Servicio militar obligatorio y otros impuestos draconianos

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El servicio militar se acabó en Estados Unidos hace más de cuarenta años, pero continúa siendo ampliamente empleado fuera de Norteamérica y Europa occidental. Recientemente, el servicio militar en Ucrania se ha convertido en un asunto internacional al reinstaurarlo el estado ucraniano y recibir una importante oposición en muchas áreas del país.

El uso del servicio militar obligatorio en la región no es algo único de Ucrania (Rusia también lo tiene), pero la reciente oposición ha destacado el hecho de que este es esencialmente incompatible con incluso una cantidad moderada de respeto por la propiedad privada.

El servicio militar como un impuesto del 100%

“El servicio militar es esclavitud”, escribía en 1973 Murray Rothbard y, aunque el servicio militar temporal es evidentemente mucho menos malo (suponiendo que se sobreviva al plazo de servicio) que muchas otras formas de esclavitud, es sin embargo un impuesto de casi el 100% de la producción del mente y cuerpo propios. Si se trata de escapar de este confinamiento en la cárcel militar a cielo abierto, se afronta encarcelamiento o incluso ejecución en muchos casos.

El servicio militar sigue siendo popular entre los estados porque es una manera sencilla de extraer directamente recursos del pueblo. Igual que los impuestos habituales extraen ahorros, productividad y trabajo de la población general, el servicio militar extrae prácticamente todo el trabajo y esfuerzo de los reclutas. La carga cae desproporcionadamente sobre los varones jóvenes en la mayoría de los casos y estos corren el riesgo de una mucho mayor carga fiscal si mueren o quedan incapacitados permanentemente en la batalla. Si tienen la suerte de sobrevivir al conflicto, el recluta puede encontrarse viviendo el resto de su vida desfigurado o perdiendo su vista o extremidades. Puede haberse convertido en permanentemente indeseable para el sexo opuesto. Esos costes impuestos al recluta son una forma de impuestos para toda la vida.

Por suerte para los que escapan de este destino, el plazo de esclavitud termina en un momento concreto, pero mientras dura, la única libertad de la que disfruta el recluta es la que le conceden sus carceleros. Rothbard explica:

En cualquier momento en que el gobierno federal le parezca apropiado, es apresado por las autoridades e integrado en las fuerzas armadas. Allí su cuerpo y mente dejan de ser suyos: está sometido a los dictados del gobierno y puede verse obligado a matar un poner en riesgo su vida si así lo decretan las autoridades. ¿Qué es el servicio militar sino una servidumbre involuntaria?

No es sorprendente que, el todos los tiempos y lugares en que se instituye el servicio militar haya quienes intenten evitarlo y los gobiernos toman medidas para capturar a estos supuestos “desertores” mediante la red policial del gobierno. El gobierno ucraniano ha sido evidentemente proactivo en sus propios esfuerzos por castigar a quienes intentan escapar de este impuesto del 100%, llegando a encarcelar a gente que habla contra él. The Guardian informa:

Ruslan Kotsaba publicó la semana pasada un vídeo dirigido al presidente ucraniano. Petro Poroshenko, en el que decía que preferiría ir a prisión cinco años por deserción que luchar contra los rebeldes pro-Rusia en el este del país. Ahora afronta quince años de prisión después de haber sido arrestado por traición y obstrucción al ejército. (…)

Los hombres ucranianos de entre 25 y 60 años son útiles para el servicio militar y 75.000 han sido llamados, de los cuales el 60% entrarán en servicio. (…)

Un decreto del gobierno regula los viajes al extranjero de los sujetos a movilización. Esto significa que pueden ser arrestados en las fronteras, con los culpables de deserción afrontando hasta cinco años de prisión.

Se pueden encontrar accione similares (en diverso grado) donde exista el servicio militar, incluso con sanciones mayores en tiempo de guerra.

Pago en vez de esclavitud

Los estados han reconocido implícitamente desde hace mucho tiempo la naturaleza esencial del servicio militar como una forma de impuesto. Por ejemplo, en Suiza, los jóvenes inútiles para el servicio militar tienen un impuesto adicional durante un periodo de años en vez de dicho servicio militar.

