¿Está a punto de estallar la burbuja de los préstamos para automóviles?

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Is the Auto Loan Bubble Ready to Pop? El martes se anunció que se vendieron más de diecisiete millones de nuevos vehículos en 2015, el número más alto en la historia de Estados Unidos.

Aunque los medios de comunicación afirman que este récord se ha logrado debido a enormes mejoras en la economía de EEUU, de nuevo dejan de tener en cuenta el factor principal: la expansión del crédito.

Cuando los tipos de interés se mantienen artificialmente bajos, se engaña a las personas para que gasten más de lo que harían en otro caso. A posteriori, descubren que sus errores de juicio causaron estragos en su bienestar financiero.

Esta es una lección que el país debería haber aprendido de la crisis de las subprime de 2008. Una creación excesiva de crédito llevó a demasiadas personas a comprar y construir viviendas e invertir en el sector inmobiliario. Este aumento en la demanda artificial disparó temporalmente los precios, generando más de cuatro millones de desahucios y la desaparición de más de nueve millones de empleos en EEUU.

En lugar de aprender de los errores que enviaron olas a las bolsas de todo el planeta, la Reserva Federal ha continuado con las políticas expansionistas. Desde 2009, la oferta monetaria ha aumentado en cuatro billones, mientras que el tipo de los fondos federales se ha mantenido en el 0% o cerca. Consecuentemente, la burbuja inmobiliaria se ha visto reemplazada por otras burbujas diversas, incluyendo una en el sector de la automoción.

Las empresas de automoción han aprovechado los costes baratos de los préstamos para aumentar la producción de vehículos en más de un 100% desde 2009:

AÑO

PRODUCCIÓN NETA VEHÍCULOS CAMBIO INTERANUAL CAMBIO DESDE 2009

2009

5.709.431 -34,3%

2010

7.743.093 +35,6% +35,6%

2011

8.661.535 +11,9%

+51,7%

2012 10.335.765 +19,3%

+81,0%

2013 11.066.432 +7,1%

+93,8%

2014 11.660.699 +5,4%

+104,2%

Fuente: OICA

Para generar más compras de vehículos, estas empresas han incentivado a los consumidores con ofertas atractuvas, difíciles de resistir, similares a los infames “préstamos mentirosos” y préstamos “sin entrada” de la recesión de 2008. Los vendedores han aumentado su gasto en incentivos de venta en un 14% solo desde el año pasado y los carteles de sus tiendan proclaman ahora orgullosamente su aceptación de solicitudes de todo tipo de préstamos: “Sin crédito. Crédito malo. Crédito para todo. Aprobación 100%”. Como consecuencia, los préstamos para automóviles han aumentado en casi 80.000 millones de dólares desde 2009, muchos de los cuales se han dado a personas con puntuaciones de crédito lejos de ser estelares. Hoy casi el 20% de los préstamos para automóviles se dan a personas con puntuaciones de crédito por debajo de 620:

Auto Loan Originations by Credit ScoreFuente: New York Fed

No solo se están originando más préstamos para automóviles, sino que también está aumentando su duración. El plazo medio del préstamo es ahora de sesenta y siete meses (que son5,58 años) para coches nuevos y sesenta y dos (que son 5,16 años) para los usados. Ambas son cifras récord.

Los precios medios de las transacciones para coches nuevos y usados también están en récords históricos. Los precios de los coches usados han aumentado en casi un 25% desde 2009, mientras que los precios de los coches nuevos han aumentado en más de un 15%. Parte de esto tiene que ver con la creciente demanda de coches generada por el repunte en los préstamos para automóviles. Sin embargo, la principal razón es que los consumidores (aprovechando la accesibilidad de crédito barato) están comprando estilos de coche más caros. Esto sigue la tendencia de la burbuja inmobiliaria, cuando el tamaño medio de una casa unifamiliar recién construida aumentó a 2.272 pies cuadrados al inicio de 2007.

Todos sabemos el resultado de la Gran Recesión: los precios aumentaron, millones de hipotecas ejecutadas y aumento en el desempleo. Luego la demanda de viviendas se desplomó y los sus precios acabaron cayendo un 20% mensual.

La burbuja del automóvil todavía está por estallar, pero sus efectos negativos ya están empezando a aparecer gradualmente. Por ejemplo, la morosidad en los préstamos para automóviles han aumentado en casi un 120%, de poco más del 1% en 2010 al 2,62% en 2014. Como los coches pierden valor rápidamente, esta cifra se prevé que aumente. En el momento en que estos préstamos sin entrada a seis, siete y ocho años tengan que liquidarse, ya no merecerá la pena pagar por muchos de estos vehículos: el mantenimiento y los costes de préstamo empezarán a exceder e valor de los coches.

Según el Center for Responsible Lending, uno de cada seis prestatarios ya afronta tasas de recuperación. Si aumentan mucho los impagos en los próximos años, como se prevé, el mercado se verá inundado de coches usados y sus precios, con casi total seguridad, caerán enormemente.

En un momento en el que la participación de población ocupada está en su nivel más bajo desde 1977, en un momento en el que los salarios reales están aumentando menos que desde la década de 1980, es imperativo que la Reserva Federal deje de engañar a las personas para que realicen inversiones irracionales. La economía es sencillamente demasiado frágil como para continuar capeando estos interminables ciclos económicos. Economistas, políticos y personas en general tienen que empezar a aprender de su historia económica para poder empezar a darse cuenta de que favorecer la deuda sobre el ahorro no beneficia al bienestar financiero del país. No hacer eso sencillamente llevará a más burbujas, más malas inversiones y más dolores de cabeza económicos en los próximos años.


Publicado originalmente el 11 de enero de 2016. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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