El “delito” del dinero privado

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Bernard von NotHaus fue condenado el pasado mes en un tribunal federal por delitos de conspiración y falsificación por su creación de los “liberty dollars” [“dólares de la libertad”] de plata. Afronta hasta 25 años de cárcel. Esta misma semana también los feds se incautaron de alrededor de 7 millones de dólares en metales preciosos en la operación.

Aparte de las maniobras dudosamente legales del gobierno, su mensaje más general queda claro: “No intenten ofrecer a los estadounidenses ninguna alternativa al dólar fiduciario e iremos a por ustedes”. Para quienes siempre se han preguntado por qué las monedas de libre mercado no han suplantado a las diversas divisas fiduciarios del estado, ya tenemos otro ejemplo de la respuesta.

Los asuntos legales

Escribiendo en el Wall Street Journal, el editor del New York Sun Seth Lipsky explicaba una rareza del juicio y la consiguiente descripción del gobierno de lo que ocurrió:

La advertencia [contra los emisores de moneda privada] está contenida en el párrafo 33 de la acusación presentada contra Mr. von NotHaus en un tribunal en Statesville, N.C. Decía:

“El Artículo 1, Sección 8, Cláusula 5 de la Constitución de Estados Unidos delega en el Congreso el poder de acuñar moneda y regular el valor de la misma. Este poder se delegó en el Congreso con el fin de establecer un patrón uniforme de valor. Junto con el poder de acuñar moneda, el Congreso tiene el poder concurrente de restringir la circulación de dinero no emitido bajo su autoridad, con el fin de proteger y preservar la moneda constitucional en beneficio de la nación. Así que es una violación de la ley el que sistemas de acuñación privados compitan con la acuñación oficial de Estados Unidos”.

Aún así ocurrió algo curioso en el tribunal antes de que el jurado fuera de deliberar. De acuerdo con Aaron Michel, abogado de Mr. von NotHaus, el juez aceptó la solicitud de Mr. Michel de borrar el párrafo 33 de la acusación.

“Es una declaración legal que, si se pusiera ante el jurado, debería haber sido asunto de discusión  entre las partes respeto de las instrucciones del tribunal al jurado sobre la ley”, decía Mr. Michel citando al juez, Richard Voorhees. “En todo caso, no parece al tribunal que sea un predicado factual que se vea apoyado por la evidencia en el caso”.

Luego el juez preguntó a uno de los fiscales federales, Jill Westmoreland Rose, si tenía “algún comentario sobre eso”. “No, su señoría”, replicó Ms. Rose, de acuerdo con Michel. Así que la copia de la acusación que fue al jurado contenía un espacio en blanco donde una vez estuvo el párrafo 33.

Sin embargo después de que Mr. von NotHaus fue condenado el 18 de marzo, el gobierno emitió una nota de prensa proclamando el veredicto y repitiendo la parte de la acusación original que el juez había fulminado. La nota iba aún más lejos, afirmando que el poder de Congreso de acuñar moneda bajo la Constitución también significaba “garantizar un único sistema monetario para todas las compraventas y deudas en Estados Unidos, públicas y privadas”.

Afirmaba de nuevo que es una violación del derecho federal que los individuos (…) “creen moneda o sistemas monetarios privados para competir con la acuñación y moneda oficiales de Estados Unidos”. Nada de la opinión del juez de que el párrafo no estaba apoyado por evidencias en el caso. La oficina del Fiscal de EEUU no respondió a una solicitud de comentarios.

Si la versión del abogado de von NotHaus es real, significa que el gobierno está describiendo de forma falsa su victoria en el tribunal contra cualquier emisor de moneda privada, cuando de hecho eso no estaba (aparentemente) en la acusación real.

Picture 1Otros detalles del caso incluyen la similitud entre los dólares de la libertad de von NotHaus y la moneda oficial de EEUU:

Incluso los entusiastas de la moneda fuerte conceden que los dólares de la libertad (especialmente los anversos) sí muestran una similitud superficial con monedas emitidas por el gobierno de EEUU y en ese sentido von NotHaus facilitó la acusación del gobierno. En particular, las monedas mostraban símbolos “$” y las palabras “TRUST IN GOD”.

Una vez dicho esto, apenas podemos echar la culpa a la víctima. El gobierno fue a por von NotHaus porque era fruta madura: era relativamente fácil convencer a un jurado de que estaba realizando falsificación de moneda, porque sus monedas compartían muchas características con la acuñación oficial de EEUU.

Sería ingenuo concluir que von NotHaus hubiera estado a salvo si hubiera tenido más cuidado en distinguir sus monedas de las de la ceca de EEUU. Para empezar, el alegato del gobierno era contradictorio internamente: Por un lado se acusaba a von NotHaus de falsificación de moneda, en otras palabras, de tratar de hacer pasar sus monedas como monedas auténticas de EEUU. Por otro lado se acusaba a von NotHaus de socavar la moneda “legítima” de EEUU ofreciendo un producto para competir con ella. En realidad, von NotHaus anunciaba sus dólares de la libertad como sustitutivos a prueba de inflación de la moneda “genuina” de EEUU.

