Rothbard combate la corriente principal

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¿Deben los austriacos “rebajar” o moderar sus ideas de forma que no parezcan tal “radicales” para publicar en revistas académicas de la corriente principal? Gracias a Dios, Murray Rothbard nunca siguió esa estrategia, pero eso no le impidió publicar en varias revistas de alto nivel. En los primeros años de Rothbard como economista, sus escritos para revistas profesionales en la década de 1950 son algunos de los más radical y explícitamente austriacos que probablemente hayan publicado nunca esas revistas.

La publicación en 1949 de La acción humana por la Yale University Press atrajo alguna atención profesional hacia la escuela austriaca. La American Economic Review publicó una crítica especialmente dura en 1951. Esto impulsó a Rothbard, que aún no había obtenido su doctorado, a salir en defensa de Mises y el método austriaco. Publicó dos breves artículos en la American Economic Review en 1951 contestando a la crítica de La acción humana de G.J. Schuller.

En “Mises’s ‘Human Action’: Comment”, Rothbard ofrece una convincente y entretenida refutación punto por punto de las críticas de Schuller. Rothbard se ocupa de todo, desde la naturaleza de la praxeología a decir a Schuller que el libro no es demasiado largo ¡sino demasiado corto! Probablemente la parte más valiosa del comentario es la clara explicación de Rothbard de cómo distinguir “el razonamiento praxeológico incorrecto del correcto”. Rothbard explica que hay axiomas fundamentales y proposiciones deducidas sucesivamente de ellos. Podemos o discutir el axioma o mostrar un defecto en la cadena deductiva, para refutar una teoría. Los axiomas deberías estar abiertos a la prueba de la observación, en el sentido de que una vez establecidos deberían ser evidentes para todos. Una vez se establece un axioma, una proposición deducida se prueba posteriormente de acuerdo con las leyes de la lógica aceptadas universalmente.

Buena parte del comentario de Rothbard consiste en explicar la naturaleza de una ciencia deductiva y cómo puede relacionarse con la historia y otros acontecimientos del mundo real. Sin perder ninguna oportunidad de defender la libertad, Rothbard se las arregla para decir que todos los gobernadores elegidos son “Fuhrers” y que en la medida en que ejercitan poderes coactivos son más “dictadores” que mandatarios y que “El ‘mandato electoral’ es más bien una elección entre dos grupos de aspirantes a esa dictadura”.

Schuller publicó una réplica a Rothbard que equivocaba aún más la relación entre acontecimientos del mundo real y deducciones praxeológicas. Rothbard respondió con “Praxeology: Reply to Mr. Schuller”. En lugar de una refutación punto por punto, el artículo es una clarificación de la praxeología, el estado epistemológico del axioma de la acción y las derivaciones de éste y un esquema de la relación entre teoría e historia. Rothbard es bastante claro en que cuando se aplican verdades praxeológicas al mundo real es solo un ejemplo de la teoría: no una prueba. Sin embargo Rothbard no pudo resistirse a ocuparse de nuevo del asunto del gobierno. Schuller sugería que la lógica del intervencionismo de Mises debería aplicarse a la provisión de defensa a los ciudadanos por parte del gobierno. Rothbard estaba básicamente de acuerdo en que el método jeffersoniano de limitar al gobierno era un fracaso y escribía que tal vez “habría que encontrar otros medios”.

Pocos años después, Rothbard volvió a enfrentarse a la profesión sobre metodología con la publicación de “In Defense of ‘Extreme Apriorism’” en la Southern Economic Journal. Rothbard entró en un debate entre Fritz Machlup y Terence Hutchison, defendiendo la praxeología y el método deductivo de la economía contra las acusaciones positivistas. Delinea claramente el axioma de la acción, las suposiciones secundarias y la naturaleza de su estado apriorístico. En este artículo Rothbard distingue su opinión de la de Mises al explicar que Mises basaba el estado apriorístico de la economía en la tradición neo-kantiana: considerando al axioma de la acción una ley del pensamiento y por tanto una verdad categórica a priori de toda experiencia. Rothbard por su parte se refiere a Aristóteles y Santo Tomás y considera el axioma una ley de la realidad que es más empírica que apriorística.

Sin embargo Rothbard es claro en que esto es empírico solo en el sentido de que es una verdad evidente una vez declarada y no es empíricamente falsable en el sentido positivista. Incluso indica que su opinión está tan alejada del empirismo de la profesión que su propia postura puede asimismo ser considerada como apriorística. En este artículo, Rothbard se las arregla para ofrecer una fuerte defensa de la validez y la libertad del valor del marco misesiano y al mismo tiempo revelar sus propias diferencias epistemológicas con Mises.

