El Methodenstreit de la escuela austriaca de economía

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La Escuela Austriaca de Economía es parte de una tradición de alrededor de quinientos años que se ha especializado en estudios en los campos de filosofía, derecho, sociología, política y ética, además de economía. Surgió en el Siglo XVI con las investigaciones que hicieron los escolásticos españoles como Juan de Lugo, Juan de Salas, Diego Covarrubias y Leyva, Luis Saravia de la Calle, Azpilcueta Navarro, Luis de Molina y Juan de Mariana; sobre el surgimiento de las instituciones, el valor subjetivo de las cosas, el rol del dinero y la creación de inflación, las limitaciones del Estado y la forma en la que toman las decisiones los individuos dentro de un marco jurídico y social dado. Más tarde, en el Siglo XVIII en Francia hubo grandes pensadores como Turgot, Say y Cantillon que desarrollaron investigaciones similares a las de los escolásticos. Aunque sus conclusiones diferían en ciertos aspectos coincidan en la defensa del principio de libertad, propiedad privada, el orden espontáneo que da surgimiento a las instituciones que permiten que las sociedades funcionen y la subjetividad de la valoración que hace cada individuo. Por lo tanto, para el año en que Adam Smith publicó el libro La riqueza de las naciones existía una teoría económica desarrollada y fundamentada. Sin embargo las teorías española y francesa no fueron tomadas en cuenta, la española porque al ser desarrollada por escolásticos estaba escrita en latín, un idioma que muy pocas personas conocían en Inglaterra, y fueron reemplazadas por la teoría de Adam Smith y de David Ricardo que quitaban el valor subjetivo para darles un valor inherente a los bienes, es decir que cada bien tiene su propio valor, sin importar quien lo está evaluando.

El nombre Escuela Austriaca de Economía surgió en un principio como un peyorativo que usaba la Escuela Historicista Alemana cuando se referían a la teoría expuesta por Carl Menger en su libro Principios de Economía, escrito en 1871, por lo que se toma ese año como el año de nacimiento de la Escuela Austriaca y a Carl Menger como su iniciador. Carl Menger fue uno de los economistas que, junto a William Stanley Jevons y a León Walras, dieron un cambio radical a la dirección que estaba tomando el desarrollo de la economía e introdujeron la valoración subjetiva de los bienes, es decir que ningún bien tiene un valor propio, sino el valor que cada individuo decida darle. A este cambio se lo conoce como la revolución marginalista, o mejor llamada revolución subjetivista, en donde se retomaron principios ya expuestos anteriormente por los escolásticos españoles y que habían sido dejados de lado por cientos de años. Menger tuvo dos aportes muy valiosos para la teoría económica. En primer lugar teorizó el proceso de acción en el que los individuos  llevan a cabo la producción de diferentes bienes (bienes de órdenes superiores) que sirven para elaborar bienes de consumo (bienes de primer orden) que satisfagan directamente las necesidades humanas. Explicó que para llegar a tener un bien de primer orden se necesitan varios bienes de segundo orden que podemos verlos como insumos y capital para producir el bien de consumo, por ejemplo la harina de trigo, la mantequilla y el horno son bienes de segundo orden para producir un bien de primer orden, en este caso el pan. De la misma manera para tener un bien de segundo orden, por ejemplo harina de trigo, se necesitan varios bienes de tercer orden, como por ejemplo trigo y un molino, y de esa forma podríamos seguir con el proceso de producción del molino, o del trigo. El segundo aporte fue el análisis de las instituciones sociales, y es aquí donde empezó el primer  round del methodenstreit (controversia teórica) contra la Escuela Historicista Alemana. Menger descubrió que las instituciones son el resultado de un proceso social formado por varias acciones humanas que, dadas ciertas circunstancias de tiempo y espacio, descubrieron antes que otros una forma más fácil de conseguir sus fines si adoptan cierto comportamiento en conjunto. De esta forma se da un proceso de prueba error descentralizado en el que prevalecen los comportamientos que mejor coordinan los desordenes sociales y a través de un proceso inconsciente de imitación este comportamiento se generaliza. Como consecuencia de estos procesos surgen instituciones que facilitan la vida en sociedad, tales como el dinero, las reglas y el comportamiento moral y las formas de comunicación. Esto desembocó en una discusión sobre la metodología apropiada para el estudio de la economía, debido que las valoraciones de los fines y de los medios son subjetivas y que las sociedades tienen un orden espontaneo, que no permite un estudio cuantitativo de las mismas, es necesaria una teoría elaborada a partir de axiomas a priori y no puede basarse en estudios empíricos, donde no se puede definir la relación causal directa. A partir de esto Menger fundamentó la teoría evolucionista de los procesos sociales, que difería de la teoría defendida por la escuela historicista en la que negaban la posibilidad de la existencia de universalidad en la teoría económica por un lado y se basaban en datos empíricos para formular su teoría por el otro. El predominio de la Escuela Historicista en el mundo académico llevó a que la teoría de Menger sea dejada de lado por gran parte de economistas, a excepción de Friedrich von Wieser, Alfred Marshall y Eugen Böhm-Bawerk, siendo este último el que continuaría su desarrollo.

