“El dinero es la Institución social por excelencia, incluso aunque su base sea en un sistema bancario de reserva fraccionaria”
Jesús Huerta de Soto
Vivir con dólares o morir con bolívares.
En Venezuela luego de un continuo deterioro del poder de compra y perdida acelerada de credibilidad del bolívar, los ciudadanos parecen encontrarse en un encrucijada. Por un lado, fruto del irresponsable control de cambio y de precios vigente desde 2003 han desaparecido del mercado innumerable cantidad de bienes y servicios, incluso aquellos denominados de primera necesidad, las distorsiones infundadas han derivado en altos y alarmantes niveles de escasez a los que no escapa nada, papel higiénico, comida, medicina, productos de limpieza, hogar y aseo personal, etcétera.
El poder y la libertad de compra externa de los venezolanos también se han visto fuertemente restringidos por el impedimento al libre acceso de divisas que supone el control cambiario y que ha llevado al racionamiento (mal llamado cupo) a moverse del subsidio sin sentido al corralito cambiario, derivando incluso en la prohibición de salida del país al no existir la posibilidad de acceder a boletos aéreos denominados en bolívares y estar restringidos al acceso de divisas mediante el control cambiario, no se puede salir del país.
El generalizado control de cambios y precios ha creado distorsiones importantes en la economía, distorsiones que asfixian a los ciudadanos. El corralito cambiario ha hecho que ante la imposibilidad de muchos sectores industriales y comerciales para acceder a dólar preferencial acudan al mercado paralelo donde la libre cotización establece tasas muy superiores a las controladas, pero que sin duda es un espacio que permite el acceso a estas tan codiciadas divisas.
El corralito se ha extendido cada vez más, al ritmo que también disminuye aceleradamente el acceso a divisas subsidiadas, quienes quedan por fuera solo tienen la opción de acudir al paralelo, es así como el dólar paralelo ha pasado de ser un indicador sin sentido para el gobierno y algunos pocos, a ser el compás de referencia para los precios en el país. Hoy gran parte de los precios están referenciados “indexados, dolarizados” a la cotización de la tasa de cambio paralela, en este sentido la mayoría de los precios, es decir nuestros costos están dolarizados ya, la poca credibilidad del gobierno y las distorsiones paridas por el sistema socialista han hecho que los venezolanos no confíen en el bolívar como respaldo para sus ahorros e inversiones.
La mayoría de los precios de la economía están dolarizados, por no decir todos. El más importante precio, el que constituye el precio del trabajo, es decir -el acuerdo de intercambio de horas de trabajo por un salario monetario- nuestro salario y el de la mayoría de venezolanos se encuentra denominado en bolívares, es prácticamente una condena ganar en bolívares, un salario que crece en desproporción a la realidad, para no decir que realmente no crece en comparación a la inflación, los ingresos cada vez compra menos, mientras tu ganas en bolívares los precios en la economía están en dólares, indexados o como quieras llamarle, dólares a los cuales no puedes acceder libremente valga resaltar.
La desconfianza en el bolívar no es un proceso infundado ni mucho menos, es un proceso natural donde la mayoría de la sociedad ha decidido no poner su fe en esta moneda sometida a la reiterada política de control y abuso del gobierno que impulsa cada día más el deterioro de la capacidad de compra, ahorro y libre intercambio. Los ciudadanos hacen sus cuentas con una mentalidad dolarizada, que puede no ser la tasa real y de intercambio efectivo pero les protege de la inflación y las devaluaciones progresivas, es así como las distorsiones influyen en las expectativas y en los precios relativos, más aun sí oficialmente existen más de 3 tipos de cambios con amplias brechas entre ellos ( 6,3 Bs/$; 12Bs/$; 196,6 Bs/$ y 275,5 Bs/$ el paralelo **18/04/2015**), el proceso mental de cuentas de los ciudadanos ya se encuentra dolarizado y estos actuando de manera espontánea siguen la norma del mercado.
Recientemente anduve en el metro de Caracas y en silencio escuche con atención como un señor mayor recibía una llamada en la que supongo le preguntaban la cotización del dólar paralelo y él dio un cálculo estimado de referencia y con total fluidez asumió un margen de maniobra para la venta y compra que podría variar algunos puntos sobre la tasa, esta acción es una conducta constante para fijar precios de compra y venta de bienes y servicios hoy en día e incluso con estimaciones futuras que incorporan las expectativas de devaluación. Días atrás un amigo me comentaba que había ido a Margarita de vacaciones, Margarita para quienes no la conocen es una importante isla del país, conocida por sus playas y también por su rico pescado, pero mi amigo me decía que en esta oportunidad no se podía encontrar pescado en Margarita, porque los pescadores estaban recogiendo toda la pesca y vendiéndola en aguas internacionales en dólares, para ellos no servía de nada el mercado venezolano que solo podía pagar en bolívares.
