Control y escasez

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“Mientras que el intervencionismo del gobierno no puede hacer que la gente sea más próspera, sí puede dejarla empobrecida e insatisfecha mediante la restricción de la producción”  Ludwig von Mises, La Acción Humana.

 

escasezEs necesario en todo momento comprender la naturaleza y origen de los hechos económicos, acertar en el análisis y diagnóstico. Determinar las causas de las distorsiones es a menudo la mejor opción para abordar y dar solución finalmente a los problemas.

La escasez en términos económicos es una condición esencial de todo bien ante las necesidades ilimitadas de la sociedad. Es mediante la participación del mercado y la acción humana que se puede mejorar dicha condición de escasez, con trabajo, capital, conocimiento, tecnología e innovación.

La escasez  de un bien genera incentivo al mercado para producirlo, al existir una demanda insatisfecha de un bien A, el empresario  detecta la brecha entre la oferta y demanda interviniendo ya sea incrementando la producción, mejorando procesos productivos a través de innovación y tecnología, incrementando el rendimiento intensivo o extensivamente.

Todo bien económico se encuentra en una condición de escasez, debido a que no existe una oferta lo suficientemente amplia para satisfacer las necesidades infinitas de la población, el rol del empresario es reducir las condiciones de escasez mediante la producción de estos bienes, cumpliendo con la satisfacción de las necesidades y obteniendo un beneficio a cambio.

Con frecuencia las intervenciones del Estado en los procesos productivos buscan confiscar de alguna forma parte del beneficio del empresario afectando también de manera indirecta al consumidor. En un principio las intervenciones eran en forma de impuestos que reducían el beneficio para el empresario y finalmente encarecía el producto llevado al mercado.

El Estado con la equivoca idea de que es posible mediante la coordinación centralizada obtener la información que se encuentra dispersa y que corresponde de manera tacita y articulada a cada uno de los agentes del mercado, pretende tomar acciones que además se adapten a las cambiantes decisiones de los individuos -tratando en todo caso de emular a abstracto funcionamiento del mercado-. Se han establecido los controles con frecuencia justificados en base a una satisfacción mayor a la que provee el mercado. La verdad es que el Estado no está hecho para producir nada, y tampoco está en las condiciones, sus intervenciones tienden a causar mayor mal que el beneficio que genera su presencia.

El Estado puede intervenir en muchas áreas, en lo económico con frecuencia interviene a través de la fijación de tributos y captura de la renta empresarial, control de cambio, precios, costes, fijación de tipo de interés, control sobre la estructura de producción, distribución, sobre el racionamiento y consumo. Se decide qué, cómo y cuánto producir.

Las intervenciones generan distorsiones en las estructuras productivas y afectan los precios relativos de la economía. Cuando se establecen controles sobre la estructura de costes, precios y producción –entre otros- se originan procesos productivos ineficientes que terminan deteriorando la cantidad y calidad de producción, encareciendo además el producto final. Al desaparecer la rentabilidad del proceso productivo también desaparecen los incentivos para llevar el bien al mercado, se genera una perdida social donde el empresario deja de ganar por producir el bien y el consumidor no satisface sus necesidades ante la imposibilidad de acceder a los bienes que antes disponía.

Ya hemos hablado sobre los males que supone la intervención del Estado en áreas muy alejadas a su competencia. Ahora bien, es muy típico que la receta para la cura sea la misma que ha causado el propio mal, es así como se pretende solucionar los problemas de producción y escasez aguda, mediante el implantamiento de más controles, más profundos y agresivos, cuando es la propia intervención de la economía lo que ha desencadenado estos problemas.

Suele asociarse a problemas de Demanda, a una sobre excitación del consumo o una depresión del mismo, y se aplican medidas restrictivas o expansivas que buscan incentivarlo. La realidad es que el problema es un asunto de la oferta y mientras no se mejore o corrijan las distorsiones en las estructuras productivas y se liberen las intervenciones, el problema se agudizara y se hará más profundo.

Aunque no se ha hablado expresamente de Venezuela el lector debe caer en cuenta que lo escrito antes le es familiar por la grave situación que atraviesa actualmente este país. La economía es la misma en todas partes y las interrupciones e intervenciones al libre funcionamiento del mercado producen los mismos daños y resultados tanto en la Unión Soviética, Cuba y ahora Venezuela.

El modelo político económico imperante en el país con más de 17 años de vigencia se ha ocupado de implantar un neo socialismo –Socialismo del Siglo XXI- preñado de los mismos males  y errores del viejo y patético socialismo de la URSS o Cuba.

El modelo político económico imperante en el país con más de 17 años de vigencia se ha ocupado de implantar un neo socialismo –Socialismo del Siglo XXI- preñado de los mismos males y errores del viejo y patético socialismo de la URSS o Cuba. Click to Tweet

Aunque los controles siempre han estado presentes en la economía venezolana en la gestión Chavez-Maduro se han incrementado groseramente. Desde 2003 se ha implantado un sistema de controles que ha terminado por desaparecer la producción nacional, ahuyentar la inversión extranjera y asfixiar cada día al que procura hacer empresa, se alentó fuertemente un modelo importador subsidiado –insostenible- por la bonanza petrolera.

La caída de los precios del petróleo en 2014 dejó en evidencia los males que habían sido sembrados en la borrachera petrolera y de endeudamiento, al día de hoy es insuficiente la producción nacional, no hay dólares para importar y solo hay muchas deudas por pagar, el país está en el tercer año en recesión y se encuentra inmerso en un proceso Hiperinflacionario, difícilmente puede haber un país más miserable en términos económicos que la actual Venezuela.

Venezuela es hoy una sociedad golpeada por la inseguridad, corrupción, deficiencia de los servicios de salud, educación, agua, electricidad, infraestructura; si todo esto ya parece grave sumémosle una escasez aguda en alimentos, medicinas y demás rubros, perdida acelerada del poder adquisitivo como consecuencia de la Hiperinflación y el acelerado financiamiento del déficit fiscal vía impresión monetaria, imposibilidad del acceso a divisas extranjeras para productores, comerciantes, consumidores y público en general.

El país está en crisis desde el primer momento en que se implantaron y generalizaron los controles, solo ha sido cuestión de tiempo para que algunos se dieran cuenta, a pesar de ello no se han tomado medidas encaminadas a solucionar el problema, por el contrario el racionamiento y control se hace cada vez más generalizado, los problemas no resueltos se convierten en crisis agudas.

No es posible hablar en Venezuela de escasez –aguda- sino se entiende antes el origen, no se soluciona la escasez aliviando los controles, es necesario eliminar los controles, de cualquier tipo y a cualquier nivel, restablecer el respeto a la propiedad privada, el libre mercado y fortalecer el Estado de Derecho.

No es posible hablar en Venezuela de escasez –aguda- sino se entiende antes el origen, no se soluciona la escasez aliviando los controles, es necesario eliminar los controles, de cualquier tipo y a cualquier nivel, restablecer el respeto a la propiedad privada, el libre mercado y fortalecer el Estado de Derecho. Click to Tweet

Willians Ruiz  – @williansruiz

Director de Liberty & Capital – FreeMarket Consulting.

Director Ejecutivo Instituto Ludwig von Mises Venezuela.

Profesor de Teoría y Política Monetaria – Universidad de Carabobo.

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