Así como Menger tuvo que enfrentarse a la Escuela Historicista, Böhm-Bawerk tuvo varios enfrentamientos. El primero, y más importante, fue con John Bates Clark, que no creía en el dinamismo propuesto por Menger ni en su propuesta de que la producción es un proceso de varias etapas en las que se transforman bienes de órdenes superior en bienes de órdenes inferiores. Para Clark el capital era un fondo que se reproducía por sí mismo, por lo tanto la producción era instantánea y no se necesitaba incluir al tiempo en dicho análisis, por consiguiente la tasa de interés está dada por la productividad marginal del capital. La tesis de Clark hace necesario un equilibrio estático y no puede darse en un mundo dinámico, por lo que Böhm-Bawerk lo criticó como el entrometimiento definitivo de la concepción estática de equilibrio en la economía y un cambio que tendría graves consecuencias en el desarrollo de la teoría económica. Tal como Böhm-Bawerk lo predijo todos los economistas neoclásicos que lo siguieron se dieron cuenta que para sustentar su teoría necesitaban descartar al tiempo y convertir a la economía en una ciencia que estudia eventos estáticos. El segundo enfrentamiento lo tuvo con Karl Marx debido a que este no tomaba en cuenta la subjetividad de las preferencias en el tiempo, que eliminaban la potencia del análisis de la plusvalía y la explotación. El tercer enfrentamiento fue con Alfred Marshall, quien había retomado la teoría ricardiana del lado de la oferta, afirmando que la misma se definía por los costos de producción y trató de incluir el concepto de costo de oportunidad en este análisis, provocando graves consecuencias en la teoría económica.

El tercer round del methodenstreit se dio entre la tercera generación de economistas de la Escuela Austriaca con Ludwig von Mises como el representante más importante. La batalla más importante de Mises fue contra el socialismo, pues el demostró su imposibilidad basándose en los conceptos de subjetivismo y dinamismo expuestos por Menger, a partir de esos conceptos se puede afirmar que toda valoración y desarrollo de conocimiento se hace a partir de una acción empresarial (entiéndase empresarial como toda acción humana de creación). Por lo tanto cualquier sistema coercitivo, como el socialismo, distorsionaría las valoraciones y prevendría la creación y transmisión de información necesaria para que exista coordinación en la sociedad. El segundo enfrentamiento se dio en el campo de la macroeconomía entre Friedrich August von Hayek y los economistas de Cambridge, en especial contra John Maynard Keynes, que se ve resumida en el siguiente cuadro tomado hecho por Jesús Huertade Soto.

Escuela Austriaca

Escuelas neoclásicas

(monetarista y keynesiana)

1.- El tiempo tiene un rol esencial.

1.- El rol del tiempo es ignorado.

