Muchos de nuestros lectores de Rosario y de la Argentina extrañarán a quien fue su gran maestro. Rogelio Pontón pasó “una vida formando austriacos”, como señalábamos en el título de aquella entrevista que concretó junto a Ivo Sarjanovic y que compilamos en el 2do volumen del libro “La Escuela Austriaca desde Adentro“.
A modo de homenaje, dejamos la entrevista completa. QEPD.
Una vida formando austriacos: Entrevista a Rogelio Pontón
Rogelio Pontón es Contador Público Nacional por la Universidad Nacional de Rosario (UNR), en la Provincia de Santa Fé, Argentina, y ha acumulado varias décadas como profesor de Teoría Económica, Historia del Pensamiento Económico y Economía Argentina, en distintas Universidades de Rosario y ESEADE. Fue presidente de la Fundación Libertad y Rector de la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano (UCEL), de la cual hoy es decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. Hoy, además, es Director de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Rosario, del cual depende un departamento de capacitación que prepara alrededor de 2000 estudiantes por año, y donde dirige desde hace más de 20 años el Semanal, que ya acumula 1376 ejemplares, abordando temas económicos y financieros vinculados a la producción de cereales, oleaginosas y subproductos, pero donde se vislumbra un espíritu austríaco.
IS: Rogelio, ¿por qué no nos cuenta algo sobre su educación? ¿dónde fue a la escuela? ¿cómo fue su etapa universitaria? ¿por qué se decidió por esta carrera? ¿qué profesores lo influenciaron?
PONTÓN: Mi primera educación formal fue en la Escuela Almafuerte, en Rosario, donde cursé los seis grados primarios. Lo que recuerdo de esos años es que era bastante exitoso en matemática e historia y no tanto en lenguaje. La educación secundaria la cursé en la Escuela Superior de Comercio General San Martín de la misma ciudad y en los cinco años de ese ciclo tuve un muy buen desempeño, terminando con el segundo promedio de toda la Escuela, turno mañana, tarde y noche.
Durante el ciclo secundario y primeros años de la Universidad no tuve un interés especial por la economía. Mis preocupaciones mayores fueron en materia religiosa y siguen siéndolo hasta ahora. Seguí cursos particulares con algunos profesores destacados en ciencia bíblica y en teología, como el Rdo. Padre Enrique Nardoni, doctor en ciencias bíblicas, y recibí una influencia importante del Rdo. Padre Héctor Valla que me permitió escribir comentarios bibliográficos en algunos números de la revista ‘Didascalia’ que él dirigía. De todas maneras, cuando estaba cursando el tercer año de la carrera de Contador Público, a partir de un libro que me acercó el Dr. Antonio Margariti -me refiero a “Más allá de la oferta y la demanda” de Wilhelm Röpke- el tema de la ciencia económica pasó a ser para mí importante.
En economía no tuve profesores destacados que deba recordar. Fui buen alumno, pero el tener que trabajar no me permitió especializarme con más dedicación. Tengo que recordar que comencé a trabajar cuando tenía catorce años y ahora, en trámite de jubilación, recuerdo que he trabajado en relación de dependencia alrededor de 50 años. Por supuesto, las actividades laborales me restaron tiempo para estudiar una carrera de postgrado, pero la profesión muy variada me enseñó también muchas cosas.
Cuando cursaba la carrera de grado (Contador Público) los libros de texto por los que se estudiaba economía eran los cursos generales de Francesco Vito y Paul Samuelson. No recuerdo de ningún profesor que me haya motivado a dedicarme a la economía; si recibí influencia de Antonio Margariti que era algunos años mayor pero que no fue profesor mío en ningún momento.
De todas maneras, y no como exigencia del plan de estudio, comencé a leer por mi cuenta y fui formando una biblioteca particular hasta el día de hoy de unos 3.000 volúmenes dedicados a temas económicos, bíblicos, teológicos y científicos.
