Las fronteras europeas pueden modificarse al adoptar Europa el nacionalismo

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European flagTras los ataques de París, Europa se ve empujada en dos direcciones al tiempo. Por un lado está el auge del nacionalismo localista en forma de cierre de fronteras, vallas fronterizas y euroescepticismo. Por el otro está el renovado militarismo, ya que el estado francés reclama una política exterior todavía más agresiva a sus aliados europeos en nombre de la seguridad. De alguna forma, estas dos tendencias parecen contradecirse, pero realmente solo son distintas expresiones de nacionalismo.

Países europeos cerrando sus fronteras

Incluso antes de los ataques de París, la Unión Europea afrontaba un creciente escepticismo y oposición a sus políticas de inmigración. Escribiendo en el Independent, John Lichfield señalaba que

Norte contra sur, este contra oeste, Gran Bretaña contra el resto, liderazgo alemán o dominio alemán. La crisis de los refugiados es como un diabólico test de estrés pensado para exponer simultáneamente todas las líneas defectuosas morales y políticas de la Unión Europea.

Mientras las naciones más ricas (y por tanto más poderosas políticamente) de Europa Occidental promulgaban órdenes sobre cómo debían dispersarse por toda Europa los inmigrantes, algunas de las naciones más pobres se rebelaban y empezaban a rechazar emigrantes.

Entretanto, Austria, Hungría Eslovenia y Macedonia empezaron a construir vallas para contener a los emigrantes. Serbia, Bulgaria y Rumanía han amenazado con hacer lo mismo.

El mes pasado, los votantes polacos eligieron un nuevo gobierno euroescéptico y antiinmigración que ha jurado renovar la oposición a los decretos de Bruselas sobre inmigración y fronteras nacionales.

Y además, tras París llegó un golpe aún mayor a los planes eurófilos de una Europa sin fronteras. Francia un líder desde hace tiempo en los intentos de la Comisión Europea de distribuir obligatoriamente a los emigrantes por toda Europa, pidió una suspensión del Área Schengen, la zona “sin fronteras” en Europa a través de la cual viajeros e emigrantes pueden moverse sin impedimentos.

En la práctica, el Área Schengen ha sufrido serias tensiones antes de que se produjeran los ataques de París. Además, de la resistencia de Europa Oriental, Suecia introdujo controles de fronteras a principios de noviembre. Finlandia, en respuesta a la política de su vecina Suecia de aceptar grandes cantidades de emigrantes, empezó sus propios controles fronterizos.

En respuesta a la solicitud de Francia, en un intento por salvar al menos un resto de Schengen, la delegación holandesa ha sugerido un “mini-Schengen”. Reconociendo que una Europa unificada geográficamente ha sido durante mucho tiempo un componente clave para el plan de construir un megaestado europeo, algunos en Europa ven beneficios en una versión reducida de Schengen, incluso si esto significa, como informa el Daily Mail, “dar la patada” a varios miembros, incluyendo España, Italia y Grecia. La mayoría de los miembros actuales de Schengen de la UIE de Europa Oriental serían también excluidos, incluyendo a Polonia y Hungría.

Muchas élites europeas continuando expresando confianza en la actual versión expansiva de Schengen y afirman que los cambios serían temporales. Sin embargo está claro que cualquier marcha atrás en Schengen es una señal de debilidad política por parte de los eurófilos y es un importante paso atrás en términos de unificación política de Europa. ¿Cuánto tardaría en seguir a un mini-Schengen una “mini Unión Monetaria Europea” con aproximadamente las mismas fronteras?

Si Bruselas decide que España e Italia no están integradas en el núcleo de Europa con respecto a Schengen, ¿qué iba a impedir una conversación similar cuando la próxima crisis de deuda soberana se produzca en el sur de Europa?

De hecho, cualquier movimiento hacia un mini-Schengen puede demostrar lo que los países más pequeños de Europa Oriental han estado afirmando desde siempre: es la Europa rica occidental contra todos los demás.

Pero la Europa rica occidental tampoco es inmune a la marea localista y nacionalista. Los ataques de París han dado nueva voz a los partidos nacionalistas en Alemania y Europa y los ataques han ayudado aún más a los partidos nacionalistas franceses y su principal portavoz, Marine LePen. Igualmente, los disidentes de la línea eurófila han estado reclamando el cierre de fronteras con renovado vigor en Gran Bretaña, Holanda, Bélgica y Alemania.

