La próxima generación de la Economía Austriaca: Ensayos en honor de Joseph T. Salerno

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[Extraído de The Austrian]

 

Joe Salerno, como Ludwig von Mises, no es solo un gran economista, sino también un gran profesor de economía. Desde 2005, ha estado a cargo del programa de miembros de verano del Instituto Mises. En este programa, licenciados pasan un verano en el Instituto. Se dedican a discusiones regulares y, bajo la dirección de Joe, preparan un trabajo de investigación. Tiene una capacidad magistral para distinguir de inmediato la dirección hacia la que va el argumento de un alumno. Luego responde con todos los recursos de su notable inteligencia y conocimientos y ofrece a este una guía cuidadosa a la hora de escribir el trabajo. Lew Rockwell señala adecuadamente: “Nadie puede ser más paciente, riguroso, detallista y encantador. Olvidad a Mr. Chips. Tenemos a Joe Salerno”.

Dado su manifiesto éxito como mentor, así como sus cálidas relaciones personales con los miembros, no es sorprendente que estos deseen expresarle su gratitud. ¿Qué mejor manera de hacerlo que un libro de ensayos en su honor? En The Next Generation of Austrian Economics, trece de los miembros han presentado, en un justo homenaje a Joe, investigación propia que desarrolla algunos de los temas centrales de su obra. El libro incluye también un prólogo de Lew Rockwell y un epílogo que resume expertamente las contribuciones de Joe a la economía, por parte de su amigo y colega Peter Klein.

Creo que es mejor aproximarse indirectamente al tema central en la obra de Joe, planteando la pregunta: ¿qué parte desempeña la historia en la teoría económica? En física, la investigación actual raramente actúa preguntando qué han tenido que decir los antiguos grandes científicos acerca de un problema. La física y la historia de la física son dos disciplinas distintas. No es así en filosofía, donde preguntar lo que pensaban Aristóteles o Hume o Kant a menudo ilustra preocupaciones presentes. ¿Qué pasa con la economía? Muchos economistas ortodoxos ignoran la teoría pasada, pero los economistas austriacos no.

Joe Salerno ejemplifica perfectamente la actitud austriaca hacia la teoría pasada. En el núcleo de su obra se encuentra la apropiación creativa de la teoría económica contemporánea de los grandes austriacos del pasado. Trabaja desde un conocimiento sin igual de la historia de la economía, especialmente en teoría monetaria. Murray Rothbard dijo de Joe que “ha realizado un trabajo notablemente creativo en la historia del pensamiento económico”.

Como señala Peter Klein, una idea clave de la interpretación de Mises por Joe es que “lo que Mises denomina como ‘cálculo económico’ es cálculo monetario”. Joe expone la esencia del asunto de esta manera: “La idea original y central de Mises es que el cálculo monetario es la herramienta mental indispensable para elegir el óptimo entre la enorme variedad de planes de producción intrincadamente relacionados que hay disponibles para emplear los factores de producción dentro del marco de la división social del trabajo”. En dos artículos clásicos “Ludwig von Mises como racionalista social” y “Mises y Hayek, deshomogeneizados”, aplicaba esta idea para llegar a una conclusión revolucionaria.

Muchos austriacos contemporáneos han seguido a Hayek al pensar en el mercado como un mecanismo para coordinar conocimiento disperso, mucho de él tácito. Ningún planificador central podría entender la enorme cantidad de conocimiento requerida para coordinar la economía, pero lo que ningún individuo o grupo puede hacer conscientemente, lo hace el mercado automáticamente. La coordinación de la economía es “el resultado de la acción humana, pero no del diseño humano”. Esta idea, se afirma, constituye la base del famoso argumento del cálculo de Mises contra la posibilidad del socialismo.

Salerno disiente enérgicamente de esta opinión. El argumento de Mises es sobre cálculo monetario, no conocimiento. El socialismo no podría funcionar ni siquiera si el planificador centralizado poseyera todo el conocimiento relevante. El cálculo monetario requiere un mercado.