Mi actividad laboral como contador público, especialmente en el rubro costos, la llevé a cabo en varias empresas (los lugares en donde trabajé profesionalmente fueron alrededor de 25). En 1977 ingresé como docente de economía en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Católica Argentina (UCA) de Rosario sustituyendo al Dr. Margariti. En 1979 ingresé como profesor de economía en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Rosario; en 1980 me nombraron director de teoría económica de la Escuela de Economía de esa facultad y en 1982 fui designado director de dicha Escuela. En esas tareas tuve una dedicación prácticamente full time.
IS: Ud. menciona a Margariti y a Röpke como un primer acercamiento a autores liberales. ¿Qué temas se discutían en la Universidad de los 60? ¿Cómo llega a los austriacos en esos momentos?
PONTÓN: Siempre fue una característica de mi manera de pensar, en economía u otras disciplinas, el interesarme por aquellos autores que no estaban en el estrellato. Eso pasó con los economistas austriacos, especialmente Ludwig von Mises. Yo sabía de su existencia por unos folletos que había leído sobre la historia de Austria y ello incentivó mi interés por él. Bastó que en la Facultad ni siquiera se lo mencionase para que mi interés por él fuese mayor. En los años sesenta, cuanto tenía tiempo libre, recurría a la biblioteca Argentina y a la de la Facultad de Ciencias Económicas, y fue en esos lugares donde comencé a leer sobre los autores liberales. Mises, Röpke, Hayek, Hazlitt, Rueff y otros comenzaron a ser familiares para mí.
Lo que más me llamó la atención de los mencionados autores era que daban una visión global de la economía, especialmente el extraordinario libro de Mises, La Acción Humana. Años después, sobre fines de los sesenta cuando comencé la carrera, nunca terminada, de Licenciatura en Economía, percibí que esa visión global era reemplazada por textos de economía ‘balcanizados’; por eso, de los autores con quienes no me identificaba, siempre tuve un gran respecto por Paul Samuelson y por su “Curso de Economía Moderna”. De los libros de texto que se usaban en ese entonces siempre quise tenerlo a mano porque más allá de las diferencias que podría tener me daba una visión de conjunto.
Posteriormente me fui proveyendo de otros libros de Mises, comoSocialismo, Teoría del Dinero y el Crédito, o de Rueff, como El Orden Social, o de Hayek, como Camino de Servidumbre, etc.
Cuando hoy me meto en la página web-blog de un destacado economista de Harvard, como Greg Mankiw, y veo que ante una pregunta de un alumno pidiéndole que le diga qué opinión tiene deLa Acción Humana de Mises, contesta con franqueza que “no lo ha leído” porque todo aquello que tiene más de veinte o treinta años se consideraba en las universidades como ‘irrelevante’, se me ocurre pensar: “no llores por mí, economía”.
IS: ¿De qué manera se fue vinculando en esa época con otra gente en Argentina que estaba interesada en los mismos temas? Cuando Ud. estuvo a cargo del Dpto. de Teoría Económica de la UNR, Ud. invitó a dar seminarios a Alberto Benegas Lynch (h), Juan Carlos Cachanosky, Alejandro Chafuen. Cuando se desvinculo de la UNR, Ud. encontró “refugio” por un tiempo en ESEADE. ¿Qué recuerdos tiene de esa época?
PONTÓN: Cuando trabajaba en el estudio contable Riol-Margariti y Asociados, en los años 1978-1979, ya conocía a Alberto Benegas Lynch (h) y a Juan Carlos Cachanosky y había leído algunos de sus escritos. Es por esa razón que cuando realizamos unas Jornadas de Economía en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNR en 1981, siendo ya director del departamento de Teoría Económica, los invité a ellos como disertantes. Uno de los oradores invitados a disertar falleció y es por ese motivo que invitamos también a Alejandro Chafuén.
