Decía Borges que ser colombiano es un acto de fe y quizás sin ser muy conscientes de eso fue que desde hace cuatro años asumimos la actitud ferviente de creer que podemos posicionar un seminario de la Escuela Austriaca de talla internacional desde Colombia… y ¡vamos para el tercero!
Tampoco fue una cosa milagrosa, y no solamente por el trabajo que ha requerido gestionarlo, lo cierto es que había algo de perspicacia empresarial al reconocer que en el país hay muchas expectativas por un nuevo proceso de internacionalización a partir de una reapertura hacia el comercio global, una dinámica a la que le ha faltado una mejor comprensión de los fundamentos del proceso de mercado y sumando dos más dos el resultado ha aparecido de manera evidente: si quieres más comercio internacional necesitas entender mejor el comercio. Si quieres aumentar el nivel de riqueza en una sociedad tienes que comprender los elementos que permiten que se desarrolle.
Sin embargo, quizás el tema más crucial no ha sido la relativa disposición de un mínimo de participantes sino y sobre todo la magnifica receptividad que hemos tenido de los conferencistas internacionales, su respaldo ha sido la inspiración en medio de las zozobras de este emprendimiento.
Receptividad que hemos encontrado desde el principio con personas de la talla de Lawrance White, Peter Klein, Adrian Ranvier, en el primero, George Selgin, María Blanco, Leonidas Zelmanovitz, Eduardo Mayorga, Maria Pia Paganelli y nuevamente, el inmenso Lawrence White en el segundo. Con sus conferencias, respuestas y sugerencias tanto en los eventos como en los pasillos la perspicacia empresarial fue alimentada de múltiples retroalimentaciones positivas. ¡Muchas gracias! ¡Sin los dos primeros no habría un tercero!
Y qué decir de la respuesta para el que tenemos por delante donde seis gigantes de la libertad se “colombianizaron” creyendo en el nuevo evento, el nuevo desafío, muy agradecidos con todos. Stephen Horwitz, Thomas DiLorenzo y Peter Klein fueron las bajas sensibles de unas gestiones que pasaron por una montaña rusa de potenciales compromisos y apoyos. ¡Pero los tendremos! ¡No se les olvide que esto es Colombia y aquí la gente persevera!.. Además y sobre todo… ¡Los necesitamos! No les pedimos venir solamente porque son seres humanos maravillosos, los temas que han trabajado son demasiado pertinentes para lo que hay por hacer desde acá… el área del seminario que terminó sacrificada fue finalmente la de epistemología austriaca en dónde hay enormes posibilidades.
Sin embargo muchos factores indican que el núcleo del pasado y del futuro de los seminarios será el tema monetario, lo que es fascinante y fundamental. No solamente porque es un área donde la Escuela Austriaca tiene un gran ventaja sobre las demás perspectivas teóricas sino porque dialoga en este momento con las mayores preocupaciones y cambios que se están generando alrededor de planeta. Petróleo, dólar, euro, monedas digitales, mercados de capitales y sistemas financieros… todo imbricado con los planteamientos de fondo que se han realizado desde los “Viena Boys”.
Por eso la presencia de Joseph Salerno y Jörg-Guido Hülsmann llega literalmente “caída del cielo”, titanes de la tradición austriaca que expondrán los fundamentos éticos, teóricos e institucionales de un sistema monetario que realmente funcione en servicio de la creatividad empresarial de los seres humanos, desenmascarado al mismo tiempo las perversas consecuencias de los errores intervencionistas en la vida cotidiana y la corrupción cultural que generan. Es el “sentido común” refutando los “lugares comunes”.
Además como en toda fiesta inolvidable hay un acto sorpresa, en esta también la tenemos, y para el evento se llama Butler Shaffer, filósofo jurídico de la principal institución de una sociedad pacífica y civilizada: la propiedad privada. En este caso la sorpresa es doble, no solamente porque los asistentes verán a un abogado defendiendo lo que generalmente sus colegas se han esforzado por relativizar, sino porque la Universidad del Magdalena que ha sido su patrocinador lo llevará a conocer el Caribe trasladándolo después del evento hasta Santa Marta, la ciudad por dónde entró el Quijote remontando el Río Magdalena para fundar a Bogotá y en donde Bolívar se liberó de su cuerpo terrenal.
Todo esto habría sido imposible sin las organizaciones y las personas en ellas que han respaldado la actividad. El Parlamento Andino incorporando en el debate de la profundización de las relaciones comerciales intrarregionales, el problema de las políticas monetarias y sus implicaciones en el desarrollo de una complementariedad comercial entre los países, haciendo además una gala del verdadero espíritu parlamentario al abrirle espacio a ideas desafiantes. La prestigiosa Universidad Nacional que por tercera vez respalda la ampliación de la oferta intelectual tradicional de los currículos académicos exponiendo a su comunidad intelectual al rigor de otros enfoques. Metodologías y paradigmas. El capítulo de Administración de Empresas de la Asociación de Ex-Alumnos de la Universidad de Los Andes quien por segunda vez reitera su compromiso con integrar al sector privado con los debates académicos más relevantes para el ejercicio profesional en el desarrollo de más y mejores empresas.
La recién fundada Universidad Elite quien se incorpora en este proceso trayendo la ambición pedagógica de sus creadores de elevar el nivel de la educación superior en el país asumiendo sin rodeos los principales debates que requieren darse en cada una de las áreas de proyección económica en la que han valorado hay potencial de realización personal para sus estudiantes. Y por supuesto, valga la pena reiterarlo, la Universidad del Magdalena que se ha puesto a si misma por encima de las distancias físicas nutriendo de una maravillosa diversidad regional el evento sino que con su participación han traído los mejores vientos marinos y han permitido que este evento haya llegado a buen puerto.
Por último y como todo evento académico es a la vez una aventura empresarial, y con el permiso de los amigos del Mises Hispano es importante hacerle el mayor reconocimiento a quien menos quiere recibirlo, a Félix Salcedo, quien desde su rol de Director de la Fundación Hayek Colombia, asumió las dificultades y sin sabores de un proceso como este, coordinando expectativas, intereses y posibilidades y encarnando en cada etapa esa definición de Borges de lo que es ser un colombiano como “un acto de fe” … en su caso un acto de fe en la libertad. ¡Muchas Gracias Félix!
Nota: Y por supuesto: ¡Muchas gracias Fabricio Terán por invitarnos a transmitir desde Mises Hispano esta perspicacia académica del Tercer Seminario Internacional de Escuela Austriaca – Bogotá 2015! (28 – 29 julio)
Publicado por Alejandro Bermeo.