Varios de los contribuidores del libro toman el tema de Joe de que la acción racional basada en el cálculo en dinero es esencial para el mercado libre. Mateusz Machaj pregunta y responde a una pregunta en una forma que manifiesta la influencia de Joe: “¿por qué hacer un diferencia entre conocimiento ‘hayekiano’ y ‘misesiano’? Nos inclinamos a hacerla porque Mises destacaba el papel de los precios en la economía, mientras que Hayek intentaba ir más allá y centrarse en algo por debajo de los precios: las funciones de producción. Para el primero, los precios en sí eran interesantes. Para el segundo, tenía que haber algo más sustancial escondido tras dichos precios”.

Machaj deja claro que su acuerdo con Salerno en que el cálculo socialista es imposible porque al planificador le falta el conocimiento misesiano, en lugar del hayekiano. “El poseedor centralizado bajo el socialismo tiene precisamente el siguiente problema: no puede conocer actividades de asignación basadas en ofertas actuales de precios. No está en disposición de saber lo que harían los propietarios privados y cómo excluirían estos a los demás en el proceso de mercado. Es capaz de recoger datos de precios pasados e incluso ofertas de precios justo antes de la completa nacionalización de los recursos, pero no puede saber qué actividades de asignación se habrían llevado a cabo bajo propiedad privada. Incluso si conociera todo el conocimiento hayekiano relevante, esto no bastaría para resolver los problemas de asignación bajo el socialismo, ya que tendría que conocerse todo el conocimiento misesiano”.

Matthew McCaffrey también acepta por completo la línea de razonamiento de Joe. “El cálculo proporciona, entre otras cosas, una baje para el juicio de los empresarios con respecto a la dirección de los factores. Más profundamente, el cálculo es en realidad la característica fundamental de un sistema económico racional, que es sencillamente imposible en su ausencia, como pasa en las sociedades socialistas”. McCaffrey hace un uso eficaz de este punto para criticar la comprensión del empresario de Israel Kirzner, que “no puede incorporar toma de decisiones económicas ordinarias en el emprendimiento”.

Como señala Klein, Joe también ha destacado la importancia de una aproximación austriaca propia a la “economía mundana”, es decir, a la explicación de valores y precios. Esta aproximación, que deriva de Menger y Böhm-Bawerk, es causal-realista y difiere de las posturas walrasianas de Wieser, Schumpeter y Hayek. Mises y Rothbard extendieron la aproximación de Menger y uno de los logros fundamentales de Joe es traer a la luz y aclarar de forma brillante los temas que están aquí en juego.

En una compleja explicación, Xavier Méra contribuye a la teoría causal-realista de precios mediante un análisis de Mises y Rothbard sobre los precios de monopolio. Amos sostenían que un precio de monopolio depende de que el vendedor afronte una curva inelástica de demanda. Méra sostiene que esto solo es verdad en lo que él llama el recorrido inmediato. “Sin embargo, las cosas son distintas una vez uno se centra en los puntos de decisión de producción, cuando la gente trata de maximizar la renta neta y no necesariamente la renta bruta. Aumentar la renta neta propia restringiendo la producción propia de un bien es posible incluso si se afronta un plan elástico de demanda por encima del precio del mercado libre, siempre que los gastos medios propios de producción  caigan a un ritmo lo suficientemente alto (o aumenten lo bastante lento). Todo lo que se requiere realmente es que los gastos totales caigan más que la renta total. La consideración decisiva  no es la inelasticidad de la demanda”. Apunta que, ocasionalmente, Mises y Rothbard sí reconocieron la que él considera la postura correcta, pero en su mayor parte no lo hicieron. No trataré de evaluar si su crítica es correcta.

En su cuidadosa atención a Rothbard, Méra ilustra otro tema clave de la obra de Joe. Joe no es solo un misesiano, sino también un rothbardiano. Rothbard, ha demostrado una y otra vez, fue el mayor seguidor de Mises y, por derecho propio, uno de los mayores economistas. La devoción de Joe por Rothbard a lo largo de toda su carrera a sido constante.

He podido explicar solo unos pocos de los ensayos de esta valiosa colección, pero debería estar claro de lo que ya se ha dicho que, en los jóvenes economistas aquí representados, el futuro de la economía austriaca está en buenas manos. Esto tenemos que agradecérselo a Joe Salerno.


Publicado originalmente el 4 de mayo de 2015. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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