2.- El “Capital” es considerado un grupo heterogéneo de bienes de capital que son utilizados constantemente y deben ser reproducidos.

2.- El Capital es un fondo homogéneo y se reproduce por sí mismo.

3.- El proceso productivo es dinámico y se divide verticalmente en varias etapas.

3.- El proceso productivo es considerado un proceso horizontal, tiene una sola dimensión y se lo considera en equilibrio.

4.-El dinero afecta el proceso productivo al alterar la estructura relativa de precios.

4.-El dinero afecta el nivel general de precios, los cambios relativos en los precios no son considerados.

5.- Explica la macroeconomía en términos microeconómicos (precios relativos).

5.-Los agregados macroeconómicos no permiten no permiten hacer un análisis de las situaciones microeconómicas subyacentes.

6.- Tienen una teoría sobre las causas endógenas de las crisis que explica su naturaleza recurrente.

6.- No tiene una teoría endógena de los ciclos, las crisis se deben a factores exógenos (errores en la política monetarios y/o factores psicológicos).

7.- Tiene una teoría del capital desarrollada.

7.- No tiene teoría del capital.

8.- El ahorro tiene un rol esencial y determina el cambio longitudinal en la estructura productiva y el tipo de tecnología que será usada.

8.- El ahorro no es importante. El capital se reproduce a sí mismo lateralmente (más de lo mismo) y la función de producción es fija y está dada.

9.- La demanda por bienes de capital varía inversamente a la demanda de bienes de consumo. (Toda inversión requiere ahorro y, por lo tanto, un sacrificio en el consumo en el tiempo).

9.- La demanda de bienes de capital varía en la misma dirección que la demanda de bienes de consumo.

10.- Se asume que los costos son subjetivos y que no están dados.

10.- Los costos de producción son objetivos, reales y se consideran dados.

11.- Se considera que los precios de mercado tienden a determinar los costos de producción, y no vise versa.

11.- Se considera que los costos de producción históricos determinan los precios de mercado.

12.- La tasa de interés es considerada como un precio de mercado determinada por valoraciones subjetivas por las preferencias sobre el tiempo. Se la utiliza para descontar el valor presente de un flujo futuro de un sacrificio actual hacia el cual el precio de mercado de cada bien de capital tiende.

12.- Se considera que la tasa de interés tiende a ser determinada por la productividad o eficiencia marginal del capital y está concebida como la tasa de retorno interno que hace que el flujo interno esperado de sacrificios actuales se iguale al costo de producción histórico de bienes de capital (que es considerado como dado e invariable). Se considera a la  tasa de interés como un fenómeno monetario.

Estas controversias, en especial la de la imposibilidad del socialismo forzaron a los Austriacos a redefinir su posición metodológica, darse cuenta de sus implicaciones y la distancia abismal entre su metodología y la neoclásica. Se debe a esto que Mises haya definido la metodología Austriaca como opuesta al uso de las matemáticas en la economía y al positivismo en otros estudios. Hayek al igual que Mises criticó el uso de la econometría y la matemática al punto de catalogar a Milton Friedman como uno de los economistas más peligrosos que ha conocido y a su libro Essays in Positive Economics como un libro muy peligroso. En la actualidad siguen dándose varias controversias de las cuales han surgido grandes economistas como George Reisman, David Friedman y Walter Block entre otros. La Escuela Austriaca de Economía ha tomado fuerza en las últimas tres décadas, sigue creciendo y cada vez es más conocida a pesar de ser heterodoxa desde su metodología hasta en sus propuestas sobre el manejo del Estado. La teoría Austriaca ha estado relegada de las aulas de clase y el mundo académico dominado por el Mainstream, por lo que los Austriacos tienen un camino muy difícil por recorrer porque sus recomendaciones son políticamente incorrectas a pesar de tener fundamentos muy sólidos y lógicos, y se la encasilla en el mismo grupo de los monetaristas, neoliberales o hasta grupos radicales de derecha sin tener ni si quiera similitudes.

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