En el tiempo que fui director en la Escuela de Economía busqué ser equilibrado en cuanto a la enseñanza de la teoría económica. En años anteriores casi toda la bibliografía era keynesiana con alguna participación de la Escuela de Chicago. Es por eso que buscamos la manera, en la enseñanza y en la bibliografía, que la Escuela Austriaca también fuese conocida. Por supuesto que no era cierta la crítica que nos hicieron algunos de que lo único que se enseñaba era la teoría de Mises, Hayek y otros austriacos. Por la preocupación de darles a los alumnos una visión global de las distintas tendencias económicas, siempre les recomendé la lectura del libro de Schumpeter sobre la historia del análisis económico.
Hacia 1981 o 1982 tomó contacto conmigo un alumno llamado Gerardo Bongiovanni, quién comenzó a trabajar para formar una Fundación. Es por ello que nos reuníamos periódicamente con Margariti, Pablo Marchetti y otros para la concreción de la misma. A partir de allí, y más en los años siguientes, desarrollamos una infinidad de charlas sobre temas económicos y de historia económica que tuvieron mucha aceptación entre los jóvenes de las distintas facultades, especialmente ciencias económicas y políticas.
A partir de 1984 fui perdiendo paulatinamente las cátedras que dictaba en ciencias económicas. Se me permitió desarrollar las clases de consulta en la escuela de economía y fue allí donde un conjunto de jóvenes, al principio cuatro o cinco pero luego muchos más, comenzaron a visitarme para requerir mi asesoramiento. Entre esos jóvenes tengo que recordar a Ivo Sarjanovic, Walter Castro, Rafael Beltramino, Eugenio Giolito, Mario Hallberg, Pablo Calderini y otros. Varios de ellos, posteriormente, llegaron a ser destacados economistas. Para mí, en particular, fue un orgullo haberlos tenido en algunos casos de alumnos y de tenerlos hasta hoy de amigos. Ese grupo mantuvo, hasta el día de hoy, una franca relación y en una época fue tradicional la cena en el Comedor del Colegio de Escribanos todos los jueves. Posteriormente se produjo alguna dispersión natural, algunos de ellos viven en el extranjero, pero de todas maneras cuando están de visita volvemos a reunirnos.
Es probable que ellos hayan aprendido algo que yo les trasmití, pero sin la menor duda, yo aprendí mucho más de ellos.
En 1986 di clase en el ESEADE de Buenos Aires, lo que fue para mí una gran ayuda económica. Ya no daba clases en la Facultad de Ciencias Económicas, sí en la Católica de Derecho y también, y complementariamente, en el Liceo Aeronáutico Militar de Funes. En esta institución, la enseñanza que se brindaba a los alumnos era de corte nacionalista y fuertemente crítica del liberalismo. De todas maneras, creo que ejercí una influencia positiva en este sentido y varios de esos alumnos cambiaron a una posición respetuosa de la libertad. La oficialidad y el elenco de los profesores fueron siempre respetuosos de mis ideas y guardo un grato recuerdo de los mismos.
IS: ¿Cómo fue que ingresó a la Bolsa de Comercio de Rosario? Cada vez que lo visito en la Bolsa me hace a acordar a Mises. Mises también era asesor económico de la Cámara de Comercio Austriaca y también se ocupaba de problemas de coyuntura como lo evidencian los artículos que fueron encontrados por los Ebeling en Moscú. ¿Por qué no nos cuenta cuán útil le resulta la teoría austriaca para la comprensión de los problemas económicos del día a día? Y Ud., aparte de este trabajo sigue con su actividad académica en la UCEL (Universidad del Centro Educativo Latinoamericano) y dando seminarios de formación permanentemente. Así que veo muchos paralelos con el gran Ludwig!