Parece extenderse una falta de confianza en la Comisión Europea y esta es más débil fuera del núcleo rico occidental. Sin embargo, incluso dentro del “núcleo”, la unificación política de Europa afronta algunos de los más fuertes vientos en contra que se hayan visto en décadas.

Europa Occidental busca un mayor militarismo

Aunque Europa pueda estar fracturándose en asuntos domésticos, hay pocas de señales de una voluntad europea de abandonar su postura militar agresiva con respecto a Rusia, África, Oriente Medio y el mundo en general.

Los eurófilos han soñado durante años con crear un “ejército de la UE” unificado y, gracias a los ataques de París, la cosa marcha. Tras los ataques, según el Express, el presidente francés Hollande “invocó el Artículo 42.7 del Tratado de Lisboa de la UE, que indica que si un estado miembro es víctima de una agresión armada en su territorio, los demás 27 estados miembros están obligados a proporcionar ayuda y auxilio ‘por todos los medios a su alcance’”.

Se ha destacado esto como un alejamiento de la OTAN, pero eso es solo parcialmente verdad. Francia, especialmente, ha deseado una forma de de contar con los recursos militares de los aliados sin tener que someterse a la burocracia de la OTAN.

Esto se remonta al menos a la década de 1960, cuando de Gaulle no consiguió que la OTAN ayudara a sofocar revueltas en las colonias francesas. En respuesta, de Gaulle expulsó a las tropas de la OTAN de territorio francés, creó su armamento nuclear y sacó a Francia de la estructura de mando central de la OTAN.

Siempre dedicado a la explotación agresiva y militar de sus antiguas colonias en África y Oriente Medio, el Estado Francés puede haber encontrado por fin la oportunidad que necesita para crear una organización militar internacional que pueda ser dominada por Francia.

Después de todo, cuando hablamos de un posible ejército europeo, de lo que hablamos realmente es de un ejército franco-británico-alemán, con alguna presencia testimonial de otros países más pequeños. Reino Unido, Francia y Alemania están entre los mayores gastadores en material militar y sería mucho más fácil para el gobierno francés ejercer un influencia enorme entre solo un puñado de gobiernos europeos que dentro de la OTAN.

Así que no nos engañemos. El Telegraph puede afirmar que la OTAN estaba “reticente” en una reunión reciente, pero Europa no tiene ninguna intención de abandonar la OTAN a corto plazo.

Europa lleva mucho tiempo aprovechándose del contribuyente estadounidense para garantizar el estatus quo global para las élites europeas, mantener ronroneando los estados europeos del bienestar y asegurar que Europa no tiene que preocuparse por una influencia diplomática o militar no deseada desde Rusia o China.

Por ejemplo, la guerra de la OTAN en Libia ayudó muy convenientemente a reducir la influencia china que había estado aumentando en el norte de África a costa de los intereses franceses e italianos.

Igualmente, la presencia de la OTAN ayuda a asegurar que las potencias europeas (y americanas) pueden continuar oponiéndose a los rusos sin tener que preocuparse por ninguna represalia grave. En caso de algún conflicto real, los contribuyentes estadounidenses pagarían la mayor parte de la factura.

Aun así, desde el punto de vista europeo, un euroejército ofrece la posibilidad de una influencia internacional renovada para los estados europeos. Si los europeos pudieran por sí mismo “destruir el ISIS”, Europa podría crear su propia esfera de influencia en la región rica en petróleo, independientemente de las de estadounidenses y rusos.

Unión Europea: ¿Hacerse más pequeña antes de hacerse más grande?

Las fronteras de Europa se están modificando realmente. Pero sería prematuro declarar en peligro el proyecto de unidad europea. En lugar de una completa disolución, parece que es más probable que veamos que la UE se retira a su núcleo más rico n el norte y oeste de Europa. Los recién expulsados países del sur y el este europeos podrían servir como zonas de contención para emigrantes, al tiempo que darían más libertad a las antiguas “grandes potencias” (es decir, Reino Unidos, Alemania y Francia) para reafirmarse como jugadores globales para el pretexto del antiterrorismo.


Publicado originalmente el 20 de noviembre de 2015. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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