En otros lugares, como Estados Unidos, donde el existían servicios militares estatales y locales antes de la Guerra de Secesión, los que tenían medios podían evitarlo pagando un impuesto adicional de diverso tipo o pagando “sustitutos”.

Además, aquellos estados que puedan extraer grandes cantidades de recursos de la población general de una forma fiable y continua no necesitarían recurrir al servicio militar. Por ejemplo, en Estados Unidos, donde el estado de reserva del dólar permite al estado aumentar eternamente el gasto militar mediante monetización de la deuda, hay poca necesidad de un servicio militar. En este caso, el estado puede financiar continuamente campañas de propaganda para atraer voluntarios, pagar mercenarios asalariados y financiar proyectos que reemplacen al personal humano con capital, como en el caso de los drones y otras operaciones de control remoto.

Sin embargo, allí donde los estados disfrutan de menos independencia financiera, como en Rusia y Ucrania, los gobiernos deben confiar en confiscar directamente toda la capacidad productiva de ciertas personas durante varios años. De hecho, el servicio militar es a menudo también una señal de un gobierno tratar de iniciar una guerra de forma barata. Asimismo, en algunos casos, es políticamente más fácil imponer un impuesto del servicio militar del 100% sobre una minoría relativamente pequeña (hombres jóvenes) que sobre una porción mayor de los contribuyentes productivos.

La propaganda

Por suerte para muchos estados, pueden confiar en la ideología nacionalista para convencer y hacer que muchos de los  sujetos al servicio militar lo acepten. Estos esfuerzos por supuesto los animan los propios estados con sus propias campañas de propaganda y afirmaciones de que una tiene una deuda con el gobierno propio en forma de “obligación” y “servicio”. Esta “obligación”, por supuesto, se paga con el servicio además de los impuestos que pueda estar pagando en su juventud o pagará si vive para volver a la vida privada tras su servicio. Prácticamente en ningún lugar del mundo moderno el servicio militar es un sustitutivo de los impuestos pagados posteriormente al gobierno.

Los argumentos usados en los casos de servicios militares difieren poco de las mismas afirmaciones realizadas tratando de convencer a los ciudadanos de que paguen más impuestos. Como puede verse en este vídeo de propaganda de 1943 a favor de los impuestos de la renta,  los impuestos son algo que alguien debería pagar “alegre y orgullosamente”. Es más, los aumentos fiscales se atribuyen a la necesidad de realizar gastos militares: “Gracias a Hitler e Hiro Hito, los impuestos son más altos que nunca”. En otras palabras, si no se pagan con alegría los impuestos de la renta, se está apoyando a Hitler e Hiro Hito.

Servicio militar no equivale a defensa militar

El tema del servicio militar es independiente de la cuestión de la defensa militar. Los defensores del servicio militar obligatorio a menudo intentan mezclar los dos temas, pero, como ha demostrado J. R. Hummel, Estados Unidos, de la década de 1820 hasta la Guerra de Secesión, se basó casi exclusivamente en milicias semiprivadas para fines de defensa nacional, incluso en un momento en que las incursiones de las tribus indias eran una amenaza muy real en los estados del oeste. De hecho, señala Hummel, eran las milicias privadas las fuerzas militares más eficaces con los mejores historiales de éxitos comparadas con los grupos de reclutas. Esto no es sorprendente porque un ejército voluntario incluye naturalmente a aquellas personas que han elegido el trabajo militar, proporcionando asó las ventajas de una división voluntaria del trabajo.

Al mismo tiempo, si un gobierno es incapaz de atraer un número suficiente de voluntarios militares, si los reclutas tratan de huir del país y si los ciudadanos se resisten a pagar impuestos, esto debería ser un indicativo para todos de que (al menos desde el punto de vista de la persona media) la política exterior del gobierno deja mucho que desear.


Publicado originalmente el 13 de marzo de 2015. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.