PONTÓN: Mi ingreso a la Bolsa de Comercio de Rosario se produjo a mediados de 1986. Para mí fue muy importante desde varios puntos de vista. En primer lugar porque mi situación económica no era la mejor y en segundo lugar porque me insertaba en una de las instituciones más importantes, no sólo de mi ciudad, sino del país. Desde ese momento ocupé el cargo de Director de Informaciones y Estudios Económicos. En la Bolsa de Rosario funcionan varios mercados, pero el más importante es el de la comercialización de granos disponible. Dentro del ámbito de la Bolsa también funciona un mercado de futuros y opciones que es el ROFEX, del cual he sido Síndico durante muchos años. En este mercado colaboré activamente en la implantación del llamado índice de soja Rosafé, cash settlement. Una de mis tareas en la Bolsa era la publicación de unSemanario donde se abordan los temas económicos y financieros, fundamentalmente los referidos al complejo granario, análisis de los mercados locales e internacionales, especialmente el mercado de Chicago. Cuando estoy escribiendo estas líneas vamos por elSemanario número 1376 y el primer artículo se refiere a “Argentina y los nuevos escenarios económicos”, con especial referencia a la crisis financiera internacional y sus consecuencias. En ese artículo, como en anteriores, aparecen citados artículos o libros de economistas de la escuela austriaca, como Hayek, Mises, Rothbard y otros. Siempre me pareció importante, en los 22 años que llevo como director de la revista, hacer referencia a las principales doctrinas económicas, especialmente a la de los mencionados autores. Como funcionario de la Dirección de Informaciones y Estudios Económicos han pasado tiempo atrás algunos economistas que fueron alumnos, como Ivo Sarjanovic, Eugenio Giolito y otros. De la Dirección depende un departamento de capacitación que desarrolla cursos sobre temas financieros y agrícolas y por donde pasan alrededor de 2000 estudiantes por año.
En el período 1987-2002 fuí Presidente de la Fundación Libertaddonde desarrollé innumerables cursos de economía y de historia del pensamiento económico, especialmente sobre los autores de la escuela austriaca. En el día de hoy sigo participando en algunas de sus actividades. Hace unos días integré un panel con otros economistas sobre la crisis financiera actual y conjuntamente con el Dr. Rodolfo Rossi, ex presidente del Banco Central de nuestro país, con quien me une una gran amistad, estuvimos de acuerdo en explicarla esta crisis según el pensamiento de Mises y Hayek sobre los ciclos.
En el período 1992 hasta el año 2000 fui Rector de la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano (UCEL), una entidad de la Iglesia Metodista Argentina, iglesia que tiene una orientación no muy inclinada al libre mercado. De todas maneras, esto no fue obstáculo para que el pensamiento económico de los austriacos esté presente. Desde el 2000 soy Decano, en la mencionada Universidad, de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, desarrollando allí también otras dos actividades que son: la dirección de la publicación académica Invenio y el dictado de la materia “Historia del Pensamiento Económico” y “Economía Argentina” para los estudiantes de la Licenciatura en Economía.
IS: Rogelio, hoy Rosario debe ser la ciudad del mundo con mayor densidad de Escuela Austriaca en el mundo: los profesores de Economía de la UCA son austriacos, en la UCEL se puede estudiar también la Escuela Austriaca, hay grupos en la UNR que estudian Escuela Austriaca en seminarios, el CeyCE tiene estudios de posgrado, la Fundación Libertad invita frecuentemente disertantes de la Escuela y organiza seminarios sobre el tema, la Fundación Bases (junto a la Fundación Hayek), ha organizado ya dos congresos internacionales con participantes de todo el mundo, existen grupos de estudio, desayunos de formación, hay periodistas austriacos que hablan por la radio, escriben en los diarios, y que tienen programas de TV. ¿Cómo puede explicar este fenómeno? ¿Se siente responsable de todo este proceso? Y por último ¿por qué piensa Ud. que hace tantos años que tenemos gobiernos socialistas en una ciudad que es económicamente tan austriaca?
PONTÓN: Es un hecho que la Escuela Austriaca ocupa hoy un papel destacado en las universidades y facultades existentes en Rosario, tanto en las privadas como también en la estatal. Por otra parte, una serie de instituciones como la Fundación Libertad y distintos grupos son difusores del pensamiento liberal de von Mises, Hayek y otros autores. Hasta se ha creado una Fundación von Mises en la ciudad de Amstrong, distante alrededor de 100 kilómetros de Rosario, gracias al tesón del Sr. Pieve. La responsabilidad de este desarrollo del pensamiento austriaco no creo que se pueda atribuir a una sola persona, por el contrario han sido muchos los que influyeron para esto.