La primera obra de Rothbard en el área de la historia del pensamiento se publicó en 1957. “A Note on Burke’s Vindication of Natural Society” apareció en la respetada Journal of the History of Ideas. Esta obra temprana ejemplifica la forma de Rothbard de hacer historia del pensamiento que continuó empleando a lo largo de la última gran obra de su vida: Historia del pensamiento económico. Rothbard no se limita a repetir y resumir lo que dijeron otros. Su nota sobre Burke era una meticulosa pieza revisionista en la historia del pensamiento, corrigiendo las interpretaciones estandarizadas de otros. No solo era revisionista, era audaz y libertaria.

Rothbard demostraba que Burke, el “padre del nuevo conservadurismo” no era en absoluto un conservador: ¡era un anarquista! Rothbard examina la afirmación hecha por Burke de que la Vindicación era realmente una sátira de los deístas racionalistas, que habían aceptado los biógrafos de Burke sin crítica alguna. Rothbard encuentra poca evidencia de sátira en la Vindicación y en su lugar demuestra que es un fuerte ataque a todos y cada uno de los gobiernos. Aunque el anarquismo de Burke en la Vindicación es una crítica del gobierno y no da unos trazos de su propia visión de una sociedad ideal, Rothbard no encuentra ninguna hostilidad a la propiedad privada en la Vindicación. Eso pone al campeón del conservadurismo directamente en las filas del anarquismo individualista.

¿Cómo explica Rothbard la afirmación de Burke de que la obra era una sátira? Conveniencia política. La Vindicación se publicó anónimamente y solo se descubrió que Burke era el autor nueve años más tarde, cuando Burke estaba empezando su carrera parlamentaria. Hubiera sido políticamente desastroso para su carrera que la gente creyera que Burke había tenido alguna vez esas opiniones. Este temprano artículo de Rothbard es un ejemplo ideal de cómo hacer historia del pensamiento: es a la vez revisionista y radical. El lector aprende algo nuevo y ese conocimiento tiene implicaciones relevantes.

Rothbard volvió a escribir a la profesión económica de la corriente principal en 1960, cuando publicó “The Politics of the Political Economists” en la Quarterly Journal of Economics. Se ocupaba de un artículo de Stigler que afirmaba que pocos economistas empíricos se habían convertido en rotundos socialistas. Rothbard argumenta que recoger estadísticas económicas tiende a promover la intervención pública en el mercado. A Rothbard le preocupa la diferencia entre los intervencionistas de la economía mixta y los defensores radicales del libre mercado.

Lo deja bastante claro escribiendo: “Pienso que podemos concluir que la diferencia esencial entre Stigler y yo es esta: para él un radical o no conservador es esencialmente un socialista o un comunista. Para mí, un no conservador es alguien que defiende la intervención en lugar del laissez faire”. Aunque es menos probable que los empirista sean socialistas a gran escala, Rothbard argumenta que generalmente “tenderán a la intervención” en lugar de al libre mercado.

Aunque Rothbard publicaría posteriormente un puñado de críticas en revistas profesionales como la Journal of Economic Literature y la Journal of Economic History, no prestó tanta atención a escribir en lugares establecidos como hizo en la década de 1950. Acabó creando revistas que se centraban exclusivamente en asuntos austriacos y libertarios, escribiendo libros, así como escribiendo para publicaciones populares. Buscaba no solo entrar en el debate sino cambiar los términos del debate.

El propio Rothbard escribió: “La civilización y la existencia humana están en juego y para preservarlas y expandirlas, la teoría y la investigación, aunque importantes, no son suficientes (…) Especialmente en una era de estatismo galopante, el liberal clásico, el defensor del libre mercado tiene un obligación de llevar la lucha a todos los niveles de la sociedad”.

La obra de Rothbard desde la década de 1950 es quizá el mejor ejemplo de cómo llevar la lucha a todos los niveles de la sociedad. Rothbard escribió los anteriores artículos académicos mientras escribía capítulos de libros como su clásico “Toward a Reconstruction of Utility and Welfare Economics” y docenas de colaboraciones en revistas no profesionales como Analysis, Faith & Freedom, Freeman y National Review. Todos estos artículos se escribieron además de acabar su tesis, que fue aprobada en 1956 y publicada como The Panic of 1819 en 1962, escribir su manuscrito de novecientas páginas, Man, Economy & State, que se publicó en 1962, y escribir America’s Great Depression, que se publicó en 1963.

Los primeros años de Rothbard sirven como un gran modelo al que aspirar todos los economistas austriacos. Fue relevante y activo en la prensa popular, realizó importantes proyectos de investigación académica que se convirtieron en libros y publicó en revistas profesionales de la corriente principal sin abandonar o atemperar sus opiniones.


Publicado originalmente el 25 de septiembre de 2003. Traducido del inglés por Mariano Bas Uribe. El artículo original se encuentra aquí.