A Robert Shiller, el socialismo le engaña

0

Robert Shiller Is Shilling for Socialism El Premio Nobel cada vez cotiza más barato. El recientemente premiado Bob Shiller honra al New York Times con su última bronca en la que dice que los mercados libres apestan, reforzando sus argumentos inventándose cosas.

Para empezar, Shiller escribe que la riqueza de Estados Unidos “puede atribuirse” a la regulación. Bueno, es verdad, “puede atribuirse” a Zeus. O a las manchas solares. En el mundo real, Estados Unidos se convirtió en el país más rico mucho antes de la era de la regulación y ese puesto se ha estado erosionando desde entonces. Maddison (2007) estima que en 1913 (antes de la explosión regulatoria de New Deal), EEUU tenía 5.300$ de paridad de poder adquisitivo (PPA) por persona, frente a los 3.500$ en Europa Occidental, los .500$ en Latinoamérica y los 700$ del resto de Asia y África.

Algo similar ocurrió en Europa, donde los países más ricos de la época premoderna, Gran Bretaña y Holanda, tenían mercados libres regulados por derecho civil, mientras que el resto de Europa se enredaba entrometiéndose en los mercados con regulaciones y decretos. Así que no es que la regulación creara Occidente. Es que las economías con poca regulación despegaron por delante del resto de la humanidad, mientras que los socialistas les cortaban sus alas.

De hecho, Shiller ni siquiera parece creer en su propia fantasía, escribiendo: “La revolución de Thatcher-Reagan hace un tercio de siglo fue un punto de inflexión en el alejamiento de la regulación del mercado, con resultados mixtos”.

Aquí la expresión “resultados mixtos” es una bandera roja que indica que los datos no apoyan su argumento. Porque Shiller sería lo suficientemente amable como para compartir loa datos si fuera así: no es muy difícil mirar las cifras de PIB. ¿Y que nos dicen las cifras de PIB? Que en los ocho años de Reagan, el PIB por cabeza ajustado a al inflación aumentó un 3,5% anual. Comparado con el 0,7% de los ochos años anteriores y el 1,5% en los ocho siguientes.

Así que no hay “resultados mixtos”. Esto es una clara contradicción de la afirmación de Shiller de que el socialismo hace rico a Estados Unidos. No es por ser duro con Shiller, pero él fue quien mencionó a Reagan.

Por cierto, si la economía de EEUU hubiera mantenido hoy ese crecimiento del 3,5% de Reagan, tendríamos un PIB por cabeza de 70.000$. Un 20% más alto que el de Suiza y un 50% por encima de donde estamos hoy. Tomad vuestro salario, aumentadlo un 50% y así seríais de ricos si personajes como Shiller se apartaran del camino.

La siguiente sección de Shiller es aún más dura para con el pensamiento bienintencionado. “En realidad, el éxito real de las economías que encarnan mercados libres tiene mucho que ver con los esfuerzos heroicos de quienes hacen campaña por mejores valores, tanto entre organizaciones privadas como entre defensores de la regulación pública”.

Estoy seguro de que muchos economistas están impresionados porque Shiller consiguiera cuantificar matemáticamente el “éxito real” o los “mejores valores” para llegar a esta su “realidad” particular. Está escribiendo en el New York Times, no en una revista académica, así que podemos perdonar cierta vaguedad. Aun así, un economista escribiendo sobre economía debería tener cuidado en evitar calificar a opiniones como hechos, no sea que se piense que está abusando de la confianza del público en nuestro campo.

Ayuda saber de dónde viene Shiller. Desde hace unos años, Bob Shiller ha estado buscando rescates institucionalizados. Quiere extender los rescates a nuevos rincones de nuestras vidas. Garantías de carrera para los licenciados en estudios de género, seguro de vivienda para especuladores de viviendas, incluso seguro de PIB para que países que destrocen su economía pueden ser rescatados por los prudentes. La idea de hacerte pagar los errores de los demás es un timo que siempre venden los socialistas, simplemente porque la gente vota para que los políticos les rescaten.

Y eso nos lleva a por qué Shiller cuenta mentiras acerca del capitalismo. Shiller piensa que la gente es estúpida, así que las empresas les manipulan, de forma que Bob Shiller y sus amigos en el gobierno deberían dirigir las vidas de las personas. Aquí su justificación en la idea de Irving Fisher de que la gente no maximiza la utilidad (felicidad), sino que, en palabras de Fisher, “algo que podría describirse mejor como ‘queribilidad’ en lugar de utilidad, pues están sometidos a la tentación y los errores”.

Shiller aquí emplea un hombre de paja: ningún economista piensa que los humanos sean perfectos y estén libres de errores. Lo que sí debaten los economistas es si la gente debería tener señores. Porque el problema aquí es que alguien debe decidir si te compras un iPhone, comes ensalada o panceta o conduces un 4×4 o un turismo. Si las personas no tienen que elegir, ¿quién lo hace? Bueno, sabemos quién: Bob Shiller y sus amigos en el gobierno.

Mientras que los señores van contra la ética de cualquier amante de la libertad, sigamos la corriente a Shiller y preguntemos si estos pueden tomar “mejores” decisiones que la gente. Aquí la clave es lo que Hayek llamaba el problema del conocimiento local: las preferencias no son conocidas automáticamente por los señores. De hecho, como se queja Shiller, la gente a menudo ni siquiera conoce sus propias preferencias. ¿Por qué piensa que los burócratas conocerían mejor nuestras preferencias que nosotros mismos?

¿Lo sabe mejor Shiller que vosotros? ¿Lo saben sus burócratas en el Departamento de Qué Tienes que Comer o el Departamento de Elegir Destinos de Vacaciones? Pero, por usar ejemplos socialistas del mundo real, ¿el Departamento de Citas y Matrimonio o el Departamento de Elegir una Carrera? Salvo que Shiller haya encontrado una banda secreta de ángeles omniscientes, sus señores son solo humanos. Y sus errores se magnifican por su poder.

Peor aún, poner a los señores al mando produce un nuevo y oscuro problema: los señores también quieren cosas. Quizá amen el poder, quizá quieran purificar la tierra y traer el Reich de los mil años. O quizá se limiten a aceptar donaciones de campaña. Esto significa que los señores de Shiller con grandes cerebros puede que ni siquiera estén tratando de estimar lo que quieres. Puede que no les preocupe. Porque también quieren cosas.

Podríamos pensar que este problema (en palabras del poeta romano Juvenal, “quién vigila a los vigilantes”) merecería que se pensara algo después de un siglo de sangre y pobreza de los fracasos socialistas. Sin embargo estamos sometidos s una corriente sin fin de premios Nobel que ignoran lo que nos decía La acción humana  de Mises hace una generación: “El socialismo no es una alternativa al capitalismo: es una alternativa a cualquier sistema bajo el que los hombres puedan vivir como seres humanos”.


Publicado originalmente el 19 de octubre de 2015. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

Print Friendly, PDF & Email