Personalmente creo que este gran desarrollo se debe en primer lugar a los valores que tiene la propia Escuela Austriaca. Muchos jóvenes se han sentido tocado por ese pensamiento en razón a la claridad del mismo. Cuando uno compara un libro como La Acción Humana de Mises con otros manuales en circulación, de entrada nota una gran diferencia. El tratado de Mises tiene una unidad desde la primera página a la última, que los otros manuales de economía no lo tienen. La economía que comúnmente se enseña en las facultades es una disciplina balcanizada donde los distintos temas no están conectados unos con otros. Esta balcanización tiene como responsable a la metodología aplicada donde la teoría económica se ha convertido en un cúmulo de estadísticas sin conexión.
Si preguntamos a esos textos en circulación sobre qué es la tasa de interés, ¿qué nos contestan? ¿Conocen que además de una tasa monetaria hay una tasa originaria, de preferencia temporal?
Si preguntamos sobre qué es la moneda, ¿qué nos dicen? ¿Es un bien o es una creación del Estado?
Si preguntamos qué papel juegan los precios, ¿nos informan que son señales que influyen sobre la estructura de la producción?
Nada nos dicen, son mudos a esos elementales interrogantes.
Por el contrario, el pensamiento austriaco se ha preocupado de contestar esas preguntas que la mayor parte de los textos en circulación ni mencionan. ¿Por qué la influencia de esta escuela no es mayor? Probablemente porque se hace mayor hincapié, equivocadamente, en lo que se puede “medir”. En este punto hay una influencia negativa de la “mecánica cuántica” que se desarrolló sobre los efectos físicos que se podían medir. Pero en economía es importante la “teleología”, ya que el hombre actúa con una determinada finalidad, lo que no podemos encontrar en la física.
Leamos los comentarios que en gran cantidad se publican sobre la actual crisis financiera estadounidense: ¿qué nos dicen? ¿expresan alguna teoría sobre el ciclo que se pueda comparar a la teoría austriaca de la mala-inversión?
Con respecto al por qué la ciudad de Rosario tiene un gobierno socialista, estimamos que debe ser porque dentro de la pobreza política argentina han dado algunas respuestas que otros grupos no han dado. De todas maneras no hay que ser pesimistas, porque más tarde o más temprano también esas autoridades van a recibir alguna influencia de los austriacos.
IS: ¿Cómo cree que la globalización comercial y financiera afecta a la teoría austriaca del ciclo?
PONTÓN: Con respecto a cómo la globalización comercial y financiera afecta a la teoría austriaca del ciclo, creo, en primer lugar, que no la afecta. La teoría austriaca del ciclo nació con la obra de Mises de 1912, Teoría del dinero y el crédito, en momentos que en el mundo había una globalización comercial y financiera mayor que hoy. En el mundo regía el patrón oro que determinaba la existencia de una sola moneda internacional, el oro, y por otra parte las transferencias de mano de obra y capital eran proporcionalmente mayores a las actuales. En 1910 las inversiones inglesas en el exterior llegaban a 140 por ciento del producto bruto de ese país. Hoy lo que existe es una globalización de la información (gracias a la tecnología) y de los papeles, que no existía en aquel entonces. Reparemos, por ejemplo, en el mundo de los derivados financieros. En el Chicago Mercantile Exchange hay un contrato, el Eurodólar 3 meses, del cual se operó en futuros y opciones el año pasado alrededor de 700 millones de contratos. Cada uno de esos contratos vale 1.000.000 de dólares, por lo que se operaron 700 billones de dólares, más de 10 veces el producto bruto mundial. ¿Para qué se operan esos contratos? Para asegurar la tasa libor de interés. En un estudio del Banco de Basilea sobre las transferencias de capital podemos ver que a principios del siglo XX las tasas de interés de los distintos países del mundo eran muy bajas y diferían muy poco, especialmente porque había una moneda internacional. Hoy toda la gran operatoria en derivados, etc. podrían reducirse sustancialmente si existiera una moneda internacional, no habría riesgo devaluatorio y las tasas de interés serían menores. El movimiento real de la economía es solo una fracción de la llamada “gran globalización” mundial. En la mencionada obra de Mises se analizan algunos de los problemas internacionales de la globalización, pero eran problemas distintos a los actuales.
