esencial que diferencia al mercado libre de la bota del socialismo y cómo un típico brote rancio y podrido de socialismo sobrevive durante décadas, cuando según mis lecturas anteriores ese maloliente brote tendría que fracasar en años o incluso meses, una vez se arrancara la horrorosa máscara de su envidia de odio y venganza?

Incluso la forma más virulenta y agresiva de la religión (el Partido Nacional Socialista de los Trabajadores o Partido Nazi) consiguió sobrevivir una docena de años, de 1933 a 1945, antes de que implosionara este partido socialistas particularmente canceroso. Formas más suaves de la enfermedad han conseguido también sobrevivir, como el Partido Laborista británico, que sobrevivió cien años antes de derrumbarse en 1979, solo para reaparecer en una forma más camuflada como la variante más fascista del Nuevo Laborismo, que previsiblemente desaparecerá después de 13 años desgraciados de auge y declive y que esperemos que muera ahora bajo el liderazgo blando y patético del espectacularmente vergonzoso Ed Miliband, hizo del influyente intelectual marxista Ralph Miliband.

Sí, podemos hablar de subvenciones occidentales a los soviéticos y la fe errónea de la gente en los bancos centrales para contenerse ante la inflación, pero esto evita lo importante: ¿por qué el socialismo sobrevive durante décadas, sin que importe lo abominable que sea su forma? Si creemos que el socialismo es estúpido y autodestructivo, ¿por qué ha calado tanto en la humanidad y por qué sigue sobreviviendo y prosperando durante tanto tiempo en sus diversas reencarnaciones? Si el floreciente mercado hayekiano de las ideas y el evolucionante mercado schupeteriano del destruccionismo libremente creativo realmente funcionan de consuno para eliminar las innovaciones fracasadas y promover inspiraciones con éxito, ¿por qué hay tantos keynesianos y tan pocos austriacos? ¿Por qué hay tanto gobierno y por qué hay tan poca libertad?

Jesús Huerta de Soto descubre y revela los misteriosos dioses en la máquina que se esconden tras estas preguntas en una forma hermosamente sencilla y conectiva en Socialism, Economic Calculation, and Entrepreneurship. Destila las bastas bayas de enebro de la acción humana en la ginebra Bombay Sapphire del emprendimiento y la mezcla elegantemente con la refrescante t-ónica de quinina del cálculo económico. Mezclando delicadamente esto con las limas de la historia de Salamanca y el amrgor andaluz del análisis político, el libro resultante de 300 páginas en una de las mejores monografías austriacas que nunca haya tenido el privilegio de leer y entra con facilidad en mi triunvirato de obras heroicas, para ayudar a forma un cuadriunvirato.

Aun así, el libro que sigue en cabeza es Socialismo, como Gandalf el Blanco, mientras que los otros tres se agrupan por igual, como Aragorn, Gimli y Legolas; Socialism, Economic Calculation, and Entrepreneurship ahora hace el papel del príncipe visionario de los elfos de Mirkwood.

¿Cómo logra Legolas esta situación de visionario, que no alcanzan Gandalf, Aragorn ni Gimli? Porque Huerta de Soto usa ambos lados de la mente con igual mesura, incluyendo el proceso paralelo de la derecha de la mente, mientras que la mayoría de los escritores se concentran normalmente en el proceso en serie de la izquierda de la mente. Dibujando imágenes procesadas en paralelo con sus palabras para complementar un flujo de idea procesadas en serie, Huerta de Soto logra un delicado equilibrio entre la derecha y la izquierda de la mente consciente, permitiéndoles trabajar juntas para ver las causas raíz del fracaso del socialismo y el triunfo del mercado libre.

Mientras me sentaba a leer su libro, podía ver una serie siempre cambiante de relucientes conexiones humanas en cambio continuo, con las luces de las nuevas ideas titilando en una mezcla hayekiana flexible de pensamientos y acciones libres humanos, siempre evolucionando, aunque nunca logrando, una forma final perfecta en la que la humanidad se ve mejor servido por esta diáfana estructura molecular líquida.

También podía ver la bota destructiva y los escalpelos compartimentalizadores sin sentido la ciega y egoísta élite socialista, tratando constantemente de destrozar este forma evolutiva y cortar sus conexiones para hacer que este forma brillante haga lo que ellos quieran y haga lo que sirva a sus inmorales intereses personales, frente a los deseos temporales independientes del resto del sistema nodal. Sin embargo, a pesar de esta constante interferencia inoportuna, no importa dónde caiga la bota socialista no importa dónde cortar los controles regulatorios la conexión informativa, la entidad siempre trata de sobrevivir, como un hormiguero perturbado por una pala en el jardín trasero.

Así que el socialismo sobrevive gracias al mercado libre, que constantemente trata de reparar el daño que causa el socialismo mediante sus impuestos, regulaciones e inflaciones alimentadas con deuda. El libre mercado se autorrepara, reconecta y reorganiza (espontáneamente) como un río que fluye contra las presas de los castores descontentos. El triunfo final del socialismo podría así verse como el embalsamiento definitivo del río y la erradicación de la humanidad y el triunfo final del mercado libre sería cuando esta presa malvada sea finalmente disuelta, destruida y erradicada y el río pueda fluir libremente de nuevo sin obstrucciones.

Así que cuanto más socialismo tenemos, más rápido se destruye a sí mismo, destruyendo los que parasita, como pasa con el sanguinario nacionalsocialismo y el comunismo soviético; versiones más anémicas del socialismo permiten a un monstruo menos sanguinario sobrevivir más, como pasa con la socialdemocracia en el mundo occidental.

Sin embargo, el socialismo es una bestia siempre en expansión, alimentándose de los siete pecados capitales de soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza mediante los mecanismos de la guerra y el estado del bienestar. Aunque la actual lucha entre el socialismo y le libre mercado puede estar a veces equilibrada durante largos periodos, como en un combate muy disputado de sumo o en una melé brutal pero estática de rugby, el socialismo está constantemente tratando de romperlo y aplastar el mercado libre. Por tanto, tenemos que erradicar totalmente esta aberración de ojos verdes si queremos lograr un mundo seguro, libre y próspero.

Todo esto, y mucho más, queda claro cuando lees el libro del profesor Huerta de Soto y esta corta reseña le hace poca justicia: debéis leer vosotros mismos el libro para llegar a vuestras propias conclusiones. Sin embargo, solo puedo decir que os lo recomiendo encarecidamente, especialmente a aquella gente que quiere entender el mal insidioso y mojigato del socialismo y cómo eliminar de la faz de la tierra sus impulsos misántropos suicidas y destructivos antes de que estos impulsos autodestructivos nos destruyan a nosotros.


[1] Versión en español: Socialismo, cálculo económico y función emprarial, Madrid: Unión Editorial (N. del E.)


Publicado el 31 de enero de 2011. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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