La economía de las “cosas gratis”

0

Free StuffLas promesas perennes de cosas gratis por los candidatos políticos son de nuevo el centro de la atención en el que caemos en otro ciclo de elecciones de EEUU. El exabrupto en respuesta de algunos economistas y libertarios es “¡NEUAG!” Y por supuesto No Existe Un Almuerzo Gratis, porque alguien tiene que soportar los costes de las cosas supuestamente “gratuitas”. Nada es gratis porque toda acción tiene un coste de oportunidad.

Especialmente cuando el gobierno está implicado en la entrega de regalos, todo lo que esto significa es que fueron comprados con dinero tomado de otros. O a veces el dinero se toma de la persona que recibe el regalo, que cree que ha conseguido algo a cambio de nada. (Es un juego de manos político que ha engañado durante siglos).

¿Pero qué pasa si interpretamos “gratis” en un sentido más coloquial? ¿Sigue siendo preferible para el gobierno entregar cosas gratis? ¿Proporcionan cosas gratis los mercados no intervenidos?

Dos definiciones de “gratis”

Las promesas de hoy incluyen universidad gratis, atención sanitaria gratis, vacaciones pagadas y todo tipo de prestaciones. Aunque la conclusión anterior (no existe lo “gratis”) se aplica a todo esto, quiero considerar una definición distinta y más liberal de lo “gratis”: regalado.

Por ejemplo, si Bernie da a Jonathan una manzana que Bernie cultivó en su jardín o compró en la tienda y Bernie no espera nada a cambio, la manzana es un regalo gratis de Bernie a Jonathan. La producción, compra y pérdida de la manzana tienen un coste, pero Jonathan no soporta nada de este coste. Jonathan t+ecnicamente tendría que dedicar algún tiempo y esfuerzo para tener y consumir la manzana y perdería el equivalente a la capacidad de transportar una manzana a su persona, pero ignorando este y otros tecnicismos, podemos decir informalmente que la manzana es un regalo gratis desde la perspectiva de Jonathan.

Así que consideremos ahora esta definición para los ejemplos anteriores: universidad regalada gratis, atención sanitaria regalada gratis, vacaciones regaladas gratis, etc. Nos damos cuenta de que estas ya existen y existirían en ausencia de disposiciones del gobierno.

Hay innumerables becas ofrecidas por personas, organizaciones y universidades que quieren que ciertos estudiantes acudan a la universidad. Organizaciones como St. Jude’s, Médicos sin Fronteras y Operación Sonrisa ofrecen gratuitamente servicios médicos a pacientes. Y muchas empresas ya dan a sus empleados vacaciones pagadas, bajas médicas y permisos familiares sin que les resten de sus nóminas, aunque aquí hay una advertencia importante de si esto se consideraría en su salario normal salvo que los empresarios contratantes quieran darlo por sus propios medios.

Esto por no mencionar cupones BOGO, apps “gratuitas” y otras estrategias de márketing que emplean las tiendas.

¿Por qué regala la gente?

Primero, debemos tener más de lo que queramos guardar para nosotros.

Una abundancia extendida como esta solo es posible con mercados relativamente no intervenidos y una producción indirecta implantada, en la que los empresarios adivinan correctamente las demandas de los consumidores y una gran estructura de capital posibilitada por el ahorro produce abundantes bienes de consumo. Tenemos que crear riqueza antes de poder intercambiarla, consumirla o entregarla.

Pero una vez que tenemos tal abundancia de medios, las razones para dar son incontables y están fuera del ámbito de la economía. Un altruista puede dar por generosidad, pero incluso un empresario avaricioso podría dar debido a un aumento en los costes de almacenamiento de todo su inventario o como plan para atraer a los consumidores.

Debería advertirse que el propio interés motiva tanto al altruista como al empresario avaricioso. Las acciones del altruista son interesadas porque está satisfaciendo uno de sus propios fines renunciando a la propiedad de los medios donados a otro.

Entrega voluntaria frente a entrega involuntaria

Cuando el que entrega, lo hace voluntariamente, y el receptor acepta el regalo, podemos decir que esto representa un acuerdo mutuamente beneficioso. No puede decirse lo mismo de la redistribución forzosa.

Cuando Bernie da la manzana a Jonathan, Bernie está satisfaciendo el fin que él valora más para esa manzana. Sin embargo, si Bernie robó la manzana a otro antes de dársela a Jonathan, podemos decir con seguridad que el intercambio de la manzana no es mutuamente beneficioso.

Lo mismo pasa con las becas universitarias y la atención médica. Si el gobierno toma los medios para dar a alguien universidad gratis, esto no representa un acuerdo mutuamente beneficioso o si no la persona habría donado voluntariamente el dinero para que el estudiante fuera a la universidad.

Al contrario que las organizaciones privadas de caridad y los fondos de becas, el gobierno no tiene ninguna razón para dar lo regalos con prudencia o para minimizar su presupuesto para mantener una base de donantes que confíe en que sus donaciones se usan eficazmente y para la causa pretendida.

La redistribución forzosa también tiende a estimular la amargura y el conflicto, frente a la gratitud y la buena voluntad.

Los defensores de las cosas gratis deberíamos mirar al capitalismo, no al redistribucionismo

La conclusión que podemos sacar aquí es que obtenemos justamente la cantidad correcta de cosas “gratis” mediante las interacciones voluntarias de las personas en mercados no intervenidos. Y no solo eso, sino que como las economías capitalistas crecen inevitablemente y la gente se hace cada vez más rica, las donaciones de caridad pueden también aumentar. Al hacer mayor la oferta de bienes para satisfacer nuestros fines, esos bienes marginales es más probable que se valoren en términos de regalarlos en lugar de guardárnoslos.

Por tanto, los que deseen más cosas gratis deberían tratar de animar más donaciones voluntarias (quizá incluso predicando con el ejemplo), no una redistribución forzosa. También deberían ser los defensores más sonoros de los mercados no intervenidos, ya que cualquier entrega voluntaria debe venir de la riqueza que ya se ha creado y en tal abundancia como para permitir mayores entregas.

 

Publicado originalmente el 22 de febrero de 2016. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.

Print Friendly, PDF & Email