IS: Ud. cita en la respuesta anterior varios aportes clave de la Escuela Austriaca. ¿Cuál piensa Ud. que ha sido el aporte fundamental y por qué? Y por otro lado, ¿cuál piensa es el mayor punto flojo de la Escuela o qué cosas, si no comparte algo del enfoque austriaco?
PONTÓN: Con respecto a cuáles considero que han sido los aportes fundamentales de la Escuela Austriaca mi respuesta es la siguiente. Un aporte ha sido la crítica al socialismo realizada por Mises y Hayek. Otro aporte fundamental es la unificación de la teoría monetaria y la teoría del valor. En tercer lugar considero el aporte sobre la teoría del capital y el interés, y finalmente, y como una unidad de las dos anteriores, la teoría del ciclo. Un cuarto aporte es la teoría de cómo el mercado utiliza el conocimiento disperso, teoría debida a Hayek. Pero si quisiera resumir lo anterior en una sola respuesta diría lo siguiente: el pensamiento de los autores austriacos, especialmente Mises, conforma una unidad metodológicamente sólida. Tomemos un ejemplo: la tasa de interés. Antes de llegar a explicarla, Mises desarrolla todo un capítulo sobre la ‘acción del hombre en el tiempo’ y después surge la tasa de interés como ‘preferencia temporal’. En este aspecto, el pensamiento de Mises es mucho más claro y sólido que el de otros autores que no ven en la tasa de interés más que un juego entre oferta y demanda monetaria. Por supuesto que existen algunas cuestiones de los pensadores austriacos que tienen que ser revisadas y adaptadas a los problemas actuales, y si hay que mencionar una diría que a veces algunos Austríacos mantienen una actitud poco tolerante con el pensamiento de otras escuelas económicas, posición que no le hace bien a la escuela.
IS: Que economistas fuera de la Escuela Austriaca rescata Ud. como contribuciones claves al pensamiento económico?
PONTÓN: Puedo mencionar a muchos, pero limitándome a los modernos podría citar los siguientes: Knut Wicksell y algunos de sus discípulos, Wilhelm Röpke, Jacques Rueff, Milton Friedman, Dennis Robertson, Piero Sraffa, Paul Samuelson, Robert Mundell y algunas cosas de John Keynes.
IS: En la crisis actual distintos miembros de la Escuela Austriaca enfatizan en diferentes causas: entre ellas la política expansiva de la Reserva Federal, la reserva fraccionaria, las regulaciones del sistema financiero. ¿Cómo ponderaría Ud. estos motivos como los catalizadores de la crisis?
PONTÓN: Creo que las principales razones que explican la actual crisis financiera y económica radican en el tema monetario. El sistema monetario internacional es muy débil y creo que se debilitó aún más a partir de que el gobierno norteamericano de Nixon resolvió eliminar la convertibilidad del dólar en oro en agosto de 1971. Esa medida dio origen a los tipos de cambio fluctuantes entre las distintas monedas del mundo y, como consecuencia, a una serie de derivados sobre tipos de cambio, tasas de interés, etc. Posteriormente, algunos de estos derivados han crecido como hongos después de una lluvia.
