Barreras para un mercado en ágil en Oriente Medio

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Según el historiador económico Timur Kuran, “Aproximadamente en torno al siglo X, Oriente Medio era una región desarrollada del mundo media por nivel de vida, tecnología, productividad agrícola, alfabetización o creatividad institucional. Solo China podría haber estado más desarrollada”. Sin embargo, hoy Oriente Medio es una víctima de impedimentos legales históricos que aumentan la preferencia temporal entre consumidores e inversores y está lleno de fracasos en restructurar el código legal islámico para ajustarse a los números cambios en la naturaleza del comercio.

Gobernanza corporativa

Uno de los impedimentos más críticos para las economías islámicas han sido históricamente las leyes de sociedades. Mientras que Europa estaba creando grandes empresas que tenían cientos, incluso miles de accionistas, los negocios en el mundo islámico tenían participaciones limitadas a no más de seis personas. La justificación se basa en la ley islámica de contratos, por la que si uno de los socios comerciales muere, la sociedad debe liquidar lo activos del fallecido y dárselos a los herederos. Sin embargo esto no implicaba que debía desaparecer el negocio con la muerte de un socio, pero la complicación añadida (compuesta por leyes hereditarias de la sharia se sesgo igualitario que decían que dos tercios de cualquier propiedad han de distribuirse entre parientes, tanto hombres como mujeres) hacía difícil que las empresas alcanzaran economías de escala debido a una falta de longevidad, especialización y predictibilidad dentro de las empresas bajo régimen islámicos.

Además, familias en muchas áreas han tendido a ser bastante grades debido a la práctica de la poligamia, así que, debido a que muchos herederos recibían la riqueza heredada, el negocio a menudo se limitaba a disolverse. Como señala Kuran: “Los empresarios de Oriente Medio minimizaban el riesgo de liquidación prematura manteniendo sus sociedades pequeñas y efímeras”. La consecuencia para las economías islámicas ha sido un esfuerzo a largo plazo por ponerse al día una vez comenzó la Revolución Industrial en Europa.

El legado de los habices

Algunos investigadores concluyen que el fatalismo cultural y religioso ha contribuido a la inadecuación de las economías de Oriente Medio, ya que la idea de que “todo está en las manos de Dios” permite que triunfe la indolencia. Pero hay una prueba más empírica de que el subdesarrollo actual de Oriente Medio se ha visto muy afectado por la burocratización de Imperio Otomano de los legados llamados habices.

Hay dos tipos de habices, dependiendo de su waqfiyya o acción, por medio de la cual el fundador del habiz decide cuál será su función principal. Había habices de caridad o habices familiares. Los habices de caridad se establecieron para una función social: para hacer que funcione un centro religioso y eventualmente se expanda para ocuparse de los pobres, proporcionado servicios sanitarios, escuelas, bibliotecas y la provisión general de bienes públicos. Los habices familiares, por otro lado, se usaban para establecer derechos de propiedad para familias que necesitaban un refugio seguro para guardar sus ahorros de la confiscación del sultán.

Debido a la santidad que se dio a los hadices, estaban teóricamente exentos de impuestos. Sin embargo, según Murat Cizacka, “Dados los gobiernos autoritarios en el poder, los gobernantes podían expropiar la propiedad privada por el bien de la umma”.

Además, cuando aparecían complicaciones en el caso de hadices familiares (ya que los hadices de caridad operaban bajo control del público y su utilización de recursos era transparente), tenían problemas más comprometidos que no podía resolverse fácilmente en los tribunales. Además, los legados eran a menudo destruidos o dañados por la guerra. Con el tiempo, estos asuntos llevaron a una expropiación y regulación cada vez mayor por parte del gobierno otomano. Entretanto, Europa está proporcionando servicios similares mediante un próspero sector empresarial con ánimo de lucro, así como adoptando la contabilidad de doble entrada y las sociedad anónimas. Según Kuran, “Los occidentales tenían acceso a bancos comerciales que podían canalizar capital tomado de las masas para aventuras productivas a gran escala”.

Esencialmente, el catalizador del estancamiento de los hadices fue su muy estricta adhesión al código religioso. La competencia a los hadices no estaba permitida por la sharia. Mediante el sistema legal, por regulación de la ulema, los hadices tenían el monopolio en la provisión de bienes públicos, incluyendo incluso el uso de libros escolares de texto.

Así que puede establecerse una correlación entre el periodo descentralizado de los hadices, en el que los países islámicos estaban en la cumbre del comercio internacional y la prosperidad, y la era del control centralizado por el estado otomano que llevó a una economía atrasada y subdesarrollada en Oriente Medio. Como dice Kuran, “el hadiz era económicamente ineficaz, debido a su perpetuidad, inflexibilidad, falta de autogobierno y ausencia de personalidad legal independiente”. Aunque una vez caracterizada por instituciones descentralizadas y más flexibles, que trajeron mayor prosperidad económica, las economías de Oriente Medio hoy se ven muy diferentes.

De la misma manera que el pueblo ruso fue víctima de los regímenes totalitarios rusos del pasado, la gente de Oriente Medio es hoy víctima de regímenes extractivos brutales, cuyo principal enemigo ha sido habitualmente su propio pueblo. Y, por desgracia, estos regímenes todavía pueden confiar en antigua instituciones restrictivas para controlar el mercado y enriquecerse.


Publicado originalmente el 25 de marzo de 2015. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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