Luego del paréntesis que me permití para acercar un poco más la idea de este artículo a mis experiencias personales, continuo con la inflación: la inflación ha pasado a ser el mayor enemigo de nuestro futuro, ahorro y los salarios, ya decía Hayek que los únicos que ganan con la inflación son los que viven de ella, es decir los políticos que a costa de popularidad inyectan dinero en la economía creando la inflación que finalmente padecerán los ciudadanos, y los otros son los que viven de hacer arbitraje, viven de comprar hoy porque saben que los precios mañana estarán más altos y así podrán vender con ganancia.
La inflación es el peor enemigo de los salarios, tiene el poder de destruir el dinero sin alterar su presencia física, es decir: destruye su poder de compra real, no su valoración nominal, es así como hoy puedes tener un billete de 100 bolívares que compre dos arepas, y mañana con el mismo billete en características y denominación solo puedas comprar una arepa, no más.
La realidad es que los más afectados son los pobres, incluso pese a que el gobierno insista en destruir las clases medias y altas de la sociedad. Son aquellos que algún día esperan superarse y crecer con el fruto de su trabajo y sus ingresos (si el Estado se los permite) los más perjudicados, quienes solo puede tener un salario mínimo mensual.
En Venezuela el Salario Mínimo es de bolívares 5.662,48. salario que además es modificado anualmente como costumbre reivindicativa, no podemos decir que incrementa porque solo corresponde a una acción nominal, su valor real se deteriora con la inflación que supera por mucho a las modificaciones que se hacen anualmente a los salarios mínimos.
Resulta interesante saber cuál es el Salario Mínimo Internacional, es decir el Salario Mínimo en dólares u otra moneda de referencia, así comparar cual es la condición de las clases más bajas respecto a los otros países en el mundo. Como el control de cambios imposibilita acceder a divisas a 6,3 Bs/$ a menos que sean para medicinas, comida y otras cosas que ellos consideren esenciales, así como tampoco se puede acceder a divisas de 12 Bs/$ a menos que se vaya a viajar, con la correspondiente ración que se otorga por destino, es entonces imposible que si un trabajador hoy por hoy decida transformar todo su salario mínimo a dólares pueda hacerlo bajo esas tasas, entonces usaremos como referencia las tasa del Sistema Marginal de Divisas (SIMADI) y la tasa del Dólar Paralelo marcado por la tasa de libre intercambio en frontera.
Para conocer cuánto es el Salario Mínimo Internacional (SMI) procedemos a dividir el monto mensual expresado en bolívares entre la tasa de cambio de cada opción, eso nos proporciona el Salario Mínimo Internacional por mes, para obtener el diario dividiremos entre 30 días, finalmente obteniendo el salario mínimo expresado en dólares por día, a continuación pueden observar los resultados en la siguiente tabla:
Salario Mínimo Internacional (SMI) de Venezuela
Salario Mínimo Nacional (Bs/mes) |
5.662,48 |
Tasa SIMADI (Bs/$) |
196,65 |
(1) Salario Mínimo Internacional ($/mes) |
28,79 |
(1) Salario Mínimo Internacional ($/día) |
0,96 |
Tasa Paralelo (Bs/$) |
275,58 |
(2) Salario Mínimo Internacional ($/mes) |
20,55 |
(2) Salario Mínimo Internacional ($/día) |
0,68 |
Fuente: Banco Central de Venezuela, Dólar Today. Cálculos propios en base a datos al 18/04/2015.
En base a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se puede considerar pobre a toda aquella persona que devengue un ingreso por debajo de la línea de 1 dólar diario, todo aquel que reciba de ingreso menos de un dólar por día es pobre.
Es lamentable decirlo pero en Venezuela hoy en día hay muchos pobres oficialmente, según los resultados que proporciona la tabla del Salario Mínimo Internacional. Si tomamos como tasa de cambio la de SIMADI, el SMI por día es de 0,96 centavos de dólar, pero si tomamos la tasa de cambio del dólar Paralelo, el Salario Mínimo Internacional por día es de 0,68 centavos de dólar. En ambos casos el SMI se encuentra por debajo de un dólar por día, más cerca quizás en una que en otra, pero finalmente debajo de la línea, pero estos resultados no son estáticos pues con el pasar de los días se deteriora más la confianza en el bolívar y el gobierno arrecia su ataque y cerca cada vez más el corralito cambiario, lo que hace que incluso las tasas de cambios sean crecientes y lleguen a variar en cuestión de horas, es así como la Tasa SIMADI se hace más alta a diario, cuando inicio hace meses solo era de 184 Bs/$ y hoy es de 196,65 Bs/$, la tasa del dólar paralelo gana cada vez más fuerza y crece violentamente hora a hora. Lo importante es que cada vez que el dólar gana terreno producto de la desconfianza e incertidumbre económica los venezolanos se hacen cada vez más pobres, incluso hora a hora.
Es por ello que los venezolanos cada hora que pasa se encuentran ante una terrible y angustiosa decisión, elegir entre vivir con dólares o morir con bolívares.
Willians Ruiz @williansruiz
Liberty & Capital – FreeMarket Consulting
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