Las reservas fraccionarias y los papeles, así como aumentan en los momentos de auge, caen en los momentos de crisis y pueden producir una deflación o crisis secundaria. ¿Cómo salir de ella? En este punto estoy más de acuerdo con Wilhelm Röpke, en su obraCrises and Cycles que con Hayek. El pensamiento de este último esta influenciado por la teoría walrasiana del equilibrio mientras el pensamiento de Röpke se basa en que la expansión de la inversión en bienes de capital es como un cáncer que aún se puede producir sin expansión monetaria. Es por ello que Röpke veía una posibilidad de acción del estado ante una crisis secundaria de deflación. De todas maneras, en un sistema oro puro la cantidad de metal siempre aumenta porque la gente no se desprende de él. Los procesos deflacionarios (como en los primeros años de la década de ’30) solo son factibles con el papel y los encajes parciales.
IS: Cambiando ahora de tema, Ud siempre ha estado muy interesado por la física. ¿Cuál piensa ha sido el impacto de esta ciencia en la economía?
PONTÓN: Aclaro, en primer lugar, que soy un simple lector y aficionado de la física. Contestando la pregunta, creo que ha existido esa influencia y que esa influencia ha sido negativa. Los modelos de la física son modelos matemáticos que luego hay que verificar en los laboratorios. Por el contrario, la ciencia económica, como mostró Mises, es praxelogía, ciencia de la acción humana y en ella es muy importante la teleología. Como muy bien dice el término, es lógica de la acción, y también puede utilizar en algunos desarrollos la matemática, pero hay que usarla con prudencia. Es fundamental en la economía la unidad de los distintos aspectos de la misma, como la teoría del valor, la preferencia temporal, la moneda como medio de intercambio, la teoría del ciclo, la ley de asociación de Ricardo, etc. Lamentablemente, la economía se ha convertido en un conjunto de estadísticas y pululan los laboratorios de econometría, copiando la metodología de la escuela histórica alemana.
IS: Entre sus múltiples inquietudes Ud. ha reflexionado mucho sobre el tema del hombre de ciencia frente al problema religioso, la compatibilidad o no entre ciencia y Dios, etc. ¿Podría resumirnos en pocas palabras por qué piensa que este es un tema tan importante y si tiene o no algún punto de contacto con sus ideas sobre la economía?
PONTÓN: Con respecto a la importancia que le doy a la religión, ausente en algunos economistas pero no en todos (pongo como ejemplo a Röpke), creo que la religión es muy importante en la vida de las personas pues le da un sentido a la misma. Como decía el gran teólogo Romano Guardini: “Sólo quien conoce a Dios conoce al hombre”. Y esto no quiere decir que podemos conocer a Dios y desaparece el misterio, sino todo lo contrario. La de Dios es una búsqueda permanente. Recomiendo en este punto el libro del teólogo Henry de Lubac: “Por los caminos de Dios”.
Si el hombre es un conjunto de genes que tratan de imponerse, como dice Dawkins, ¿dónde queda la libertad para aquellos que la pregonan?
Creo que ciertos desarrollos de la ciencia cosmológica han acercado a muchos científicos a una concepción religiosa. Como ejemplo puedo mencionar el principio antrópico. Desde el origen del universo (big bang) se han dado ciertas relaciones numéricas que de variar en una fracción pequeñísima hoy no estaríamos para contarlo. De existir un sólo universo, es muy difícil que no se llegue a la aceptación de Dios (ver el magnífico libro de Martin Rees, “Sólo seis números”), claro que Rees y algunos científicos como Susskind, creen en la existencia de un multiverso y explican a través de él esas relaciones numéricas, pero nunca vamos a poder demostrar la existencia de esos otros universos. El que algunos crean que la vida inteligente surge por azar implica que son muy crédulos.
Mi preocupación por estos temas está resumida en un artículo sobre “Recientes Debates sobre Ciencia y Fe (Weinberg-Polkinghorne y Dawkins-Collins)” a publicarse en un libro en impresión donde colaboran eminentes científicos como Mario Castagnino, Gerardo Romero y distinguidos filósofos.
