Cómo los préstamos a estudiantes crean demanda para programas de grado inútiles

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diploma2La semana pasada, el exsecretario de educación y senador de EE. UU., Lamar Alexander, escribía en el Wall Street Journal que un grado universitario es al tiempo asequible y una excelente inversión. Repetía el tópico habitual de cómo un grado universitario aumenta las ganancias a lo largo de la vida en un millón de dólares, “en promedio”. Esa parte acerca de los promedios es quizá la más importante, ya que, indudablemente, no todos los grados universitarios son iguales. De hecho, una vez empezamos a mirar los detalles, descubrimos que un grado puede no ser el buen negocio que muchos impulsores de la educación superior parecen pensar que es.

En mi estado natal de Minnesota, por ejemplo, el coste de obtener un grado de cuatro años en la Universidad de Minnesota para un residente de Minnesota, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Manitoba o Wisconsin es de 100.720$ (incluyendo alojamiento y alimentación y otros servicios). Sin embargo, en las universidades privadas de Minnesota, como St. Olaf, la situación es incluso peor. Un grado de cuatro años en esta institución costaría 210.920$.

Este coste puede compararse contra un salario medio inicial para graduados de 2014 de 48.707$. Sin embargo, igual que las cifras del PIB, esta cifra es equívoca porque es un promedio de todas las personas que han conseguido un grado de cuatro años en cualquier campo académico. Respecto de la deuda media del préstamo estudiantil de una persona que se graduara en 2013, en torno al 70% de estos graduados abandonó la universidad con una deuda media de 28.400$. Esto implica que el alumno medio empieza a devolver estos préstamos seis meses después de graduarse o después de abandonar la universidad sin graduarse. La realidad de esta situación es que, suponiendo un tipo de interés para este tipo de préstamos del 6,8% y un plazo de devolución de diez años, el estudiante medio estará pagando 326,83$ cada mes durante 120 meses o una devolución total acumulada de 39.219,28$. Dependiendo del trabajo del estudiante, esta cantidad puede ser una importante carga financiera para el graduado medio.

No todos los grados tienen el mismo valor

Por desgracia, no hay incentivo de precios para que los estudiantes elijan los grados que es más probable que les permitan devolver sus préstamos rápida o fácilmente. En otras palabras, estos préstamos federales a estudiantes están subvencionando una falta de discriminación en la elección de carrera de los alumnos. Una persona que trata de graduarse en ciencias de la comunicación puede acceder a los mismos préstamos que una que se gradúe en ingeniería. Ambos estudiantes pagarían también el mismo tipo de interés, lo que no ocurriría en un mercado libre.

En un mercado no intervenido, los grados que tengan una mayor probabilidad de impago deberían pagar un tipo más alto de interés  sobre el dinero prestado que los grados con menor probabilidad de impago. En resumen, no es solo que la subvención del gobierno federal esté aumentando el coste de la universidad, sino el hecho de que está aumentando la demanda de carreras con salarios bajos y alta tasa de impago, porque los préstamos para estos grados se proporcionan al mismo precio que los que generan salarios altos a su poseedor, con una baja probabilidad de impago.

¿Y qué programas son los más probables que beneficien al estudiante? Las cinco licenciaturas mejor pagadas incluyen: ingeniería petrolífera, matemática actuarial, ingeniería nuclear, ingeniería química e ingeniería electrónica y telecomunicaciones, mientras que las cinco peor pagadas son: ciencias zoológicas, trabajo social, desarrollo y psicología infantil, estudios teológicos y sacerdotales y desarrollo humano, estudios familiares y servicios relacionados. La ingeniería petrolífera tiene un salario inicial medio de 93.500$, mientras que las ciencias zoológicas tienen un salario inicial medio de 32.700$.Esto se descompone en un salario mensual para el ingeniero petrolífero de 7.761,67$ frente a una persona que trabaje en ciencias zoológicas con un salario mensual de 2.725$. Basándonos en la paga mensual media mencionada, esto equivaldría a una carga del 4,2% de la renta mensual (ingeniero petrolífero) frente a una carga del 12% de la renta mensual (ciencias zoológicas). Esta carga de deuda se exacerba por el hecho de que ahora es casi imposible deshacerse de las deudas de préstamos a estudiantes incluso si uno se declara en quiebra.

Ignorar carreras que no requieren un grado

Al mismo tiempo hay pocos programas públicos de préstamos dirigidos a financiar una educación en oficios. Y aun así, para muchos posibles estudiantes universitarios, aprender un oficio podría ser una opción mucho más lucrativa. Utilizando como ejemplo el fontanero, el fontanero medio gana 53.820$ anuales con el empresario pagando al aprendiz un salario y formación.

Reconociendo el hecho de que este salario medio es para maestros fontaneros, sigue siendo igual a una diferencia salarial de 20.000$ entre él y el de alguien con un grado en ciencias zoológicas sin tener además ningún préstamo universitario. Aparte de conseguir un grado de cuatro años en ciencias, tecnología, ingeniería, matemáticas o contabilidad, contando con un salario inicial medio de 53.300$, la enfermería, con un salario inicial medio de 53.624$ o como médico de familia en el extremo más bajo del salario de un médico de 161.000$, la sociedad podría estar mejor atendida si padres y educadores dejaran de usar el engaño de que un grado de cuatro años siempre merece el coste aparte de unas pocas licenciaturas antes mencionadas. Animar a los estudiantes a aprender un oficio y a los padres a dar a sus hijos el dinero que gastarían en un grado universitario de cuatro años para una entrada para una vivienda podría ser un uso mejor de recursos económicos finitos. La alternativa de obligar a la proverbial cuadratura del círculo condenaría a otra generación a una esclavitud de deuda estudiantil, obligándola a renunciar a comprar una vivienda o casarse.

El avance de los préstamos

La raíz del problema es la intervención del gobierno federal proporcionando préstamos a estudiantes. Desde 1965, cuando el presidente Johnson firmó la Ley de Educación Superior, matrícula, alojamiento y manutención han aumentado de 1.105$ anuales a 18.943$ en 2014-2015. Esto es un aumento del 1.741% en 50 años. Además la Ley de Educación Superior de 1965 creaba préstamos que realizaban instituciones privadas, aunque garantizadas por el gobierno federal, con un máximo del 6,8%. En caso de impago de las deudas, el gobierno federal (es decir, los contribuyentes) asumía la factura para que estos prestamistas recobraran el 95% de cada dólar prestado. Prestar estos fondos a tipos de interés por debajo del mercado y con el gobierno federal respaldando estos préstamos de riesgo ha llevado a enormes malas inversiones, ya que el porcentaje de graduados de instituto matriculados en algún tipo de educación superior ha aumentado del 10% antes de la Segunda Guerra Mundial al 70% en la década de 1990. Conseguir un grado de cuatro años en casi cualquier campo académico parecía ser la vía en la que entrar o permanecer en la clase media.

Pero igual que en la burbuja inmobiliaria, mantener los tipos de interés por debajo del nivel del mercado, mientras se aumenta la oferta monetaria en términos de préstamos (mientras se tiene al contribuyente ahogado en una mayoría de esos mismos préstamos) lleva a una avalancha de impagos y es una receta para el desastre.


Publicado originalmente el 16 de julio de 2015. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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