¿Qué pasaba entonces? O von NotHaus estaba tratando de hacer pasar sus monedas como dólares normales o estaba tratando de convencer a la gente de que sus propias monedas eran superiores.

Además, sería bastante extraño tratar de cobrar a la gente el precio de la plata en bruto (o más) por monedas que pretendían falsificar monedas de EEUU. Sería como imprimir billetes falsos de 10$ y tratar de comprar 50$ en productos con ellos.

Para eliminar cualquier duda de que éste fue un proceso con motivaciones políticas, en lugar de una aplicación honrada del derecho, consideremos la descripción del gobierno del veredicto:

“Una forma especial de terrorismo doméstico” es la forma en que la Fiscal de EEUU para el Distrito occidental de Carolina del Norte, Anne M. Tompkins, describe los intentos “de socavar la moneda legítima de este país”. La nota de prensa del Departamento de Justicia la cita diciendo: “Aunque estas formas de actividades antigubernamentales no impliquen violencia, son en su totalidad igual de insidiosas y representan un peligro claro y presente para la estabilidad económica de este país”.

Aparte del absurdo de cargos oficiales declarando peligros claros y presentes a la estabilidad económica, está el escalofriante hecho de que estas dogmáticas acusaciones podrían imputarse a cualquiera. Durante años los libertarios civiles han estado advirtiendo en vano a los estadounidenses contra el encarcelamiento contra derecho de los sospechosos de la “guerra contra el terrorismo”, diciendo que no siempre serán los musulmanes radicales con nombres extraños los atrapados.

Por la misma razón, si se mantiene la acusación a von NotHaus de una “forma especial de terrorismo doméstico”, se establecerá el precedente para que el gobierno vaya contra cualquier grupo que predique contra los males de la moneda fiduciaria.

Manteniéndonos en el dólar fiduciario: Más que solo leyes de curso legal

Como profesor universitario y en el Instituto Mises, siempre he tenido alguna dificultad para explicar exactamente cómo el gobierno mantiene a todos usando la moneda fiduciaria. Los estudiantes piensan a menudo que las leyes de curso legal lo explicaban todo, pero yo apuntaría que no son toda la historia.

Es verdad que las leyes de curso legal significan que nadie puede rechazar aceptar billetes (y monedas) del Tesoro como pago de deudas denominadas en dólares. Pero las leyes de curso legal por sí mismas no impedirían que los comerciantes y sus clientes utilizaran monedas de metales preciosos emitidas por una ceca privada.

Por ejemplo, supongamos que el propietario de una tienda de electrónica tiene televisores de plasma 3D de 50 pulgadas que quiere vender por el equivalente a 1.400$, pero solo quiere aceptar oro, no papel moneda. Podría evitar las leyes de curso legal poniendo una etiqueta en los televisores que pusiera “1 onza de oro o 10.000$”. De esta forma, estaría operando igual que los comerciantes cerca de la frontera entre México y EEUU, que aceptan tanto pesos como dólares ofreciendo a veces cambios mucho peores de los que podría obtener un turista en una ventanilla oficial de cambio de divisa.

Cuando los estudiantes me presionan, les doy dos razones importantes por las que los estadounidenses siguen usando el dólar fiduciario, a pesar de los numerosos defectos que hemos estudiado. Primero, todos han nacido dentro del sistema. Es duro para unos pocos individuos “secesionarse” unilateralmente del patrón dólar, porque todos los demás siguen usándolo. Por ejemplo, incluso si los promotores de una conferencia sobre moneda fuerte me pagaran en monedas de oro por mi charla, probablemente tendría que convertir el oro en dólares para pagar mi hipoteca o factura de suministros de ese mes. El oro solo me resultaría cómodo si quisiera ahorrar al menos esa cantidad y quisiera hacerlo en forma de oro.

Segundo, argumento que si cualquier intento de evitar el dólar realmente despegara, entonces el gobierno encontraría algún pretexto legal para echarlo abajo. Así que no tiene sentido estudiar el código legal y encontrar agujeros, porque el gobierno no seguirá las reglas. Encontrará una forma de echar abajo una amenaza genuina a su monopolio del dinero, lo que significa que ningún emprendedor dedicará tiempo y recursos tratando de poner en marcha un sistema alternativo.

Conclusión

La condena y probable confiscación de activos de Bernard von NotHaus demuestra que nuestro sistema monetario fiduciario no es voluntario en modo alguno. La gente que se burla del patrón oro como una reliquia obsoleta que abandonamos debería prestar atención a las palabras de Ludwig von Mises:

El patrón oro no se desmoronó. Los gobiernos lo abolieron para abrir camino a la inflación. Todo el sombrío aparto de opresión y coacción, policías, guardias de fronteras, tribunales penales, prisiones, en algunos países incluso ejecuciones, tuvo que ponerse en marcha con el fin de destruir el patrón oro. (The Theory of Money and Credit, p. 461). [Publicado en español como La teoría del dinero y del crédito].


Publicado originalmente el 7 de abril de 2011. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

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