El primer ministro japonés, Shinzo Abe, ha estado presionando por más gasto militar en Japón, en lo que los críticos afirman que es una violación de la constitución de Japón, calificada como pacifista. Foreign Policy reporta:
En enero, el gobierno del primer ministro conservador japonés, Shinzo Abe, aprobó un presupuesto de defensa de casi 5 billones de yenes o 42.000 millones de dólares, continuando una tendencia de crecimiento de tres años después de casi una década de disminución. La suma sigue representando una pequeña porción del PIB de Japón (equivale a solo un 1% de este, según el Banco Mundial), pero como la acción militar ofensiva está prohibida por la constitución de Japón, incluso un aumento modesto resulta polémico.
Japón ya tiene un gran ejército
A menudo hablamos del ejército japonés como si fuera una especie de banda de esqueletos de vigilantes. No es así en absoluto. Japón gasta más en su ejército que la India, por ejemplo, que en está en una carrera armamentística con Pakistán y tiene muchas disputas fronterizas de las que ocuparse. De hecho, de acuerdo con el International Institute for Strategic Studies, Japón es el séptimo país en términos de gasto militar, por delante de países con problemas como Israel o Corea del Sur. El IISS estima que el gasto militar de Japón es de 47.000 millones de dólares, comparados con los 70.000 millones de Rusia y los 129.000 millones de China. (EEUU, por supuesto, gasta mucho más que cualquier otro, con 581.000 millones de dólares).
Así que descubrimos que el ejército japonés no puede considerarse insignificante. Sí, Rusia tiene un ejército mayor, pero el poder militar ruso se dirige principalmente hacia Europa del Este, a miles de kilómetros, y China tiene muchos vecinos distintos de Japón con los que tratar y tiene un territorio mucho mayor que no disfruta de la ventaja defensiva natural de ser una isla nación. Además, todos saben que Japón podría construir armas nucleares viables muy rápidamente si resulta necesario y tiene acceso a alguna de la mejor tecnología militar del mundo.
EEUU necesita más gasto de Japón
En el año 2000, el historiador militar y experto en asuntos internacionales Chalmers Johnson ya había predicho que el gasto militar japonés aumentaría a lo largo de la siguiente década. Y ahora, quince años después, ha resultado tener razón.
La razón del aumento en el gasto japonés no se debe a ningún intento japonés de afirmar su independencia de Washington o a un rebrote del nacionalismo. Washington sigue teniendo a Tokio bajo su puño y hay poco peligro de que EEUU sea expulsado de sus múltiples y masivas instalaciones militares en Okinawa.
No, escribía Johnson, la razón de que EEUU quiera más gasto militar de Japón es que el imperio de EEUU está sobreextendido y quedándose sin dinero. Esto era evidente incluso en el 2000, pero continúa la larga e inexorable marcha hacia una lenta bancarrota de EEUU. Entre los estados satélites estadounidenses ganados tras la Segunda Guerra Mundial (es decir, Alemania, Corea del Sur, Japón), Japón es el que más ha subvencionado al ejército estadounidense. Es decir, se espera que Japón “contribuya” más a la presencia estadounidense en Asia Oriental (en términos de territorio y gasto) que Alemania o Corea del Sur. A medida que la economía estadounidense se ha vuelto menos robusta, EEUU ha reclamado más dinero a los japoneses. (Ver el artículo de Mises Daily de Mark Mateski sobre la “estrategia” detrás del gasto militar de EEUU).
Johnson escribe en su libro de 2000, Blowback:
Estados Unidos ya no puede permitirse sus diversos despliegues e intervenciones globales en marcha y ha empezado a extraer cantidades cada vez mayores de “apoyo de naciones anfitrionas” a sus clientes o incluso subvenciones directas de sus “aliados”. (…) Japón también paga más generosamente que ninguna otra nación por las tropas estadounidenses en su territorio.
Johnson recuerda cómo Japón, aunque evitara compromisos militares en la Guerra del Golfo de 1991, pagó 13.000 millones de dólares a EEUU para financiar la guerra. (Entonces era un montón de dinero).
La acción actual para conseguir más gasto público por parte de Japón es parte de esta tendencia continua. La mayor diferencia con su historia en el nuevo acuerdo no es el aumento en el gasto, sino nuevas disposiciones que permiten al ejército japonés realizar operaciones militares “no defensivas” para ayudar al gobierno de Estados Unidos. Por ejemplo, Japón podría estar en disposición de derribar misiles dirigidos contra Estados Unidos y también ayudar con operaciones militares dirigidas a oponerse a la expansión militar china en la costa de China, como los intentos de este país de controlar mejor las islas Spratly. Un jurista japonés casi lo dijo:
“Las partidas [expandiendo el ejército] se necesitaban debido a que la situación de la seguridad en torno a nuestro país está cambiando radicalmente”, dijo, señalando la expansión militar opaca de China y las tensiones sobre islas en disputa, entre los problemas que afronta Japón.
Y ese nuevo gasto militar no se limitará a Japón, por supuesto. Y esto hace de un mayor gasto japonés algo aún mejor para los intereses especiales militares estadounidenses. Foreign Policy señala que los aumentos en el gasto serán buenos para los fabricantes estadounidenses de armamento:
Pero 240.000 millones de dólares pueden hacer que Tokio compre mucho nuevo equipamiento, lo que podría ser bueno para los proveedores estadounidenses de defensa- Los F-35 los fabrica Lockheed Martin, ubicada en Texas y los vehículos de infantería de marina están fabricados por BAE Systems, del norte de Virginia.
Tokio también planea comprar drones estadounidenses Global Hawk, de Northrop Grumman. También está desarrollando dos destructores equipados con radar Aegis y un sistema de defensa de misiles a Washington. Estos los fabrica Lockheed.
Así que es probable que la oposición japonesa a la expansión del ejército vaya más allá de un mero compromiso ideológico con el “pacifismo”. Muchos japoneses también saben que es solo el último plan de gasto para ayudar a los estadounidenses que indudablemente ya se han llevado su libra o dos de carne en los últimos setenta años.
Una cosa sería que EEUU estuviera realmente desvinculándose de Asia y buscando disminuir sus compromisos militares en Asia. Pero no está pasando eso y EEUU está buscando aumentar su implicación militar en Asia Oriental. Pero para sacarlo adelante. EEUU debe conseguir que Japón pague más. Sin embargo, si se produce una crisis real (algo que se hace más probable por una presencia militar estadounidense expandida) todas las apuestas desaparecerán y un gasto militar de “emergencia” se disparará, con las compuertas del gasto en déficit (es decir, crecimiento de la oferta monetaria) completamente abiertas.
Publicado originalmente el 7 de agosto de 2015. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.