El hecho de que le demos importancia a la vida religiosa no implica que aceptemos todos los aspectos institucionales de las distintas iglesias, aunque nadie puede negar que han tenido una influencia importante en la cultura y la ética de las personas.
IS: Hablando de religión, que opinión le merece del Papa Benedicto XVI como intelectual/ filósofo?
PONTÓN: En principio, diría que el Papa es un intelectual muy preparado. Sus distintas obras así lo muestran, aunque más que un filósofo es un teólogo. Su obra Jesús de Nazareth tiene cosas interesantes aunque no está a la altura de El Señor de Romano Guardini. Estos dos intelectuales, Ratzinger y Guardini, tienen parecidos y también diferencias. Ratzinger es más un catedrático, con citas bibliográficas, Guardini era un ‘creador nato’. Uno de los mejores escritos del Papa actual es, probablemente, el más atacado, y me refiero a su discurso en la Universidad de Ratisbona. Es una pieza brillante, lamentablemente criticada por personas de escaso conocimiento. Por otra parte, la actitud de Ratzinger con respecto a esa conferencia demuestra su gran humildad. Fue corregida en dos oportunidades para que su pensamiento no fuera mal interpretado. Otra obra brillante es su artículo Viernes Santo en donde hace una interpretación de la pintura de Matías Grunewald sobre la “Crucifixión de Cristo” que, personalmente, considero una de las obras más notable de la pintura universal.
IS: ¿Cómo se imagina los próximos años a nivel político, teniendo en cuenta las críticas que están recibiendo los mercados libres como consecuencia de la crisis actual?
PONTÓN: Probablemente, y dependiendo de cada región y lugar, las ideas liberales han sufrido un golpe importante, pero como esas ideas reflejan la verdad van a renacer nuevamente. La crisis financiera mundial pone más en jaque a la soberbia de muchos economistas que a las ideas de Mises, Hayek, Röpke, Rueff, Friedman y otros. Si en el mundo se les hubiese llevado más el apunte a estos economistas no estaríamos envueltos en estos problemas. Tomemos un libro como el de Röpke, Más allá de la oferta y la demanda, ¿en qué se ve afectado por lo que está ocurriendo? El que está afectado es el mundo por no seguir sus consejos y visiones.
IS: ¿Qué consejo les daría a los jóvenes estudiantes que están comenzando en estos día a recorrer ese complicado camino que resulta ser la ciencia económica?
PONTÓN: Les recomendaría que lean aquellos libros que les den una visión del bosque y no tanto de los árboles. Que no pierdan el tiempo en la lectura de libros que ofrecen una visión balcanizada de la economía. Qué comiencen por los libros aparentemente más simples, pero que le hacen tomar posición clara como: Hazlitt, Economía en una Lección; Röpke, Introducción a la Ciencia Económica; Mises, Seis Lecciones sobre el Capitalismo; Rueff, Epoca de Inflación; Mises, La Acción Humana”; la autobiografía de Hayek; del matrimonio Friedman, Libertad de Elegir; los escritos de Bastiat; volver a releer estos libros y releerlos varias veces, detenerse en cada frase, y después pasar a libros más complejos, como El Orden Social de Rueff, trabajos de Hayek sobre “el uso del conocimiento”, y recomiendo el libro de Rothbard sobre la Historia del Pensamiento Económico, lamentablemente sin terminar.
Como ésta es la última pregunta, te agradezco en primer lugar a vos, Ivo, y a los que van a publicar las respuestas, y también a los lectores. Deseo decirles a estos últimos que no me considero un economista ni creo tener la preparación suficiente para ofrecer todas las respuestas. No soy una persona que haya recibido una formación universitaria “formal” como economista y no podría llamarme economista cuando aún no he terminado de leer la obra de Böhm Bawerk, Capital e Interés, en tres tomos, en forma íntegra. Y como decía el gran maestro Ludwig von Mises, “quién no la haya leído totalmente, no puede considerarse un economista”.
Tomado de Punto de Vista Economico, el artículo original se encuentra aquí.