Cinco leyes a abolir el Día de la Independencia

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liberty2Por desgracia, el Día de la Independencia se ha convertido para muchos en un día para celebrar el gobierno de Estados Unidos. El acontecimiento histórico real tras este día, sin embargo (la adopción de la Declaración de Independencia) fue una acción ilegal de desafío político que llevó a la secesión y la eliminación de todo un sistema de gobierno mercantilista en Norteamérica.

Además, resulta bastante anacrónico relacionar el moderno estado-nación unificado conocido como “los Estados Unidos” con este acontecimiento y no tiene sentido invocar nada que tenga que ver con la Constitución de 1787.

De hecho, como ha apuntado Jeffrey Rogers Hummel, la Constitución bajo la que trabajamos hoy representa una contrarrevolución contra el espíritu de 1776. El espíritu de 1787, por el contrario, trataba de tomar aquello a lo que la Declaración de Independencia se refería repetidamente en plural como “estados libres e independientes” y ahormarlo dentro de un estado unificado.

Por suerte, los federalistas (los ahora ignorados y llamados “padres fundadores”) fracasaron en parte y fueron derrotados por los antifederalistas que reclamaban un Declaración de Derechos (la única parte de laissez faire de la Constitución) que obstaculizó temporalmente los intentos centralizadores de los federalistas.

Pero como la propia Constitución es contraria a lo que se celebra en el Día de la Independencia, también podemos varias leyes del Congreso desde 1787 que quizá hayan hecho parte del mayor daño a la hora de deshacer lo que habían pretendido los revolucionarios.

La Ley Judicial de 1789

Desconocida para muchos, todo el sistema de tribunales federales fuera del Tribunal Supremo deriva de esa única ley aprobada durante la primera sesión del Congreso. En ese momento hubo una feroz oposición por muchos en Estados Unidos que entendían que un sistema federal de tribunales permitiría la extensión del derecho federal hasta los propios estados supuestamente independientes. La ley creaba la oficina del Fiscal general y el sistema de apelación de los tribunales que hoy permite al Tribunal Supremo ejercitar la jurisdicción de apelación sobre buena parte de los aspectos de la vida dentro de Estados Unidos. Sin estos tribunales, el Tribunal Supremo estaría limitado  a sus pocas áreas de jurisdicción original. Así, sin el sistema de tribunales federales, no habría tribunales a través de los cuales se regularan cosas como la prohibición de las drogas, matrimonio, aborto, salarios y toda la panoplia del estado regulatorio federal moderno.

El Tratado de compra de Luisiana

Thomas Jefferson anunciaba la firma del Tratado de compra de Luisiana el 4 de julio de 1803. Jefferson consideraba la compra una gran victoria para su calificado sin ironía plan de “Imperio de la Libertad” en el que Estados Unidos extendería la “libertad” por la fuerza en toda Norteamérica.

La compra de Luisiana tendría efectos de mucho mayor alcance sobre toda la naturaleza de la confederación americana y sobre le derecho constitucional. El control directo del Congreso sobre territorios en el oeste había sido siempre un sueño de nacionalistas y centralizadores y la compra de Luisiana dio al gobierno de EEUU acceso a enormes nuevos recursos más allá del control de cualquier estado. La defensa de estas tierras federales requirió una expansión de la fuerza militar federal y aparato mucho mayor de derecho federal para administrar las tierras.

Además, estas nuevas tierras federales crearon en muchos la impresión de que los estados se crearon a partir de tierras federales, en lugar de que los poderes federales fueran concedidos al gobierno central por los estados. Esta última afirmación de los antisecesionistas de que el gobierno federal creó los estados y no a la inversa, debe mucho a la compra de Luisiana y ahora mismo el gobierno federal controla directamente más del 50% del territorio en la mayoría de los estados occidentales.

La Ley de Milicias de 1903

Antes de la adopción de la Ley de Milicias, la ley era ambigua con respecto a cómo el gobierno federal podía tomar el control de las milicias estatales para usarlas en sus guerras. Algunos estados se resistieron al uso de sus tropas en la invasión de Canadá durante la Guerra de 1812, por ejemplo, y los políticos federales afrontaron la onerosa tarea de convencer a los gobiernos estatales para que ofrecieran milicias estatales para el servicio militar.

Las realidades políticas implicaban que los gobiernos estatales estaban a menudo más que encantados complaciéndole, por supuesto, pero sin embargo permanecía el riesgo de que los estados pudieran ofrecer una resistencia real e importante a guerras impopulares reteniendo el apoyo militar. Naturalmente, esto era muy incómodo para el gobierno federal, así que con la excusa de repeler a fantasmas extranjeros y mejorar la “eficiencia”, las fuerzas armadas de Estados Unidos se unificaron, permitiendo a los presidentes tomar el control de las milicias estatales siempre que quisieran. Hoy las milicias han sido reemplazadas por los adjuntos al ejército federal conocidos como “Guardia Nacional”.

La Ley de Ingresos de 1913

En 1913, la Constitución de EEUU fue enmendada para permitir al Congreso recaudar impuestos sobre la renta personal. Sin embargo la enmienda no ordenaba un impuesto sobre la renta, así que ese mismo año el Congreso aprobó permitir la legislación que crea el impuesto sobre la renta tal y como lo conocemos hoy. Desde entonces, los presupuestos federales se han disparado, las cargas fiscales han aumentado y ahora sencillamente se acepta que el gobierno federal debería poder examinar todos los aspectos de nuestra vida financiera para asegurarse de que se está pagando “lo que se debe”. La privacidad fiscal es ahora solo un recuerdo lejano.

La Ley de la Reserva Federal de 1913

Aunque Estados Unidos había tenido antes bancos centrales, la Reserva Federal, creada en 1913, es con mucho el más resistente y poderoso. A lo largo de años, la Fed se ha convertido en un mastodonte que hace de todo, de regular el sistema financiero a monetizar la deuda para crear liquidez sin fin para sus amigos en Wall Street, quienes (gracias a la Fed) nunca tienen que afrontar las consecuencias de sus malas decisiones de inversión. En otras palabras, la Fed es una institución que es el sueño de una capitalista mercantilista y compinche, permitiendo a los ricos y poderosos extraer riqueza contante y silenciosamente a las mayorías sin poder que tienen dólares de EEUU y están sometidas a los caprichos del sistema financiero demasiado grande para quebrar.

¿Qué estamos celebrando?

En 1776, pocos imaginaban o veían un futuro de bancos centrales, deuda nacional masiva, ejércitos permanentes o un sistema legal federal que regulara las vidas diarias de los estadounidenses hasta los detalles más nimios. En realidad, si al soldado revolucionario típico se le hubiera contado que un futuro así esperaba a este país, probablemente se hubiera ido a su casa de inmediato, ya que un futuro así probablemente le parecería incluso peor que seguir sometido al benigno olvido de la Corona Británica.

Aun así, a pesar de todo esto, nada puede cambiar el hecho de que la fiesta nacional de Estados Unidos se basa en un acto de traición y secesión y que la Declaración de Independencia nació de una generación de contrabandistas y “criminales” que rechazaban recibir órdenes de un gobierno mucho más poderoso y bien armado. Es una realidad que todavía puede resultar incómoda para nuestro gobierno y muchos otros en el futuro.


Publicado originalmente el 4 de julio de 2015. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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